Héroes o mercenarios. "Camionera Metalera". Opinión

A vueltas, una y otra vez, con que si somos héroes o si dejamos de serlo. Es un tema que ya cansa y que por mucho que lo repitamos una y mil veces, no dejará de ser una falacia. ¿Héroes de qué? ¿Cuándo? ¿En base a qué?

A ver si vamos aclarando conceptos. Durante esta pandemia, sobre todo en los primeros meses cuando medio país estaba confinado en casa, es cierto que los camioneros seguimos trabajando ya que se nos consideró esenciales para que el país no se desabasteciera. Cierto. ¿Eso nos hace héroes? ¡Ni de coña!.

Hubiéramos sido héroes si pudiendo estar en casa, hubiéramos arrancado los camiones para abastecer de todo lo necesario a toda la población, GRATIS. Que yo sepa, los héroes no cobran por hacer heroicidades. No paramos porque es nuestro trabajo y cobramos por ello. Lo único que hicimos fue cumplir con nuestro trabajo, porque en caso de haber parado, en caso de negarnos a trabajar, es causa de despido procedente. Y en el caso de autónomos, si paran no pagan letras, impuestos y todo lo demás. Seamos sinceros, al menos, con nosotros mismos.

No estuvimos en las carreteras por amor al prójimo y porque somos tan buenas personas que, de una manera altruista y sin pedir beneficio a cambio, nos lanzamos cual héroes con o sin capa al socorro de nuestros congéneres. No, señores y señoras, lo hicimos porque cobramos por ello. Incluso cuando ampliaron las horas de conducción en algunos supuestos para salir de las zonas más contagiadas, hubo quien se alegró porque así “hago más viajes y me sale un mes redondo”.

No puedo asegurar que algún compañero lo hiciera, pero yo no conozco ningún caso de ningún camionero que lo mandaran a casa a confinarse o por ERTE y cogiera el camión para abastecer el supermercado de turno, sin cobrar, voluntariamente. En caso de que alguien lo hiciera (repito que no conozco ningún caso pero, quizá lo haya habido) ese camionero SÍ SERÍA UN HEROE. Los demás, somos trabajadores profesionales cumpliendo con nuestra obligación a cambio de un sueldo.

¿Que arriesgamos la salud de nuestras familias? ¡Por supuesto! Exactamente igual que todos los trabajadores de los otros sectores que también trabajaron porque eran esenciales. Es más, si me pongo tiquismiquis, aún arriesgamos menos, debido al carácter de nuestro día a día. No estábamos en contacto directo con personas gravemente enfermas, ya que se nos impedía entrar en oficinas, muelles... y evitábamos, casi por completo, el contacto directo con otras personas. Hubo otros sectores que, necesariamente, sí estaban con contacto con enfermos continuamente. Ellos sí que arriesgaron la salud de sus familias mucho más que nosotros. A cada uno, lo suyo.

Lo que sí hicimos bien fue quejarnos y quejarnos y quejarnos hasta el punto del lloriqueo porque teníamos muchos restaurantes cerrados o que no nos servían comida caliente, solo bocadillos, cafés, agua... Por cierto, nos quejábamos porque los que iban abriendo, nos facilitaban ese café, agua e incluso bocadillos muchas veces gratis, y queríamos aprovechar la coyuntura para tenerlo gratis por todo el territorio nacional. Nos pasábamos unos a otros por los grupos de las redes sociales las listas con los restaurantes que nos lo facilitaban gratis y parábamos, ¡claro que parábamos! Incluso los que siempre comemos de cajón y no lo hacemos en esos locales. Por cierto, en cuanto hemos vuelto a la normalidad, hemos regresado a nuestros cajones. Ya nos da igual que esos bares y restaurantes abran... porque ahora nos cobran.

Sólo he oído decir que éramos héroes a nosotros mismos. ¡Anda que no somos fantasmas! ¡Auto denominarnos héroes! Nos pega más la definición de “mercenarios”, ya que hemos participado en este “conflicto” por nuestro beneficio económico. Algo absolutamente legítimo, pero que parece que nos avergüenza.

Ya sé que este artículo levantará ampollas y críticas, pero como siempre digo, es mi opinión... y tengo derecho a decirla. Gastemos nuestras energías en mejorar nuestro sector, que falta le hace, y dejemos ya las bravuconadas y fantasmadas de lado, que flaco favor nos hacen.

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