Opinión

Yo también soy Basilio Aragón Posada. "El camionero en ruta". Opinión

Foto de archivo
Un conductor de camión
Yo también soy Basilio Aragón Posada. "El camionero en ruta". Opinión

Sí, con todas las letras: ¡¡Yo también soy Basilio Aragón Posada!!, para algunos más conocido como "El camionero ácrata"; me dá igual cómo le quiera denominar cada uno, una o unes..., sencillamente porque le conozco desde hace, ya no recuerdo cuantos años y sé como es, tanto como persona, profesional, compañero de carretera, fatigas y mucho más.

No se trata de defenderle, ni mucho menos, se trata de que aquellas personas que lean esto se tomen, tan solo, cinco minutos para auto-reflexionar antes de opinar, miren hacia su propio interior y después opinen libremente.

Porque se podrá estar de acuerdo o no, con lo que opina libremente en sus vídeos, lo que escribe en sus magníficos artículos de opinión en Diario de Transporte, al igual que el resto de mis compañeros y compañera, que intentamos hacerlo cada semana; sin olvidar nunca lo que opina en los podcast y en los vídeos, el no menos grande Alfredo Gago Rodríguez. Por cierto, en posición política, libre y opuesta a la de Basilio y..., ¿Qué?.

¿No estamos en un país con libertad de expresión?

Pues eso, allá la mente calenturienta, retorcida, envidiosa, traidora y canalla, que hacen algunas y algunos, en la red social del tipo ese que controla las vidas, que censura las opiniones que no son de su gusto, mientras permite vídeos de pornografía, menores, perfiles falsos, publicidad gratis y todo aquello que sirva para engordar su cuenta de resultados económicos. Por cierto, una pregunta: ¿Dónde está el límite de la cuenta de resultados de los millonarios que se pelean por ser el primero en la lista Forbes?.

Porque uno ha visto en esta pandemia maldita, irse también a millonarios, pero el dinero ha quedado en manos de codiciosos herederos capaces de matar por el "vil metal". 

En Basilio Aragón Posada, en Begoña Urmeneta "Camionera metalera", en Camionero García, en Fernando Guillén, en Miguel A. Mata Pardo, o en cualquier otra persona que ha pasado por estas paginas, hay libertad absoluta de expresión, -siempre que se haga sin malsonantes insultos-. Porque son un reflejo duro y claro de la cruda realidad de la profesión de camionero o conductor asalariado ya sea de furgoneta, camión mediano, grande, autobús, tren, patrón de barco o piloto de avión.

Esos y esas profesionales en las que las personas ponen su confianza para que les trasladen de un lugar a otro del planeta. Los y las que ahora mismo están poniendo en riesgo sus propias vidas para que este fin de semana cuando llegue el fin del Estado de Alarma, -que nunca estuvimos confinados del todo-, esas personas salgan a las carreteras con sus automóviles, suban a los autobuses, trenes, barcos o aviones, les exijan ser muy, muy profesionales.

Esas mismas personas que ahora se están comiendo las uñas de manos y pies, impacientes por salir, pero que nos les ha llegado hoy el paquete con el último modelo de telefono móvil, de ropa barata, de balón o sombrilla de playa, pedida por Internet; bloqueando las centralitas de las empresas de transporte y logística reclamando el pedido que hicieron anoche, por no bajar a la tienda más cercana de su barrio.

Pues a esas personas, cuando invadan carreteras, que no maldigan porque no encuentran aparcamiento al estar lleno de camiones con sus conductores descansando, ni tampoco les molesten si les estorban en las carreteras. Que den gracias por su trabajo, que también se jugaron la vida y muchos la perdieron cuando hace más de un año, se les negaban baños, restaurantes y aseos decentes, eran héroes a los que solo aplaudían esos que regatean y miran 20 veces los precios en las tiendas cercanas de sus barrios.

Porque en cada uno de esos profesionales del transporte, hay un Basilio Aragón Posada, una Camionera Metalera, un Camionero García o un Alfredo Gago Rodríguez. 

Así que, comencemos a respetar ideas y posiciones ajenas, que somos muy, muy españoles, capaces de matarnos por una discusión por fútbol o política, aunque cada cual tiene su parte de razón y no pasa nada por dársela al contrario cuando la tiene.

Del mismo modo que las españolas y españoles, somos los más solidarios entre nosotros y con los y las que vienen de fuera a ganarse la vida honradamente. Aunque seamos, eso si, muy, muy frágiles de memoria. Por cierto, estaría muy bien que el "cara-libro", comenzara a pagar a los y las ingnorant@s que se pasan horas y horas delante de una pantalla de móvil, ordenador o tablet, para opinar con odio e ignorancia hasta del desarrollo cuántico de la mecánica newtoniana.

Como siempre, para todas y todos -lo de "todes" me suena a Bable-, ¡¡¡Buena ruta, tanto en la vida como en la carretera!!!.

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