Opinión

Cuestión de confianza. "Camionero García". Opinión

Cuestión de confianza. "Camionero García". Opinión
Una carretera con mucho tráfico de camiones
Cuestión de confianza. "Camionero García". Opinión

Hoy en día, toda relación duradera está basada en una cuestión de confianza. Confianza como la que tiene el Camionero García con Diario de Transporte, una relación forjada por los años que lleva de vida este diario. Una relación que me brinda opinar, con independencia y libertad, porque su línea editorial es la que es, independiente, rigurosa y creadora. Una línea de contenidos, tratados con el máximo respeto, para dar una información veraz, sin prejuicios y sin señalar ni juzgar a instituciones, empresas o a personas por su origen. No cabe el amarillismo, ni los titulares llamativos y manipulados para atraer discusiones sin sentido, que lo son más por el titular que por el contenido. Esa manía tan española de opinar por un titular sin haber leído ni entendido la totalidad de lo escrito. Eso gusta en otros lares, en Diario de Transporte, se trata la información para no ser más que información y no un corta pega con titulares manipulados y fotos acusatorias.

Esa misma relación no es la que tienen los asociados de CETM, FENADISMER y otras asociaciones que componen el CNTC. Una relación que ya no parece de confianza, pues lo que debía ser una sola unidad del transporte español, respecto al paro convocado para finales de julio, no lo parece tanto, cuando no se ve ánimo por parar, ni acompañamiento del sector a los mandamás del comité nacional. Aunque son claras las reivindicaciones, nadie o casi nadie cree en ellas, pues no hay nada que esté escrito en las normas y leyes que regulan el sector que se cumplan al 100 %. Por tanto, la pérdida de confianza hacia una mejora del sector se queda en la mesa de negociación y esto es así porque hay tanto que no se cumple que estas, van a ser una más.

Y puedo seguir. Los mismos que ahora son adalides de dichas reivindicaciones y derechos para los trabajadores, son los representantes de las empresas en los convenios provinciales, junto con los representantes sindicales de los trabajadores, todos ellos avalados por el gobierno de turno que publica en el BOE dichos convenios, para que consten. Y para que conste, ahí están siendo violados sistemáticamente por los que dicen que quieren mejorar el sector. Son lo que son, charlatanes de medio pelo, que a nada que se den la vuelta, las puñaladas están aseguradas.

No hay confianza en estas relaciones porque lo que se firma no tiene un seguimiento por ninguna de las partes interesadas. A las empresas porque no les interesa, los sindicatos porque solo están para la foto, porque son estos los garantes, aunque la afiliación sea mínima, y los que tienen la obligación de que se cumpla lo firmado. A los gobiernos ni se les espera, porque para el transporte de mercancías por carretera, simplemente, no están. Y los trabajadores… en fin, que en su ignorancia, y no les culpo, prefieren denunciar en las redes sociales, Diosas salvadoras de todas las penurias de sus seguidores. Y yo, entre ellos, aunque sea como observador de lo que se cuece en la base del sector.

Pero si algo tiene que cambiar, eso debe venir por la parte legislativa e inspectora. Como la letra con sangre entra, no podemos dar nuestra confianza al nuevo paquete de movilidad, si no viene acompañado de más inspección y mayores sanciones para aquellos que violen las normas y se pasen los derechos de los trabajadores por el forro. No puede ser que montar una empresa de transportes en Europa, o en algunos países de la Europa comunitaria, sea un salvoconducto para el libre albedrío, la explotación de sus trabajadores y un fraude fiscal para las haciendas públicas.

Si queremos un transporte rentable y con futuro, debemos cambiar las reglas de juego y empezar a ganarnos la confianza entre nosotros mismos, para que terceros, cargadores, instituciones y gobiernos cuenten con nosotros como lo que somos, un sector esencial y estratégico.

Hoy hemos perdido la confianza en nuestro sector, por eso es tan poco atractivo y poco hacemos por recuperarla, y esta confianza nos daría seguridad y garantía de supervivencia y para ello debemos lavar la mala imagen que tiene la sociedad de los camioneros y en esto, las empresas deben tomar la iniciativa; los gobiernos, en la formación obligatoria de los trabajadores/conductores del sector; y nosotros mismos cambiando ciertos hábitos y actitudes.

Entonces sí confiaremos los unos en los otros y ahí habremos empezado a ganarnos nuestro futuro.

Esta es la opinión del Camionero García, dueño y responsable de sus palabras.

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