Opinión

No, no todo vale. "Camionero García". Opinión

No, no todo vale. "Camionero García". Opinión
No, no todo vale, opina el Camionero García
No, no todo vale. "Camionero García". Opinión

Uno no puede abstraerse de la realidad cotidiana en el mundo del transporte por carretera y no puede uno más que pensar en la dimensión de los sucesos y trata uno de analizar el por qué de lo que está pasando.

Uno se pregunta, ¿Qué pasa por la cabeza de una persona para llegar a una situación tan límite como para asesinar a otra? ¿Cual es la situación mental de esa persona, para segar la vida de un compañero de profesión? ¿Por qué se llega a esta situación y cómo se controla la salud de los profesionales desde la empresa?

Lo sucedido en La Junquera estos días atrás, es el resultado de las soluciones de urgencia que proponen algunas empresas para sumar conductores a su nómina de empleados, como sea y a costa de lo que sea. Pero el resultado que se está dando no dice nada bueno de los conductores que acceden a la profesión de cualquier manera, pero tampoco dice nada bueno de la gestión de las empresas en su departamento de recursos humanos. Ese departamento que tanto valor tiene y que nefastos resultados está dando.

Uno se pregunta cómo se cuantifica la presión que se ejerce sobre los conductores para llegar a estos extremos. No debe ser casualidad lo que pasa si lo unimos a la, muchas veces, nefasta gestión en materia de formación y control del trabajo por parte de la empresa y sus gestores de tráfico. Pero ojo, que no es cargar sobre una empresa en concreto, es que es este tipo de fórmula la que emplean muchas otras, donde prima más la urgencia del viaje que la integridad humana de los unos y del resto de los usuarios.

Si las empresas, todas, independientemente de su tamaño, no se toman en serio la formación y salud de sus empleados y digo salud, también a los problemas derivados del alcoholismo o drogadicción, lo que se está poniendo encima de un camión es a un criminal en potencia y aunque suene muy fuerte, es una realidad incontestable.

Para este oficio hace falta un poco más de sentido común, un poco más de cordura y mucho, mucho respeto por el resto de compañeros, el resto de usuarios y el respeto hacia una profesión de riesgo y sacrificio como esta y que necesita personas con la suficiente capacidad para sacar el trabajo adelante primando la seguridad y el bienestar de sus trabajadores, para hacer de su actividad un día a día amable y satisfactorio.

Es necesario un llamamiento a todos los actores de la cadena de suministro, transportistas, cargadores y también a la Administración para poner solución urgente a los problemas que tiene el sector, pero no para dar salida a las necesidades de los cargadores, sino para hacer del sector del transporte por carretera una profesión segura, con la atención necesaria por parte de todos y que permita a sus profesionales una vida digna y saludable.

A todos nos toca analizar los sucesos que acontecen en nuestro sector, pero a las empresas les toca rastrear estas cuestiones y ponerles solución. Porque la imagen para todo el sector es penosa y lanza una impresión de peligrosidad del camión donde lo que tenía que ser, solo con su presencia, es una sensación de seguridad por el simple hecho de cruzarnos con un profesional y donde su saber hacer puede tranquilizar a aquellas personas que en un entorno como la carretera se ponen en modo agresivo frente a las circunstancias.

Ojalá nunca más se den estos casos porque no son habituales y antes de que esto se enquiste, debemos poner remedio y si no lo hace el propio sector, lo tendrá que hacer la Administración con controles dentro de las empresas sobre alcohol y drogas, además de exigir los reconocimientos médicos necesarios para detectar estos y otros problemas de salud que nos están acuciando, como son la ansiedad y los problemas coronarios.

No, no todo vale para conducir un camión, pero en esta tesitura, parece ser que las empresas no ponen límites de acceso a sus plantillas y después, quizás, no sea suficiente lamentarse ante los hechos y pedir disculpas, porque aunque colaboren con la justicia en esclarecer dichos hechos, la verdad es que en sus manos está que estas y otras cosas no sucedan.

Para terminar. Sí, es verdad que el sueldo es importante, pero no lo es todo y es por eso que las empresas se fijan más en la necesidad de los aspirantes que en su experiencia o en la formación de nuevos conductores. Esta es la responsabilidad de las empresas y por las que deben pasarle factura la administración inspectora, con las sanciones correspondientes y duela a quien duela, estas sanciones deben de ser ejemplares.

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