Opinión

Traficando. "Camionero García". Opinión

En corto: El conductor del camión debe ser escuchado y atendido. "Camionero García". Opinión
Unas manos al volante de un camión
Traficando. "Camionero García". Opinión

Parece que el transporte de mercancías por carretera es el sector ideal para las nuevas mafias del tráfico ilegal de lo que sea y seguro que tiene una buena explicación.

Comenta uno de mis lectores habituales que este mundo del camión está lleno de borrachos, drogadictos y delincuentes. Esta es su opinión para dar explicación a muchas de nuestras frustraciones habituales a la hora de reivindicar algunos derechos que hemos perdido o que queremos conquistar y quizás en cierto modo, no le falte razón.

De un tiempo a esta parte, cada vez son más las noticias de detenciones de camioneros por tráfico de drogas, o detenciones por conducir bajo la influencia de estupefacientes o del alcohol. No se si es por la soledad del trabajo o por la necesidad dada la precariedad salarial que soporta el sector.

Visto esto con un poco de distancia, siento que las mafias y la delincuencia se han fijado en esta parte de la población donde la necesidad parece que obliga a infringir la ley para poder salir rápidamente de una situación de supervivencia, tomando unos riesgos indeseables para uno mismo y sus familias. Esta parte de la sociedad son los actuales conductores de camiones, que viven una situación de desamparo y abandono en sus trabajos, que no les permite salir dignamente de una situación de cuasi explotación y devaluación salarial que, lejos de progresar en su calidad de vida, esta, se degrada y retrasa la tan ansiada independencia económica y suficiencia financiera para no tener que estar años y años detrás de un volante, sobreviviendo en la cabina de un camión durante al menos once meses al año.

Un sector ideal para este tipo de tráficos, pues la rapidez en los tránsitos, la libertad de paso para las mercancías en las fronteras y la baja cualificación de sus trabajadores, hacen que una buena oferta haga pensarse a más de uno, que la posibilidad la pintan calva y que con dos o tres viajes solucionen sus finanzas a corto plazo, luego pasa lo que pasa. Mientras, el sector profesional sufre la mala prensa de todas estas acciones que, muy a pesar nuestro, se ven más que nuestra labor diaria en la cadena “legal” de suministro.

Nos señalan por nuestras malas acciones y alentamos la comisión de pequeñas ilegalidades, imaginamos persecuciones donde no las hay y vemos fantasmas donde solo existen realidades personales e intransferibles. Cada persona es un mundo y en este mundo del camión, una acción señalada de un “mal” compañero es vista por la sociedad como un mal endémico del sector y vaya si se ve, porque nuestros camiones son grandes vehículos que no pasan desapercibidos. Como en algunas campañas de la DGT, nos señalan y no como personas que cometen un accidente temerario sino como “un camionero mató a… “, aquí ocurre igual, en vez de señalar a delincuentes que aprovechan la debilidad del sector para sus trapicheos, lo que se hace es nombrar como camioneros a delincuentes y traficantes.

Para terminar, quiero dejar bien claro que esta profesión está llena de buena gente que se sacrifica en su trabajo para llevar un poquito de futuro a sus familias. Que si no hay más y mejores profesionales, quizás sea por una legislación que hasta ahora no ha pretendido más que un sector de baja cualificación que permita unos precios de los servicios bajos donde los todopoderosos cargadores puedan vomitar toda su tiranía. Donde las clases políticas ven un sector donde descargar su mala gestión y poca visión de la realidad y de la importancia que tiene el mundo del camión para el buen desarrollo de esta Europa que abandona a su suerte a miles de camioneros todos los días por esas carreteras de Dios.

Que el futuro es incierto, está claro y que este futuro lo forjamos nosotros, también.

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