Cambiar para que nada cambie. "Camionero García". Opinión
A dos días de la aprobación definitiva del paquete de movilidad, los países del este se apresuran a que esta votación sea negativa y no pueda ver la luz dicha reforma. Los intereses de estos países están claros, el peso del transporte en su producto interior bruto frente al resto de países. Esto dice mucho de lo mal que lo ha hecho y está haciendo la Comisión Europea respecto al transporte de mercancías por carretera y cuál fue el interés de las grandes multinacionales que necesitaban un transporte barato para mover sus productos a los largo de toda la comunidad europea.
En mi humilde opinión y hasta donde me da mi conocimiento, creo que esta situación del dumping social en el sector transportes se les ha ido de las manos y lo que están tratando de hacer es poner paños calientes que satisfagan a todos, sobre todo a las grandes transnacionales que no quieren que nada cambie y así parece que va a pasar. Porque aunque se apruebe el paquete, los logros respecto a lo que se pretende es un paso adelante, pero tan pequeñito que vistos los antecedentes, se lo van a pasar por el forro, porque siempre será barato pagar una sanción o trasladar la empresa a un país con mayores ventajas fiscales, sin ser una empresa buzón.
Las leyes, las normas o los reglamentos siempre van por detrás de la realidad social de las cosas. Quiero decir, que cuando se va a modificar una norma es porque el avance de la cuestión a cambiar, dicha norma se ha quedado obsoleta. Pues bien, a mi modo de ver, este paquete de movilidad está ya obsoleto sin ser aprobado aún, visto la rapidez con la que avanza el sector transportes y las necesidades de sus clientes y por supuesto, las necesidades y derechos que tienen sus trabajadores y de quien se olvida todo el mundo en aras de un servicio eficiente, rápido y ecológico.
¿Es que a estas alturas hay alguien que se crea que no hay otras políticas posibles que mejoren las condiciones de los trabajadores del sector?
Podrían las instituciones europeas armonizar la fiscalidad para el sector, así como las condiciones salariales de los conductores que hagan transporte internacional. Incluso, si Europa quiere, no es necesario hoy en día que un conductor de Huelva tenga que ir si o si, hasta el norte de Suecia o Finlandia. No sería necesario, si montar sucursales en diferentes países tuvieran unas obligaciones y fiscalidad similares y que permitieran la competitividad necesaria. Tal y como está montado el sistema, ha sido pensado y diseñado para dar un servicio low cost, basado en la precariedad que sufren dichos trabajadores.
Que no se equivoque nadie, porque si se quiere, se puede y hoy por hoy, ningún país europeo, ni la Comisión Europea, ni las empresas cargadores y las propias empresas de transportes que también así lo han demostrado, no quieren que nada cambie y con este paquete de movilidad, lo que van a hacer, es un lavado de cara y una actualización que más bien es un sucedáneo de lo que es necesario y de derecho para estos trabajadores.
Es mi opinión y ojalá me equivoque, pero esta reforma no va a solucionar las carencias que sufren los conductores, porque se van a seguir violando sus derechos sociales como los tienen el resto de trabajadores de la UE. Seguirán sin conciliar como se debe vida laboral y familiar, sus salarios estarán sujetos a su país de contratación, con documentos manipulados sobre los salarios mínimos de los países por los que circularán, cargarán o descargarán. Seguirán viviendo en las cabinas, porque pararán en aparcamientos homologados para hacer los descansos normales, aunque dichos aparcamientos y sus servicios estén de mierda hasta las orejas y estos trabajadores, no tendrán más derecho que la pataleta o el silencio.
Creo que se nos está tomando el pelo, porque un cambio de normativa, sin aumento de la inspección, sin inversión en seguridad y sin políticas a la vista que mejoren la vida de estos conductores, es y será más de lo mismo, y sí, hay otras formas de hacer políticas que mejoren su trabajo y su vida, pero cuestan dinero y no somos tan importantes como para invertir ingentes cantidades de dinero. Pero sí nos quieren hacer entender que somos esenciales y por ello debemos tener ese punto solidario para que todos, todos, vivan bien del camión y sus servicios, todos menos sus conductores.
Cambiar para que nada cambie, esa es la cuestión. Al tiempo.
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