Europa debe reducir su consumo de petróleo y dejar de financiar la guerra en Ucrania

Europa debe reducir su consumo de petróleo y dejar de financiar la guerra en Ucrania
Europa debe reducir su consumo de petróleo y dejar de financiar la guerra en Ucrania
Europa debe reducir su consumo de petróleo y dejar de financiar la guerra en Ucrania

Redacción.- En respuesta al nuevo paquete de sanciones contra Rusia propuesto por la Comisión Europea, incluyendo el esperado embargo al petróleo ruso para 2023, la responsable de Clima y Energía en Greenpeace UE, Silvia Pastorelli, ha declarado: “El embargo al petróleo ruso es un paso significativo para desinflar la guerra de Putin que, sin embargo, llega muy tarde".

"Sus efectos tardarán en notarse hasta fin de año, -continúa afirmando-, permitiendo a Putin encontrar nuevos clientes para su petróleo. La respuesta a la adicción de Europa al petróleo no puede consistir únicamente en buscar nuevos proveedores, sino en llegar a la raíz del problema, recortando el consumo de petróleo y acelerando la transición a la energía renovable. Para desenganchar a Europa definitivamente del crudo ruso, los líderes europeos necesitan transformar urgentemente nuestro sector del transporte con soluciones que pueden implantarse de manera inmediata, como prohibir los vuelos cortos, sustituir el transporte de mercancías por carretera por transporte ferroviario, e impulsar el teletrabajo y el transporte público. Mientras la ciudadanía europea padece los altos precios del combustible, nuestros líderes deben evitar que las petroleras sigan beneficiándose de la guerra, los conflictos y la crisis climática, e impongan nuevos impuestos sobre las ganancias de estas empresas”.

Aunque España no depende en exceso del petróleo ruso, no está exento del compromiso comunitario para dejar de depender del mismo. Por este motivo desde Greenpeace España hacen extensiva esta demanda al Gobierno de Pedro Sánchez, al que piden que deje de incentivar el consumo de combustibles y apueste por la descarbonización con medidas inmediatas.

“Hasta ahora, el Plan de Choque del Gobierno ha decidido agravar nuestra dependencia con ayudas directas al combustible. Una medida que solo contribuye a incentivar el consumo de gasolina y a enriquecer a las petroleras, en lugar de promover un transporte descarbonizado que nos permita atajar tanto la crisis energética de Rusia como la crisis climática”, ha declarado Adrián Fernández, responsable de movilidad de Greenpeace España.

Fernández ha añadido que “no podemos seguir bonificando combustible mientras se recortan trenes, como ha sucedido recientemente con el Metro de Madrid. El embargo propuesto por la Comisión Europea es un aviso para que el Gobierno cambie las subvenciones indiscriminadas a la gasolina por billetes de tren más asequibles y ayudas al transporte público”.

Estas medidas se incluyen en un paquete de propuestas frente a la guerra de Ucrania, que hoy mismo han presentado, en rueda de prensa, las principales organizaciones ecologistas.

Notas

  • La propuesta de embargo al petróleo ruso entraría en vigor supuestamente en seis meses para el crudo y a finales de año para los productos refinados como el diésel y la gasolina. Esta activación de las sanciones puede demorarse más en Hungría y Eslovaquia por su fuerte dependencia del petróleo ruso.
  • El plan de la Comisión Europea debe acordarse por los 27 gobiernos nacionales de la UE. A finales de esta semana se espera que las embajadas discutan la propuesta.
  • La UE podría recortar hasta un 28% del petróleo ruso que consume en cuestión de meses con medidas a corto plazo en el sector transporte, tal y como demostró Greenpeace en un reciente análisis.
  • Durante el primer mes de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, las petroleras se embolsaron 3.000 millones de euros en beneficios adicionales, según el análisis realizado por Greenpeace.
  • Casi el 70% de todo el petróleo que consume la UE se dedica al transporte, siendo Rusia el país que más petróleo suministra en la Unión (27%), lo que significa que uno de cada cuatro coches, camiones o aviones en la UE se mueve con combustible ruso.

Foto: Greenpeace