El matrix del transporte. "Camionero García". Opinión

Lo cierto es que, desde mi percepción, existen tres realidades en el mundo del transporte por carretera, una personal y quejica y la otra, colectiva y poco profesional. Fuera de estas dos realidades, quedan aquellos que hacen de su oficio su pasión y en su haber queda la profesionalidad. 

Ingenuo de mí, que todas las reivindicaciones que se piden y todas las quejas que se elevan eran una realidad palpable y lo son, sin duda alguna, pero la cuestión viene por el comportamiento en el terreno y de ahí, lo dicho, mi percepción. Cuando uno se baja al terreno y comprueba, que no deben de ser muchas las horas que se echan y que deben de pagar muy bien los viajes y los correspondientes sueldos. Para ganarse uno el respeto, lo mínimo, mínimo es ofrecer el respeto debido. Somos nuestro propio enemigo, ¿por qué ir a más velocidad de la legal establecida? ¿para hacer más viajes? Cuanto más trabajes a los precios actuales, más pierdes. 

Se ha perdido la educación, el respeto por el compañero, no se agradecen los buenos comportamientos, no se respeta a los que comparten la carretera con nosotros, no se respetan las normas, las instalaciones, los vehículos. ¿Y así queréis que nos hagan caso?  No nos respetan porque nosotros mismos nos hemos perdido el respeto, nos contentamos con ser héroes a tiempo parcial. La verdad es que, uno desde detrás de las bambalinas, ve las cosas de otra manera y no por ser muy empático va a cambiar una realidad que nos está aniquilando. 

Se avecinan tiempos muy duros y lo que no estamos aprendiendo ahora, nos lo van a enseñar con sangre y no es que falte valor, falta honorabilidad. 

Otra realidad que se veía venir es la de las macro empresas del este. Cualquiera que sepa un poco de transporte sabe que toda esa política de abaratar precios a costa de los bajos costes salariales y socio laborales tienen un corto recorrido, lo hemos visto ya en otro tiempo. La estrategia de estas grandes empresas es ganar beneficio a corto plazo, recoger ese gran capital y a la mínima crisis recortar de los salarios y del empleo. Es el modelo occidental liberal de trabajar. Y lo hacen porque la fuerza del trabajo, obreros y autónomos no son capaces de articular una unidad potente que no permita los abusos de estas superestructuras empresariales. 

Suben muy rápido, crecen sin parar de la mano de unos clientes/cargadores que son auténticos carroñeros a los que no les importa dejar cadáveres por el camino. Pero cuando caen, también caen con gran virulencia. Lo estamos viendo últimamente con algunas firmas que todos conocemos. 

Y otra realidad que hay que poner mucha atención en ella es la de las cargas y descargas. ¿Ahora hay que prohibirlas? ¿Mientras dure la alerta sanitaria? ¿Siempre?. Yo diría, si se prohibieran por ley ¿vais a cumplir la norma? Permitirme que me ría. 

¿Es que hay que pedir al gobierno que prohíba por ley las cargas y descargas? Y esto lo piden las asociaciones empresariales. Que cobardes y rastreras son. Ellas, las empresas son las que deben de dar orden a sus conductores que no hagan la descarga de los camiones y además de dar esta orden, les defiendan hasta el final frente a los cargadores y los destinatarios con instrucciones muy concretas y claras. 

Hasta donde yo sé, las cargas y descargas corresponden a los cargadores y los destinatarios de las mercancías. Solo, si hay pacto en contrario y salvo contadas excepciones, que no son las cargas generales, ni de alimentación ni de ninguna otra cosa que no sea algunas mercancías peligrosas en cisterna o pulverulentos. Y si las empresas cobrasen por hacer esas operaciones, no pueden obligar de ninguna manera a descargar al conductor, salvo que sea carga fraccionada (repartidores). 

Pero no acaba aquí la cosa, entre autónomos y asalariados no existe una fortaleza para soportar el rechazo de este abuso y en aras de la vuelta a casa o por la rapidez a ir a la próxima carga hacen que cedan al abuso, sin ventaja, porque las pérdidas en los tiempo de espera, no les hacen rentabilizar su negocio o su trabajo. 

Vivimos en una hipocresía total en el sector y esta falta de criterio y verdad es la que va a acabar por alejar a los trabajadores de este sector.

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(Foto de archivo)