NGVA Europe: el necesario crecimiento del GNL para el transporte

NGVA Europe: el necesario crecimiento del GNL para el transporte
Imagen de un camión a GNL
NGVA Europe: el necesario crecimiento del GNL para el transporte

Redacción.- Hoy en día, el GNL es el combustible a prueba de futuro para el que tanto vehículos como infraestructura ya están disponibles en gran medida, son asequibles y, lo más importante, tienen las emisiones más bajas.

Esto se debe a que la “N” en el GNL podría reemplazarse fácilmente con un “R”, ya que ha habido una proporción cada vez mayor de gas renovable en su mezcla de combustibles. Por lo tanto, necesitamos de forma urgente herramientas legislativas actualizadas que aborden el análisis Well-to-Wheel para reconocer sus beneficios ambientales.

¿Qué es un camión limpio?

El GNL es un combustible que se utiliza principalmente para vehículos pesados ​​y en el sector marítimo. Los camiones de servicio pesado modernos de 40 toneladas tienen las mismas características técnicas de par motor, especificaciones y generación de energía que sus equivalentes diésel, pero con un nivel de ruido más bajo. Además, hoy en día el GNL también se utiliza cada vez más para los autobuses interurbanos.

La transición a sistemas de propulsión alternativos en el sector del servicio pesado es bastante compleja, ya que la necesidad de almacenar de forma segura grandes cantidades de energía a bordo es fundamental: se trata de peso, autonomía del vehículo, almacenamiento seguro y los costes consiguientes.

Comparación de las tecnologías actuales: para operar un camión pesado de 40 toneladas durante más de 1.000 km, se necesitarían aproximadamente 330 litros de diésel, o bien 280 kg (620 litros) de GNL o, si es completamente eléctrico, una capacidad de batería de 1.600 kWh. Suponiendo una densidad de energía de 250 Wh/kg, esta capacidad de batería requerida significaría un excedente de 6.400 kg de peso que se reflejará directamente en una reducción de la carga útil.

Para poner las cosas en perspectiva, un camión comercialmente atractivo debe poder viajar más de mil kilómetros por cada operación de repostaje. Como tal, es necesario almacenar una cantidad adecuada de energía en el menor volumen posible. Por lo tanto, el GNL es la solución de combustible ideal para el sector del transporte pesado y, como tal, se espera que juegue un papel cada vez más importante en una economía global donde los intercambios comerciales de carga solo se intensificarán. Por tanto, no es de extrañar que actualmente ya haya unos 11.000 camiones propulsados ​​por GNL en las carreteras europeas.

Infraestructura: la energía debe estar donde están los vehículos

El GNL no aumentaría si no existiera una red de repostaje. El mapa de infraestructura de carga de gas (disponible en el sitio web de NGVA Europe) ya indexa más de 300 estaciones públicas de GNL (y 3.900 estaciones de GNC) en Europa.

Solo desde enero se han sumado 50 estaciones de GNL. Con su gran alcance, estas estaciones son suficientes para alimentar la totalidad de la actual flota de vehículos a GNL en Europa, aunque no es suficiente para hacer frente a la rápida demanda, especialmente la procedente de los países de Europa del Este. Como tal, es crucial el desarrollo de una infraestructura de suministro adecuada que garantice la flexibilidad que requieren las operaciones logísticas.

Biometano en aumento

El GNL es una solución eficaz y sostenible para lograr los objetivos de descarbonización a largo plazo de la UE. A corto plazo, mejora la calidad del aire, incluida la de puertos y costas cuando se utiliza en el sector marítimo. Este es un beneficio claro sobre cualquier otra tecnología existente y lista para el mercado.

El uso de gas natural puede ofrecer una reducción de CO2 de hasta un 20% para los camiones pesados ​​en comparación con el diésel. Además, todos los vehículos que funcionan con gas se pueden alimentar con biometano o una mezcla de combustible variable que consiste en gas natural y biometano. En este sentido, son posibles reducciones de emisiones que superan con creces el 20% mencionado por la UE.

Hoy en día, ya hay un 17% de biometano disponible para abastecer la flota de vehículos a gas de Europa. Actualmente, el biometano se distribuye principalmente como GNC, que generalmente se dedica a otros tipos de vehículos además de los camiones (automóviles, autobuses o vehículos comerciales ligeros), pero ahora también se está convirtiendo en una realidad de rápido crecimiento para los vehículos a GNL. Dependiendo de cómo se produzca este biometano, puede permitir un enorme ahorro de CO2 de hasta un 95% en comparación con los combustibles convencionales.

Acuerdo Verde de la UE: la meta de -55% CO2 es accesible

Las emisiones de los vehículos de hoy solo se miden en el tubo de escape y, por lo tanto, los inmensos y reales ahorros de CO2 de los vehículos a gas no están reconocidos por el actual Reglamento de Normas de Rendimiento de Emisiones de CO2. Solo un enfoque de sistema, derivado del análisis “Well-to-Wheel” (WtW), puede medir el impacto de sus emisiones “reales” en el clima, ya que también tiene en cuenta el origen del combustible.

Esta forma de contabilizar el CO2 puede representar un punto de partida justo y podría producir efectos indirectos positivos para otros combustibles y modos de transporte, así como también sería aplicable a todo tipo de combustibles biológicos y sintéticos. Cuando se utiliza como combustible vehicular, el 40% de biometano ya es suficiente para alcanzar el objetivo del Pacto Verde Europeo 2030: -55% de CO2.

Un futuro con cero emisiones netas del transporte: ¿cómo hacerlo?

Es imprescindible apuntar a las cero emisiones netas a largo plazo. Pero para que esto suceda es necesario que exista una cartera de tecnologías limpias que, en la actualidad, pueda cumplir dos condiciones principales: capacidad de acelerar rápidamente el proceso de descarbonización, mientras se cumple con las necesidades del cliente y del mercado, que incluyen la asequibilidad y la accesibilidad. Por lo tanto, instamos a soluciones legislativas para reconocer los beneficios ambientales “reales” de los combustibles para el transporte.

El gas es un combustible para el transporte, y no importa si es para autos, buses o camiones, es el combustible a prueba de futuro para el que se otorgan todas estas condiciones, para el cual los vehículos y la infraestructura ya están disponibles en su lugar y, lo más importante, es capaz de generar un impacto positivo en nuestro medio ambiente.

Información y foto proporcionada por: NGVA Europe