Opinión

Para ser conductor de primera. "Camionero García". Opinión

Para ser conductor de primera. "Camionero García". Opinión
Para ser conductor de primera. "Camionero García"
Para ser conductor de primera. "Camionero García". Opinión

Para ser conductor de primera, como decía la canción, hace falta ser buen conductor. Pues ya no basta solo con esto.

Hoy en día ponerse en la carretera es un compendio de responsabilidades y conocimientos, y de saltarte estas cuestiones puede desembocar en posibles sanciones o lo que es peor un accidente con todas las connotaciones que ello conlleva.

Pues además si eres un conductor profesional de vehículos pesados, tus responsabilidades y conocimientos se multiplican exponencialmente y pasas a ser muy posiblemente culpable antes que inocente, eres investigado al momento por tus actos, sancionado y condenado antes de ser juzgado y reducido a la mínima expresión en tu autoestima personal, además de ser abandonado por tu empresa o compañeros.

Cuidado, si te quedas dormido, culpable, sin que nadie analice el por qué de ese cansancio que te lleva al sueño. Cuidado si te despistas, porque después de 9 o 10 horas de conducción es muy posible que la atención no sea la adecuada, pero tu no puedes permitirte desatención alguna. Cuidado si bebes un poquito más de la cuenta en una boda, posiblemente además de la justa sanción y aplicación de las normas, pierdas tu trabajo y no se tenga en cuenta si fuiste a la boda con el camión cargado por capricho o con tu turismo particular, el trato va a ser el mismo. Y podría seguir así con varios temas más.

Sí, no se me ha ido la cabeza, todas estas son responsabilidades que un buen profesional debe tener en cuenta, pero son a la postre consecuencias que sufre un conductor profesional de camiones. Comparativamente salen peor parados que cualquier otro usuario de la carretera por el mismo tipo de infracción.

No es justo el trato que se les da desde la sociedad, desde las administraciones y desde la justicia a un sector tan esencial como es el del transporte de mercancías por carretera, pareciera una persecución por el simple hecho de ser grande, pesado y lento, pero también controlado con una espada de Damocles que controla tu tiempo y del que además no eres dueño.

¡Basta ya! que diría el otro. Basta al abuso al que se somete a conductores y transportistas autónomos para que cumplan con unas condiciones que les exige el mercado y que se contradicen muchas veces con la normativa vigente para el sector de las mercancías por carretera.

Y la solución no tiene por qué ni debe venir de fuera, nadie desde fuera conoce mejor la situación que los propios camioneros y transportistas.

Las empresas como máximas responsables de sus conductores son las que deben poner límites a estos abusos, que en muchísimas ocasiones son las primeras en ejercerlo, blanqueando la ilegalidad como único medio de hacer rentable su trabajo, olvidando su mala gestión en los precios y los costes de su cuenta de resultados.

También les toca algo a las administraciones en su obligación inspectora y dejar de ser cómplice de los abusos en empresas y puntos de carga y descarga. A ellos les toca poner atención en sancionar ejemplarmente ciertas acciones y no perseguir al camionero por un exceso de conducción para llegar a casa, por ejemplo.

Pero de todos los responsables el que puede poner coto a estos abusos y desmanes ese el propio conductor, haciendo lo que legalmente puede hacer, ni más ni menos y exigiendo los acuerdos escritos y cumpliendo escrupulosamente las normas y es a partir de ahí cuando se puede empezar a exigir aquellos cambios y carencias que no fijan las normas y que se hacen tan necesarios para encarar el futuro con seguridad y dignidad.

Camionero tú y solo tú tienes la llave, solo falta que pongas el contacto de tu dignidad en marcha.

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