Opinión

Pataletas sin solución. "Camionero García". Opinión

Pataletas sin solución. "Camionero García". Opinión
Camiones en aparcamiento.
Pataletas sin solución. "Camionero García". Opinión

El lenguaje que más se oye últimamente es el de la queja permanente, el de escupir para otro lado y no aportar más que crispación en busca del enfrentamiento y buscar culpables donde no los hay, muy de esta tierra.

Que si el gobierno nos roba, los empresarios nos roban, los inmigrantes nos quitan el trabajo, las empresas buzón españolas en los países del este, la rumanización de los conductores… aquí yo diría “la españolización de los conductores”, porque en este país la pérdida salarial ha superado con creces la de cualquier otro, sino es el único que ha perdido capacidad de crecimiento. Claro que en pérdida, pérdida no, porque nunca se ha cobrado según convenio.

La pérdida viene de otros conceptos como kilometraje o comisión por viaje hecho, fórmulas de dudosa legalidad y que todos hemos aceptado como forma de pago por un trabajo realizado, con la excusa de no poder llegar a lo firmado en los convenios provinciales que, a sabiendas de que no lo van a cumplir, firman los representantes sociales y la patronal y que avala la institución de turno o el Gobierno. No nos demos por engañados, que esto lo permitimos todos… todos.

Estos son los hechos, comprobados y confirmados.

Todo nos afecta, la situación de las carreteras, las restricciones, los horarios de los clientes, el tacógrafo, las inspecciones, el IVA, los módulos, los autónomos, los asalariados, los franceses, los rumanos, las 45, las 24, las compensaciones, el descanso, la falta de conciliación familiar, la soledad, la ansiedad, la salud, los jefes de tráfico, los compañeros, los accidentes, los aparcamientos, la comida en los restaurantes, las cabinas pequeñas, etc., etc. ¡Ah! y la Guardia Civil, los sociatas, los fascistas, los catalanes y vascos, amarrar la mercancía, la noche, las drogas… ¡oh! siiii, las drogas y el alcohol y hasta el horario de los puticlub!. Los sindicatos, valientes hijos de puta, esos si, si me hacen falta que se partan la cara por mi, que para acojonao… ya estoy yo.

Para, para… y Venezuela… también Venezuela.

Estos son los hechos, estos y algunos más

(No se puede negar porque poniendo el oído y leyendo en los foros, de esto lo que más hilo tiene en los grupos de transporte, que para pasar de la política, como se les ve el plumero a muchos)

Para tener tanto en contra y tanto para cumplir hay que ver que poco tiempo dedicamos a salir de esta situación tan lamentable y que poco apoyo buscamos entre nosotros para dar una salida digna y de futuro a esta profesión.

Algunos que creen ser empresarios por el simple hecho de ser autónomos y que defienden la precariedad porque es en la que ellos viven, son y que me perdonen unos perdedores, pues son incapaces de mantener su propio trabajo como trabajador autónomo.

Muchos de ellos sin tener siquiera la capacitación profesional, alquilada de manera más que dudosa, la económica, esta a duras penas y pasándolas putas, y la honorífica, que se les supone, como el valor en la mili. Algunos de estos levantan pasiones en las redes sociales. Claro que para que unos vivan de puta madre otros se tienen que arruinar, y no ellos solos como haría un honrado trabajador sino arrastrando a otros que sí hacen bien las cosas. Hay empresas con dimensión que viven de estos y aún no se han enterado, que cuando se quiera desvincular aún les deben dinero por adelantos dinerarios.

Hay asalariados a los que les han hecho un cementerio aparte, no se cuantos muertos llevan por el camino, no dejan de matar ni en sueños, no debe quedar un empresario vivo. No se dejan explotar, no cargan ni descargan, no se pasan de disco nunca y tampoco les han multado la Guardia Civil, porque se lo ha dicho un guardia que lo llevan todo perfecto, y lo dicen en las barras de los bares como si fueran unos héroes a los que proteger.

Mentira y gorda, llegan a los cursos de CAP y se pasan la hora interrumpiendo y poniendo pegas a la normativa, como si su instructor pudiera hacer algo por cambiarla. Los que hacen las cosas bien, no lo van publicando cual verduleras de redes sociales. De estas hay unas cuantas, verduleras unas pocas, pero verduleras (masculino) hay uno por metro. Con perdón por ese noble oficio de la verdulería, o sea hortelanos.

Conclusión, que para poner orden en este desaguisado hacen falta soluciones y vive Dios que las hay que diría el hidalgo caballero, por caballero, porque lo de caballeros del asfalto será en alguna película de ficción porque la realidad dice otra cosa bien distinta.

La solución pasa por una implementación de las inspecciones, con más personal disponible para dichos controles, un régimen sancionador más duro y ejemplarizante contra los infractores. Denuncias contra los que abusan de los derechos de los trabajadores.

Más control en la intermediación de la compra y venta de cargas, control en los TENDER, verdaderas subastas a la baja y que promueven la precariedad en el sector. A veces la letra con sangre entra y el transporte no parece haber sangrado lo suficiente, cuando hay empresas que trabajan por debajo de coste y se les permite, contratan fraudulentamente, manipulan y engañan a las autoridades para tomar ventaja, y les aplaudimos. Aquí la Agencia Tributaria y la Inspección de Trabajo debería entrar de oficio.

Así con todo lo relacionado con nuestro oficio y que debe comenzar a cambiar, por las buenas o por la fuerza de la ley.

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Foto: Archivo Diario de Transporte