Fiscalidad de los vehículos en España o donde quien contamina no paga

Fiscalidad de los vehículos en España o donde quien contamina no paga
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Fiscalidad de los vehículos en España o donde quien contamina no paga

Redacción.- España es el 23º país de Europa en cuanto a adopción de vehículos eléctricos de batería (BEV). Mientras que muchos de los países europeos están implementando medidas fiscales que favorecen la adopción del vehículo eléctrico, España sigue ofreciendo más ventajas a los consumidores que escogen vehículos contaminantes.

Transport & Environment (T&E) acaba de publicar The Good Tax Guide, un informe que analiza y compara la fiscalidad de los nuevos turismos eléctricos y de combustión interna en Europa, poniendo el foco en los incentivos fiscales a los vehículos de cero emisiones. Las comparaciones del informe abarcan 31 países, siete formas de imposición y dos tipos de matriculación (privada y de empresa).

España ocupa el último puesto entre los 29 países europeos evaluados en cuanto a ingresos originados por la fiscalidad de los vehículos y los combustibles. Esta inadecuada imposición de los automóviles explica el desfase entre el objetivo de los 5 millones de vehículos eléctricos en 2030 y el volúmen actual de vehículos eléctricos circulando en el país que apenas supera a los 200.000. De hecho, España ocupa el puesto 23 de los 31 países de Europa en cuanto a la adopción de vehículos eléctricos de batería, por detrás de Italia, Francia y Portugal.

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Oscar Pulido, responsable de electrificación de flotas en T&E en España, dijo: "El régimen fiscal español para los coches es anticuado y recompensa al elegir una flota contaminante, cuyo funcionamiento se basa en los combustibles fósiles. Esta situación está en contradicción flagrante con la ambición de ser un país moderno, gobernado por una coalición progresista, y más en un contexto  de crisis medioambiental y energética.”

Las deficiencias del régimen fiscal español aplicable a los coches son múltiples:

Por un lado, sólo una minoría de coches contaminantes pagan impuesto de matriculación debido en el momento de la compra de vehículos nuevos. Este impuesto es proporcional a las emisiones del vehículo. Sin embargo, la exención del impuesto de matriculación se encuentra a un límite muy elevado (120 g/km), y los demás tramos no son lo bastante restrictivos, por lo cual la mayoría de los nuevos vehículos evitan este impuesto. En el año 2021 únicamente un 1,1% de los vehículos matriculados lo hicieron bajo las cuotas del cuarto tramo (el más alto) y apenas un 5,9% lo hicieron con el tercero.

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Por otro lado, España es uno de los nueve países que todavía favorece fiscalmente a los coches híbridos enchufables (PHEV). No los penaliza en función de su impacto ambiental a pesar de que esté demostrado que producen emisiones contaminantes, por la falta de circular sistemáticamente en modo eléctrico. El estudio de T&E concluye que la diferenciación entre los PHEV y los eléctricos de batería (BEV) es nula.

Además, el informe indica que dentro de la normativa fiscal que rige los coches de empresa en el apartado de la desgravación del IVA, así como la amortización, no existe ninguna diferenciación entre los coches altamente contaminantes y los de 0 emisiones. Esto provoca que las empresas no se animen a migrar sus flotas hacia vehículos sostenibles. En Bélgica, Francia o Portugal la cantidad que se puede amortizar depende de las emisiones que emite el vehículo. España debería seguir el paso.

Los hallazgos del informe concluyen que existe un enorme potencial para modernizar  la fiscalidad del vehículo en España, la cual a día de hoy en vez de favorecer los vehículos no contaminantes sigue utilizando normativas que se han quedado polvorientas con el paso del tiempo.

“España necesita reformar urgentemente la fiscalidad de  sus coches. Las cifras demuestran que es de las peores de Europa. En línea con su compromiso climático y ambiental el Gobierno debería adecuar la fiscalidad de los vehículos a los tiempos, es decir favorecer la sustitución de los vehículos contaminantes por vehículos limpios y, de esa manera aumentar los bajos niveles de adopción de los vehículos eléctricos a la vez de mejorar la calidad del aire y mitigar el cambio climático”, concluyó Pulido.

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Foto de archivo