Opinión

Malas compañías. "Camionero García". Opinión

Malas compañías. "Camionero García". Opinión

 

Uno se levanta por la mañana con el ánimo de hacer bien su trabajo y sentirse orgulloso de que su esfuerzo ha valido la pena. Te pones a los mandos de tu camión y comienzas tu jornada deseando que todo vaya según lo planeado hasta que haces la primera parada y te encuentras con ese compañero malhumorado que es protestón, quejica e insolidario, que mira sólo por sus intereses y que muchas veces tira la piedra y esconde la mano.

De estos hay unos cuantos en nuestro oficio, ya sean autónomos, alguno de ellos bien acomodado y poco dado a hacer esfuerzos. También en los asalariados los hay y muchos, se quejan de todo, a veces justamente, otras porque no entienden la propia idiosincrasia del trabajo de camionero. Suelen ser personas que quizás tengan problemas personales que trasladan al trabajo o viceversa. Muchos de ellos sin tener una idea clara de lo que quieren y que opinan según les dé el aire, a veces llevados por idealistas mesiánicos que ven una persecución permanente en lo que hacen.

Todo esto viene a cuento porque estas situaciones contaminan el entorno de las relaciones entre transportistas y clientes o enrarecen las relaciones entre los propios camioneros, perjudicando de esta forma la actividad que cada uno desarrolla. Estas personas suelen ser negativas y tendentes a ponerte zancadillas, o a traicionar lealtades. Hacen que el trabajo se convierta en una pesadilla para quien tiene que soportarlos día a día, haciendo que uno se distancie de sus compañeros y desconfíe de cualquier situación que se le pueda dar durante su trabajo. Estos manipuladores de voluntades, no suelen dar la cara en el lugar que corresponde y siempre se quedan un paso atrás como si la cosa no fuera con ellos, la verdad es que son una rémora para el oficio.

Cuando uno se encuentra con elementos contaminantes como estos tiene tendencia a demostrar porqué las cosas son como son y cuando dices alguna verdad dolorosa, ellos la tergiversan y la hacen llegar manipulada o infundamentada a donde no debe llegar, quizás buscando un interés espurio que le permita mantener su status de mantenido inoperante. Hay que alejarse de estos seres que contaminan el aire por donde pasan.

Elegir una buena compañía en este trabajo es una labor ardua, porque escuchar hay que escuchar a todos, pero luego hay que sacar conclusiones y ser crítico con lo escuchado. A veces hay que ser comprensivo con estas personas y ponerse en su lugar y tratar de ser asertivo y empático con ellos tratando de hacerles entender cuál es la motivación que te empuja a una buena relación con ellos. En el caso de seguir encerrados en su cabezonería lo mejor es apartarse y dejar que cada uno siga su camino.

La conclusión de todo esto es que soportamos tensiones que ya de por sí son estresantes en el desarrollo de nuestra actividad, pero que se hace más dura si el ambiente es negativo y que hacer una buena reflexión nunca viene mal. Alejarse de la negatividad, ver las cosas desde diferentes prismas y tratar de entender el por qué de las cosas quizás nos ayude a mejorar en nuestro trabajo. Saber elegir las compañías, personas que te aporten un plus de conocimiento y comprensión, que sean activas y demuestren interés por hacer bien las cosas, bien y legalmente que sientan el gusto por el trabajo bien hecho y quedarse con la conciencia tranquila, que se alejen de los vicios que solo traen discordia y malestar, que a veces son motivos de enfermedad y accidentes.

No necesita el transporte de más negatividad e inoperancia, aquí no hay nada que inventar, no necesita de héroes ni "Mesías". Las frustraciones de cada uno se deben quedar en el lugar que corresponden, en uno mismo. Cuidarse no solo es estar bien físicamente sino alejarse también de todo aquello que impide tu desarrollo personal y es muy importante saber quedarse con quien te permite este desarrollo y alejarte de lo que comúnmente llamamos “malas compañías”.

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Foto: Archivo Diario de Transporte