Razones para que los elevalunas eléctricos fallen

Razones para que los elevalunas eléctricos fallen
Imagen de los mandos de un elevalunas eléctricos
Razones para que los elevalunas eléctricos fallen

Tantear con el dedo para subir y bajar las ventanillas del coche se ha convertido en un gesto automático para la mayoría de los conductores. El elevalunas es uno de los componentes eléctricos que más utilizamos. El paso de la manivela al botón automático ha permitido una mayor comodidad y seguridad al volante. Pero puede ocurrir que el sistema se averíe en el momento menos oportuno y que no puedas ni bajar ni subir el cristal lateral de tu vehículo. 

Estas son algunas de las causas más comunes con las que nos podemos encontrar. 

Fallo eléctrico 

Los elevalunas de la mayoría de los automóviles actuales se componen de un mecanismo elevador y un motor eléctrico que se sitúa bajo la ventanilla en el interior de las puertas del vehículo.  

Uno de los motivos de avería más sencillos de solucionar se encuentra en los fusibles, pequeños dispositivos que actúan como medida de regulación y protección del sistema eléctrico del coche. En ocasiones se dañan o se queman y no permiten el paso de la corriente ni, por lo tanto, el funcionamiento de los elevalunas. 

Es común que la caja de fusibles esté situada bajo el volante o en los laterales del vehículo, pero varía mucho según el modelo. Por eso es conveniente acudir al manual del usuario del coche para localizarlo. Reemplazandolo por uno nuevo, tu ventanilla recuperará el movimiento. 

También puede haber averías mecánicas por el desgaste a lo largo del tiempo o incluso la rotura de alguna de las pequeñas piezas móviles de las que se forma el mecanismo. En ese caso lo más recomendable es dejarse aconsejar por los especialistas que te indicarán si vale la pena arreglarlo o es preferible cambiar el sistema. 

Averías en verano 

Pese a que el verano es la época donde más averías de elevalunas se detectan, el calor no es el único motivo. Efectivamente, las altas temperaturas pueden acabar fundiendo alguna de las pequeñas piezas del mecanismo interno o provocando la rotura del cristal lateral de tu vehículo. Pero hay más. En los meses de invierno, pulsar el botón de la ventanilla es un gesto al que apenas recurrimos salvo en ocasiones muy puntuales. La humedad, el polvo y la suciedad acumulada pueden producir fallos eléctricos que se detectan en el momento de volver a bajar los cristales del coche. 

Cómo prevenir estas averías 

Hay averías que no se pueden prevenir ni evitar. Pero con algunos pequeños gestos diarios se disminuyen las probabilidades de fallos y todos sus inconvenientes. Por ejemplo, bajar y subir de vez en cuando los cristales de todas las puertas del coche ayuda a prevenir la acumulación de suciedad y la oxidación interna. 

También es conveniente que revises el estado de las juntas, que las mantengas limpias y que las cambies cuando sea necesario. Los sellos de las ventanillas no sólo aíslan el interior del vehículo del ruido externo, también protegen de la humedad y la lluvia y ayudan así a evitar este tipo de averías. 

En caso de que la ventana del automóvil se quede bajada y no puedas subirla con el sistema eléctrico, puedes optar por una solución provisional hasta que tengas la posibilidad de acudir al taller. Desmonta el panel de la puerta y álzala de manera manual. Si es preciso, puedes sujetar el cristal con algún tipo de adhesivo. 

No solemos darnos cuenta de la comodidad y practicidad de nuestros elevalunas eléctricos hasta que fallan. Con estas fáciles rutinas se pueden evitar o al menos retrasar los trastornos que estas situaciones nos acarrean.

Foto de archivo