Opinión

La reconversión que no llega nunca. "Camionero García". Opinión

La reconversión que no llega nunca. "Camionero García". Opinión

Que el sector del transporte por carretera en España necesita una reconversión y transformación, es una realidad palpable. Una realidad que alguien no la quiere y cuando digo alguien, es porque es parte de la actividad, gana mucho dinero con ello y mantiene al sector en la zona precaria, poco preparada formativamente y sujeta a los vaivenes del mercado. Son unos intereses perversos en la actualidad, pero trágicos socialmente para el futuro. Sí, porque siempre habrá quien conduzca los camiones y furgonetas, pero ¿a qué coste social?.

No soy adivino, pero si todo sigue como lo vemos ahora, es muy posible que la precariedad del sector vaya a más. La oferta de empleo será asumida por personas con necesidades extremas y que dada su formación profesional, con carnets subvencionados o gratuitos, con formaciones CAP menos exigentes y con un mercado al alza, habrá que aprender idiomas para comunicarnos con los conductores.

No quiero poner tintes racistas sobre este comentario, quiero decir que en este momento, es esta la realidad que vivimos hoy en Europa y concretamente en España. Las empresas están buscando mano de obra en otros lugares del globo, sobre todo en aquellas zonas más desfavorecidas, con mayores necesidades y dispuestos a aceptar condiciones de semiesclavitud.

Esto lo estamos viendo hoy en día. Estamos viendo cada vez menos nacionales, o incluso, menos inmigrantes integrados desde hace años en el sector y esto me hace pensar que esta globalización del mercado de trabajo y esa competitividad por aceptar trabajar más por menos, hace perder la confianza en las empresas y están perdiendo esa máxima de crear empleo, riqueza y seguridad en las zonas donde se implantan.

¿Alguien puede pensar hoy en día en ser parte comprometida en cualquier empresa? No, ¿verdad?. Pues esa política de beneficio rápido y en aumento a base de generar precariedad e inseguridad laboral, está echando a los profesionales del sector y dejando como rastro una mano de obra que no antepone la seguridad y los derechos; y así es como vamos viendo como la carretera es hoy más peligrosa a pesar de ser más segura. Porque somos las personas las que ponemos ese plus de seguridad, de calidad y de profesionalidad en lo que hacemos y cómo lo hacemos.

Volviendo al principio. Sí, es a las administraciones a las que les corresponde hacer esa reconversión y transformación. Pero no quieren, no les interesa y esto viene dado por las presiones de aquellos lobbies que apuestan por un transporte casi gratis, a coste muy bajo, como sea, pero que permita competir en el mercado de la logística a coste cero para sus empresas productoras.

Y todo ello, con la complicidad y complacencia de las empresas de transporte, de las grandes, sí, las primeras y de todas las demás después. Y en este agotamiento del sistema nos encontramos. Por eso es tan necesario cualquier movimiento serio, repito, serio que remueva conciencia dentro del sector, porque de las administraciones no podemos esperar nada que no sea un ordeño fiscal de los recursos económicos de unos para subvencionar a otros, para mantener en división permanente a un sector tan importante como es el del transporte. Y hay un hecho que bien analizado lo confirma: la nueva composición del Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC). Un órgano consultivo en el que la mayoría de los transportistas no se ven representados.

Y lo peor de todo, es que estas administraciones piensan que con un dinero en subvenciones para renovar flota, hacer formación y subvencionar carnets gratis, el sector va a tener mano de obra de sobra a medio plazo. Parece que siguen anclados en aquello de camión nuevo, grande y potente; y lo del salario y las condiciones son lo menos importante. Al igual que esas empresas que piensan que el mercado se regula solo, pues están en la antípodas de la realidad. Todos, unos y otros, seguid soñando con los camiones autónomos, que van a ser el acabose de todo, incluidas sus empresas que serán fagocitadas por imperios comerciales del todo vale por la venta on line.

El tiempo les va a poner en su lugar y si las empresas y los trabajadores no le ponen remedio, al camión solo se van a arrimar los turistas para protegerse del sol en sus desplazamientos vacacionales.

Y no voy a ser demasiado negativo, porque siempre habrá quien conduzca ese pedazo de camión y será otro tonto más dándose cuenta tarde del engaño del romanticismo, del turisteo laboral y todas esas mandangas que algunos piensan sobre este esforzado oficio.

Más artículos de opinión de Camionero García  Prohibida su reproducción parcial o total sin el permiso expreso y por escrito del autor y el editor.

Foto de archivo