Opinión

A buen entendedor... "Camionero García". Opinión

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Un joven camionero
A buen entendedor... "Camionero García". Opinión

Con una caída de la actividad de más o menos un 30% y con una cantidad importante de empleados, unos 70.000, aún en ERTE, se sigue hablando de falta de conductores en el sector del transporte de larga distancia.

La DGT va a cambiar la norma para que los mayores de 18 años puedan acceder al carnet C+E y así ampliar el abanico de edad para poder conducir vehículos pesados.

A la patronal CETM esta noticia le agrada, pero ya se ha hecho alguna prueba con conductores noveles sacados de las autoescuelas con el compromiso de empleo y formación por parte de las empresas. Concretamente un caso dió como resultado los siguientes datos: de cada diez candidatos, siete solo se sacan el carnet como última opción y voluntariamente no acceden al siguiente periodo de formación, de los otros tres, uno no supera las pruebas por falta de actitud, otro no continúa después de varios meses por las condiciones laborales y el último, solicita la baja voluntaria por haber encontrado un trabajo mejor o que se adapte mejor a sus deseos. El resultado es claro, una inversión poco rentable para las empresas.

Ya sé lo que se opina en el mundo de los conductores, “que paguen más”, “que solo quieren esclavos”, “que los jóvenes no son tontos”, etc. y tienen razón.

Las empresas quieren que sus conductores comiencen al 120% desde el primer día, cosa imposible dado que cada empresa tiene unas condiciones y una clientela con unas peculiaridades bien diferentes entre sí y entonces priman la experiencia a la formación. La formación es una inversión que este sector no entiende así.

Muchas empresas dejan en manos de los conductores veteranos la formación de los noveles y es así como muchos copian los modelos de quienes les enseñan. Muchos de estos modelos no son bien acogidos por las empresas, pero como el seguimiento de la formación continua es nula, se crean bolsas de conductores viciados que tienen difícil adaptación en otro tipo de empresas donde el control del trabajo y su ejecución lo marcan las empresas por imposición de su clientela. Esta situación no es mala, siempre y cuando el tiempo de trabajo se adapte a la norma o convenio y los descansos estén como mínimo en lo establecido en dichas normas. A esta forma de trabajar muchos conductores no se adaptan y prefieren el libre albedrío, cosa que en la actualidad está en decadencia por el control de costes y la pobre rentabilidad que le da a la empresa esta fórmula de trabajo.

Puede ser que los fanáticos de la verdad absoluta se me echen encima llamándome de todo menos bonito, quizás empresario negrero o defensor de la patronal o sabe Dios qué, pero el control de gasto en la actualidad es fundamental para la continuidad de las empresas en la actual situación de precios a la baja.

No quiero ser agorero, pero se avecinan malos tiempos y hay amenaza de despidos y salarios a la baja para los conductores asalariados y precios a la baja para los autónomos y empresas, ojalá que no esté acertado en mis previsiones, pero la crisis global del COVID-19 se presenta con caídas en el PIB muy importantes y un IPC negativo y con un retroceso en la economía que augura un negro futuro al sector, donde mas de una empresa caerá irremediablemente.

Perdonen mi pesimismo, pero no voy a disfrazar la realidad de un optimismo frágil donde va a ser fácil equivocarse.

Alguien me apuntaba el otro día que en el sector de la logística tienen que cambiar muchas cosas por parte de las empresas y también por parte de los trabajadores. Ambos, empresas y trabajadores llegan tarde para apuntalar sus objetivos más urgentes y necesarios. Las empresas porque no esperaban que la pandemia les pudiera dejar fuera de juego además de haber estado trabajando y exponiendo más riesgo de la cuenta y los trabajadores conductores, también van tarde sabiendo que los objetivos ya debían estar logrados desde hace tiempo y que no han llegado por los individualismos y el ande yo caliente, ríase la gente, o por dejarse llevar por algunos que han intentado cosas que son más idealistas que realistas.

No pintan buenos tiempos para la unidad cuando la supervivencia prima sobre la colectividad y que toda llamada a la unidad siempre será bienvenida, pero hay una realidad que supera toda ilusión y no es otra que tomar decisiones más o menos dolorosas y quien va a ser la parte que la soporte, las empresas o los trabajadores y todos los indicadores apuntan hasta hoy, que van a ser los segundos. ¡¡Suerte y aciertos!!.

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Foto: Archivo Diario de Transporte. Prohibida su reproducción parcial o total sin el permiso expreso del editor.