Opinión

No faltan conductores, falta decencia. "Camionero García". Opinión

No faltan conductores, falta decencia. "Camionero García". Opinión
Un conductor de camión
No faltan conductores, falta decencia. "Camionero García". Opinión

Me resulta curiosa una situación que salta a las noticias del transporte de mercancías por carretera estos últimos días. No parece noticia que estén en marcha los RD de marzo y de agosto que permiten avanzar en las reivindicaciones históricas del sector, según algunos representantes del propio sector, y que debieran ser objetivo prioritario en estos momentos para que se puedan aplicar con celeridad y así avanzar en la comprensión e interiorización de dichos cambios.

Pues no. Para alguna organización empresarial, eso sí, de autónomos y pequeños empresarios, lo importante es la falta de profesionales que puedan cubrir la demanda existente o a futuro dentro de la cadena de suministro. Es que se cubren de gloria cuando tratan de desviar los temas para confundir al personal.

Parece ser que las negociaciones con la Administración no sirve de nada, aunque se hayan modificado algunos temas en la ley de extranjería para poder contratar en origen y así facilitar el acceso de extranjeros a las plazas demandadas. Otro tema es cómo hacen las empresas ese proceso, que da para un debate en profundidad por el engaño al que son sometidos estos trabajadores de terceros países.

Pues bien, este problema que no es español solamente, tiene una situación difícil pero no imposible. Todos estos cambios que están sucediendo dentro del mundo del camión en España debieran servir para dar salida a este problema desde las mismas asociaciones profesionales, sin necesidad de acudir a "Papá Estado" para que les resuelva el problema.

Hombre, si uno tiene ya en la mano las herramientas que les permite a las empresas no trabajar a pérdidas, que pueden repercutir sus costes sin tener que fijar un precio único y así poder competir en calidad con terceros para dar el mejor servicio a sus clientes y además ser amables con el medio ambiente y más transparentes en la condiciones laborales de sus trabajadores, ¿Cuál es el problema para no hacer de esta profesión un trabajo más atractivo, empezando por lo económico y terminando por la conciliación familiar?.

Pues la respuesta está en ellos mismos, en su interés. El de esta asociación intentar que muchos de estos futuros profesionales sean parte de su afiliación y además el de seguir el mantra de que no se puede pagar más y tampoco mejorar las condiciones laborales de sus trabajadores. Por eso ese mantra de la dureza del trabajo, de la precariedad salarial, etc., que es cierta pero que si vamos a una segunda lectura, no es otra que asumir que hacen falta auténticos sufridores para aguantar encima de un camión.

Y así estamos, creando una necesidad para cubrir otra necesidad, la de los trabajadores de terceros países que buscan una salida laboral fuera de su país que les pueda permitir vivir dignamente de su trabajo. Ahí está el engaño, en la necesidad del sector y la cuasi esclavitud que pretende para sus trabajadores.

Parece mentira que no hayan sido capaces estos discapacitados funcionales de plantear múltiples opciones que permitirían unas condiciones dignas y adecuadas para los trabajadores nacionales o de la UE, pero sí se han atrevido a decir que, a pesar del altísimo paro en España, no pueden cubrir esas plazas. Si sigo con las segundas lecturas, esta aseveración por su parte, trata de vagos a los jóvenes y no tan jóvenes que no tragan con sus condiciones.

Hoy tienen las herramientas para poder repercutir a sus clientes los costes de explotación y desarrollo de la actividad y así poder crear situaciones para atraer a los jóvenes al sector, dándoles primero salarios dignos y adecuados, cumpliendo los convenios y creando colaboraciones entre empresas para no tener que vivir prácticamente en el camión y así poder hacer los descansos en casa y tener una vida acorde como el resto de los trabajadores.

Parece ser que hay que asumir que un camionero, ya sea asalariado o autónomo, tenga que dedicar la mayor parte de su vida laboral, lejos de su familia, sus amigos y solo tener por tiempo de ocio la pantalla de un teléfono o un ordenador.

Esta es la situación que plantean las empresas españolas a la falta de conductores y profesionales en el sector, pues de todos es sabido que hay modelos en empresas que permiten en ámbito nacional, hacer el trabajo en tiempo y hora, que sus conductores vuelvan a casa a hacer el descanso diario, que respetan los convenios y además son respetuosos con los derechos laborales de sus trabajadores y no es una sola, sino varias las que permiten modelos similares.

No es fácil porque requieren esfuerzos adicionales, pero que dan una calidad de vida diferente a sus empleados y que no merma los compromisos con sus clientes, sino que es posible que sean más eficientes y de mayor calidad, pero esto hay que cobrárselo a los clientes y eso, en una clase patronal poco formada y que no conoce otra forma que la de quitar el trabajo al competidor a base de bajar precio, es imposible para avanzar.

Tal vez sea cierto aquello de que no quieren trabajadores, sino esclavos y esta situación vale para asalariados y para autónomos. Estos últimos con más motivo porque además, buscan enemigos donde no los hay.

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