Opinión

Síndrome de Estocolmo en el transporte. "Camionera Metalera". Opinión

Síndrome de Estocolmo en el transporte. "Camionera Metalera". Opinión

¿Qué es el Síndrome de Estocolmo? Es un trastorno psicológico que consiste en mostrarse comprensivo y benevolente con la conducta del captor, secuestrador, maltratador, identificándose con sus ideas y desarrollando un vínculo afectivo con él.

Las víctimas con este síndrome presentan algunas señales como: sentimientos positivos hacia su maltratador, sentimientos negativos hacia las autoridades que se encuentren en contra de su captor llegando a sentirse resentidos con cualquiera que esté intentando ayudarles a escapar de la situación en la que están. Creen que aún siendo víctimas comparten los mismos objetivos y valores.

Si nos vamos al ámbito laboral, el Síndrome de Estocolmo se da cuando el trabajador se identifica totalmente con su empresa, pese a que es allí donde sufre maltrato, justificando, consintiendo y normalizando ser manipulado para que crea que no hay otra salida y que no puede hacer nada para cambiar las cosas.

Si ahora nos vamos al ámbito del transporte, nos encontramos con que estos trabajadores culpan a terceros ya sea el gobierno de turno, sindicatos, gran patronal, cargadores o cualquier bicho viviente antes que al auténtico causante de su mala situación: su empresa.

Es su empresa, sea cual sea su tamaño y número de empleados, repito, es su empresa la que no cumple con el convenio provincial que le corresponde, la que se pasa por el forro el Estatuto de los Trabajadores, la que le hace asumir unas condiciones laborales más que deplorables, la que defrauda todo lo defraudable apoyándose en que el propio trabajador, ya no es que no denuncie, sino que lo entiende, apoya, incentiva, llegando al insulto y vejación de los que intentan abrirle los ojos sobre su situación.

Estos síntomas los veo demasiado frecuentemente entre asalariados y también entre autónomos (con un solo camión), asunto que me preocupa porque si no atacamos la causa real de los males que nos aquejan, malamente podremos ponerle solución.

Nos limitamos a poner tiritas para que no se vea la herida, pero la hemorragia continúa si no solucionamos su causa.

Dejemos de culpar a terceros. Asalariados, seamos conscientes de quién es realmente el causante de nuestras cada vez peores condiciones laborales. Y pongamos remedio. Intentemos reaccionar ante la manipulación que ejercen nuestros propios empleadores.

Porque a vosotros no lo sé, pero a mí las condiciones laborales y salariales me las pone mi empresa y yo las acepto o no.

Nunca en todos los años que llevo en este sector, ha venido ningún gobierno, sindicato, político, cargador, ni siquiera Rita la Cantaora a firmar un contrato de trabajo conmigo. Vosotros ¿Con quién firmáis los contratos?.

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