Opinión

Las empresas y sus asociaciones no dan para más. "Camionero García". Opinión

Las empresas y sus asociaciones no dan para más. "Camionero García". Opinión
Imagen de varios camiones circulando por una carretera
Las empresas y sus asociaciones no dan para más. "Camionero García". Opinión

La verdad, es que no se puede ser nada optimista con la situación que vive el sector del transporte de mercancías por carretera, no por mi visión de las cosas, sino por la forma en que comunican las empresas y sus asociaciones la actual crisis de falta de conductores y el relevo generacional. 

De todos es sabido que se está investigando sobre camiones autónomos que permitirían nuevos modelos de transporte sin tanta dependencia humana, aunque el problema no es el tránsito sino la última milla. Estas investigaciones no son nada halagüeñas para aquellos a los que les atrae la profesión.

Tampoco ayuda ese discurso de las empresas de que esto está al límite y no da para más, lanzando así un mensaje de impotencia y de que sin ayudas institucionales es imposible continuar en la actividad y cuando digo ayudas, me refiero a subvenciones, rebajas fiscales y flexibilidad en el acceso a la actividad, tanto para conductores como para empresas.

No es fácil desvincularse de este discurso y no analizar el futuro posible, porque la amenaza de desabastecimiento es real y esto le afectará a la sociedad en su conjunto. La gravedad del asunto se demuestra cuando, por ejemplo en Inglaterra piden que para paliar el problema a corto plazo sea el ejército quien conduzca los camiones y sí, es de gravedad, porque aún aumentando el salario sustancialmente, tampoco se están cubriendo las necesidades del mercado.

Lo más triste de todo es oír al presidente de una gran asociación de PYMES y autónomos española, decir que el mercado está envilecido y que no pueden repercutir los costes a los clientes, además de reconocer que el transporte en España es el más barato de Europa.

Que esto lo diga un presidente de una gran asociación, que además lo es también de su asociación en Europa, pues deja mucho que desear de la confianza necesaria de su gestión. No es de extrañar la falta de filiación de los autónomos y PYMES a estas asociaciones.

La cuestión importante es que el mensaje pasa de pedir soluciones a sus necesidades, aportando ellas muy poco o nada, a decir que esto no da para más, nada tan negativo de cara a un futuro esperanzador.

Con estas mimbres hay que hacer un cesto. El problema es que las empresas y sus asociaciones quieren que las mimbres las paguemos todos y ellos quedarse con el cesto y lo que va dentro para ellos, sin poner nada, ni ofrecer nada.

De verdad ¿Este es el nivel de la clase empresarial y sus asociaciones? 

Quizás la solución pase, para ellos, por liberalizar los tiempos de conducción y descanso, desvincularse de los convenios provinciales, y liberar al sector de pasar ITV obligatorias, pasando por la no exigencia de carnet de conducir, ni titulación alguna para ejercer esta actividad, porque parece una broma muy pesada que, tanto grandes empresas como pequeñas, junto a sus asociaciones, se arrodillen ante el abuso de los cargadores y admitan trabajar a pérdidas, con las consecuencias que ello contrae.

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