Opinión

El transporte no sintoniza con la realidad. La opinión de Salvador Egea Llull

El transporte no sintoniza con la realidad. La opinión de Salvador Egea Llull
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El transporte no sintoniza con la realidad. La opinión de Salvador Egea Llull

El transporte parece una vieja televisión de tubo que cuando no sintonizaba bien los canales, el modo de arreglarlo siempre fue un golpe de mano abierta o puño cerrado en uno de sus costados. Ésta solía volver a funcionar sin problema hasta que de nuevo presentase el fallo otra vez.

Si el transporte es el viejo televisor de tubo y éste presencia interferencias en su funcionamiento, ¿de quién es la mano que golpea el costado para “arreglarlo”? ¿Del CNTC, el Gobierno? Buena pregunta, porque parece que no solo hay una mano, si no muchas, o la de turno. Actualmente estamos surfeando la ola de las noticias alarmistas de los empresarios, que se esfuerzan en rasgar sus gargantas hasta la afonía gritando que faltan conductores, uno de los problemas que en parte ellos mismos han fomentado con el tiempo.

También ayudados por los propios trabajadores, sin generalizar, porque nunca se debe generalizar. La patronal se vio agraviada con el aumento exponencial del gasoil y tras no poder recortar por ningún otro lado, la única opción que le quedaba fue la de armar una pataleta para que el gobierno le subvencionase el gasoil y no tener que molestarse en reformar contratos comerciales y solicitar los debidos aumentos del precio del porte.

Se nota que nadie aprende de las experiencias pasadas. Porque sí, todos nos equivocamos y nos equivocaremos, pero si no aprendemos de lo realizado, no podremos avanzar en la dirección correcta a futuro. Sin echar mano a informes, a noticias, a la nota de prensa, al llamamiento, ni a nada en cuestión que se relacione con “la falta de conductores”, me dejaré llevar y pondré orden a mis ideas para formar este artículo. Culpables no puedo señalar, porque lógicamente, culpables somos todos, sin excepción alguna.

Desde los primeros conductores que en los primeros camiones del país ya iban pasados de kilos, hasta el que busca cualquier oportunidad para buscar la palmadita en la espalda del jefe, por la parte del obrero. Por la parte del empresario, desde el que pensaba que una empresa de transporte era comprar un camión y andar, hasta el que estudia los puntos y las comas de la LOTT entre otras para entre sus renglones saber obtener el mayor beneficio bordeando la línea roja.

No puedo opinar mas que por mí, como empleado asalariado. Las demandas de los empresarios es la de mano de obra, faltan conductores, el gasoil está muy caro, tenemos muchos gastos, claman que alguien solvente sus problemas. Sin olvidar la cantinela heredada del no da para más, está mal pagado y todo eso, bien. Entonces, antaño iba todo bien, todos ganaban dinero a espuertas, y hoy, que hay más volumen de mercancías ¿No da? En este país tenemos empresas fuertes, importantes, grandes, con peso, y padecen a su vez como las pymes, de escasez de conductores entre otros problemas. ¿No se dan cuenta que algo falla? ¿Esperan que el Gobierno les solucione la papeleta? ¿Si nadie seca sus lágrimas, a quien van a llorar entonces?

Pienso que deberían hacer más introspección, parar, pensar, informarse, tener la iniciativa de investigar un poco el maldito sector al que pertenecen, echar la vista atrás, ver cuáles son sus fortalezas y debilidades, estudiar los errores pasados y prevenir los futuros. Parece esto ser un bulldozer que tira hacia delante con todo, venga lo que venga. Pero también aceptar que igual que están en un mercado libre voraz, para estar en él, hay unas reglas que seguir y si te las saltas, no vas a ganar más ni vas a mantenerte a flote, a la larga, toda la madeja hilada de mal manera se deshilacha y aflora la realidad. Es más difícil competir o ser competitivo si sigues las leyes y las reglas de juego, está claro, pero entonces, si no estás dispuesto a seguir las normas, no entres al juego.

Si, estamos en un mercado libre, capitalismo funcional, voracidad en competencia, mucha burocracia, legislación, leyes, muchos palos en la rueda de los pobres empresarios que no ven beneficio en sus cuentas, o no al menos el que les gustaría, porque esto parece que lleva sin dar desde hace mucho. La demencia que se observa no conduce mas que a la eterna lucha entre sindicato y patronal, en espadas alzadas al aire que jamás golpearán su filo con el del contrario, gritos de guerra, de auxilio, llantos y penas que se perpetúan gobierno a gobierno, cargo a cargo, año tras año, generación tras generación. Falta mucha voluntad política y labor por parte de la clase obrera, tanto asalariados, como pymes, como autónomos para situar el sector en una velocidad de crucero capaz de sortear el posible oleaje venidero. Fallan muchas cosas, a nivel político, a nivel empresarial y a nivel humano. Se debe reestructurar el sistema montado.

Al igual que yo, imagino que tantos otros no entenderán cómo es posible que con tanta legislación, tanta ley, tanta burocracia y tantas reglas de juego, no se mantenga medianamente el sector del transporte. No veo lógico que autónomos y pymes dispongan de distintos regímenes de cotización en base a lo que más les interese. Tampoco que un camionero cobre un salario base diferente según en que provincia cotice, el trabajo a realizar es el mismo que quien vive en otra provincia y tiene un sueldo base mas alto, mismo trabajo, pero distinta remuneración. No tienes opción de elegir, si tu situación si no te permite migrar dentro de tu país a otra provincia, te vas a ver limitado y perjudicado fiscalmente a la hora de realizar tu trabajo, porque unos son más ricos.

Entiendo que no hay escusa que valga. Para que unos ganen, otros deben perder, y siempre parece que pierden los mismos. ¿No será que está amañado el juego? Si estamos jugando al juego, pero disponemos de reglas de juego diferentes para según tu equipo, ¿Qué podemos esperar en base al juego limpio? ¿Cómo demonios se va a poder ser competitivo? No solo esto es motivo de la situación que se vive, existe de todo, qué os voy a decir. Lo que si que digo es que este sistema que todos estamos de acuerdo en que falla, en que no está bien ejecutado, a alguien beneficia pese a que se esfuerce en hacer creer que no, que todo va mal.

¿Quién se beneficia entonces? ¿Gobierno, pymes, autónomos, asalariados? Si en territorio español la mayor parte son pymes y autónomos, ¿Quién está comiendo más tarta? El pastel está ahí y parece a ver quien se lleva mayor parte y le interesa que el resto acabe en el suelo esparcido a despensas que las ratas peleen por llevarse cuanto más pueda cada una. Está floreciendo una perfecta oportunidad de presión, de acercarse al mito de la UNIÓN, algo que es como la ciudad de El Dorado, una mentira. La situación no está en posición beneficiosa ni para el gran empresario, ni para el asalariado, ni para el autónomo o la pyme de turno en cuestión. Si todos sabemos identificar cuales son las grietas que debilitan la estructura, ¿Por qué no se aplican soluciones? Volvemos a lo mismo, a alguien le interesa que el río esté revuelto, porque es siempre, ganancia de pescadores. “Pescadores”, quedémonos con esa palabra, ya que no hablamos de pescado.

Para finalizar, actualmente veo que el transporte en general, es un ovillo de pelusas enredadas, que nadie tiene el valor, paciencia ni intención de deshilachar para quizás con esas pelusas hacer un bonito mantel.

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