Los 9 puntos que debes revisar en tu vehículo antes de las vacaciones de Semana Santa

Los 9 puntos que debes revisar en tu vehículo antes de las vacaciones de Semana Santa
Los 9 puntos que debes revisar en tu vehículo antes de las vacaciones de Semana Santa
Los 9 puntos que debes revisar en tu vehículo antes de las vacaciones de Semana Santa

Redacción.- A pesar de que en esta Semana Santa 2021 el cierre perimetral de la práctica totalidad de las comunidades autónomas y las restricciones a la movilidad no permitan viajar entre territorios, muchos conductores aprovecharán los próximos días festivos para realizar desplazamientos de corto recorrido.

Por nuestra propia seguridad y por la de los demás, mantener en buen estado nuestro automóvil es crucial. Y es que la precaución y la prevención son primordiales para no correr riesgos en carretera. Por este motivo, y con el fin de evitar sustos e imprevistos, es primordial llevar a cabo una revisión del vehículo en un centro profesional con suficiente antelación. ¿Y qué debemos revisar antes de salir a la carretera en Semana Santa? La red de talleres Confortauto Hankook Masters recomienda la revisión de estos 9 puntos clave:

- Neumáticos:

Es importante conocer el estado de los neumáticos y su presión antes de iniciar el trayecto. Si los neumáticos no tienen el aire suficiente o la goma está desgastada, nuestra unión a la carretera es frágil. Por ello se recomienda tener en cuenta la presión recomendada por el fabricante y ser hinchados antes de emprender nuestro viaje. También es importantísimo comprobar su desgaste y profundidad. Para garantizar el máximo agarre y tracción, la profundidad del dibujo de los neumáticos no debe superar los 1,6 milímetros (límite legal establecido), siendo aconsejable su cambio cuando la profundidad sea inferior a 3 milímetros. Circular con neumáticos desgastados pone en peligro nuestra seguridad y la de los demás, aumentando el riesgo de sufrir patinazos o aquaplaning.

- Frenos:

Junto a los neumáticos, los frenos y amortiguadores completan el “Triángulo de seguridad” de tu vehículo. Estos tres sistemas están estrechamente relacionados entres sí, de tal manera que el mal funcionamiento de uno de ellos también afecta al rendimiento de los otros. Tras el verano, es posible que hayamos dado un uso intensivo al vehículo, con lo cual las pastillas y discos de freno habrán sufrido un serio desgaste. Esta corrosión afecta directamente al correcto comportamiento de los frenos, poniendo en riesgo nuestra seguridad. Si al conducir observamos síntomas como ruidos o vibraciones al frenar, que el pedal de freno se hunde, está muy duro o pierde capacidad de frenado recorriendo más distancia de para detener el coche, deberíamos someter el vehículo a revisión lo antes posible.

- Amortiguadores:

La suspensión es uno de los elementos de más importancia para garantizar el funcionamiento seguro y la conducción confortable en nuestro coche. Ésta se encarga de absorber las irregularidades del suelo y de asegurar que los neumáticos estén siempre en contacto con el firme. Uno de los elementos que determinan la suspensión son los amortiguadores. Éstos se deterioran progresivamente con el uso, por tanto, es importantísimo que se revisen en un taller de confianza cada 20.000 km o en caso de observar cualquier alteración. Si éstos se encuentran desajustados, el coche no se adaptará bien al asfalto, lo que ocasionará que, en determinadas situaciones, los neumáticos pierdan el contacto con la carretera, provocando un desgaste prematuro o desigual del neumático y un menor agarre que haga la conducción insegura.

- Batería:

La batería es la fuente de energía del vehículo, un elemento imprescindible que se encarga de que el motor y los sistemas eléctricos funcionen. Si su estado no es el adecuado, podría comprometer nuestra seguridad. Se estima que el 90% de los fallos de los coches se deben a deficiencias en el sistema eléctrico, y que aproximadamente el 40% corresponden a problemas de la batería, muchos de esos fallos se pueden prevenir si no nos olvidamos de darle un mantenimiento continuo y revisiones periódicas. Esto evitará que se descargue inesperadamente y alargará su tiempo de vida útil.

- Luces:

Los faros del vehículo nos permiten ver y ser vistos, por tanto, es obligatorio mantener el sistema de iluminación y señalización en condiciones óptimas. Para ello, es conveniente comprobar mensualmente el buen funcionamiento de todas las luces (posición, cruce, carretera, freno, marcha atrás, intermitentes y antinieblas) y mantener su superficie exterior libre de barro y suciedad. Asimismo, siempre que se detecte alguna irregularidad (una bajada en la intensidad, por ejemplo) debe consultarse a un especialista. También debemos tener en cuenta el alineado de los faros, ya que una mala alineación puede provocar deslumbramientos a los conductores que circulan en sentido contrario.

- Filtros:

Cambiar a tiempo los filtros del automóvil es clave para evitar que el coche no sufra desgastes prematuros o graves averías. Los filtros son cuatro: el filtro de aceite, el filtro de aire, el filtro de combustible y el filtro del habitáculo. Es importante que cada uno de ellos esté libre de suciedad y partículas que puedan dañar al motor impidiendo que el vehículo funcione de forma apropiada. El buen mantenimiento de cada uno de ellos hará que la vida de nuestro vehículo sea más duradera y que su rendimiento sea mayor. Entre otras cosas, los filtros en buenas condiciones contribuirán a conservar el motor, disminuir el consumo y no dañar el medio ambiente.

- Lubricante:

Los lubricantes minimizan el desgaste de las piezas del motor, canalizan las partículas metálicas surgidas de ese desgaste hacia el filtro, ayudan a la refrigeración y evitan diminutas fugas en el circuito por sus propiedades sellantes. Por tanto, además de sustituirlo cuando indique el fabricante (entre 5.000 y 30.000 kilómetros, según modelo), hay que revisar su nivel con frecuencia. Al menos una vez al mes y siempre antes de un viaje largo. Si el nivel es bajo lo más apropiado es acudir directamente al taller y pedir un cambio de aceite. Los vehículos más antiguos, por lo general consumen más lubricante de lo esperado, en este caso conviene hacer el cambio en menos kilómetros.

- Refrigerante:

El refrigerante cumple una misión fundamental entre los líquidos del coche: por un parte se encarga de evitar la congelación del agua del circuito y por otra de expulsar parte del calor que genera la combustión, por lo que evita un sobrecalentamiento peligroso. Un exceso de temperatura podría fundir los pistones e incluso desencadenar una peligrosa explosión interna. El refrigerante está compuesto, habitualmente, de agua destilada y anticongelante concentrado, que también se encarga de que el líquido no se congele y estropee el circuito en invierno. En resumen, el refrigerante debe tener una temperatura de ebullición muy alta y una temperatura de congelación baja, aparte de propiedades anticorrosivas y antiincrustantes. Conviene comprobar su nivel con regularidad y reponerlo cuando sea necesario.

- Limpiaparabrisas:

El 90% de la información que necesitamos para conducir la recibimos a través de la vista, por tanto, es crucial tener una buena visibilidad mientras se conduce. No en vano muchos de los accidentes suceden con malas condiciones de visión y bajo condiciones atmosféricas adversas, por lo que es importante tenerlos limpios y mantener las gomas de las escobillas en perfecto estado. Las escobillas de los limpiaparabrisas son de goma, y por tanto los cambios bruscos de temperatura, las largas exposiciones al sol y el paso del tiempo juegan en su contra. Es normal que se deterioren, se deforme la goma o se endurezca el caucho y por ello desde Confortauto recomendamos el cambio de las escobillas cada 6 meses. Es un repuesto económico que nos garantizará la visibilidad que necesitamos para conducir con seguridad.

Foto: Confortauto