Opinión

Ya solo nos queda construir nuestro propio muro de las lamentaciones. "El camionero en ruta". Opinión

Imagen del Muro de las Lamentaciones
Imagen del Muro de las Lamentaciones
Ya solo nos queda construir nuestro propio muro de las lamentaciones. "El camionero en ruta". Opinión

Sí, que nadie se me rasgue las vestiduras a esta altura de la película; en el transporte en España, ya solo nos queda construir nuestro propio muro de las lamentaciones. Sencillamente porque es, prácticamente, en lo único en lo que somos líderes mundiales, sin ninguna duda, en lamentarnos y en lamernos nuestras propias heridas, en eso no nos gana nadie.

Porque aquí nos la pueden "meter doblada", que no haremos otra cosa que no sea quejarnos, ya sea en las redes sociales o en la prensa, que de ahí no pasamos. No sea que vayamos a dar guerra y provocar al personal que se encarga desde despachos lujosos, de dirigir, no solo nuestras vidas, también nuestro futuro laboral y el de las empresas de transporte. Ya sea desde Europa o desde cualquier otro sitio, que aquí, como siempre, se nos va la fuerza por la boca, y poco más.

Si cualquier empresa pequeña o mediana, pasando por los autónomos, que se dedican al transporte por carretera tuvieran como mínimo un par de horas en examinar detenidamente el nuevo ROTT y, de paso, consultarlo con un experto en leyes; se darían cuenta de que se la han "metido doblada hasta el fondo". Sencillamente porque este Reglamento de Ordenación del Transporte Terrestre, está diseñado para terminar convirtiendo a las pequeñas empresas, medianas y autónomos en auténticos esclavos de las grandes multinacionales del transporte.

Precisamente esas que, hipócritamente, se quejan públicamente de la deslocalización de empresas en los países de Europa del Este, cuando fueron ellas las primeras en deslocalizarse para ahorrarse impuestos. Esas que ahora, con la complicidad del Ministerio de Fomento, han trabajado en el texto final del ROTT, para acabar llevando al 80% del transporte por carretera en España, que es el que conforman pequeñas y medianas empresas, además de los autónomos, a un callejón sin otra salida que el de terminar trabajando en cooperativas.

Algo que mermará considerablemente sus ingresos, obligandoles a trabajar al precio que les marquen las grandes, convirtiendo el transporte en una selva mucho más cruel de la que ahora es. Si no que alguien me explique cómo es posible sobrevivir en la carretera llevándose a final de mes a casa poco más de 700 euros limpios, algo que ya está ocurriendo. Pero si algún incrédulo no se lo cree, que se tome ese par de horas en leer detenidamente el nuevo ROTT, que lo consulte con un experto en leyes y luego me cuente.

Pero no solo le hace falta un muro de las lamentaciones a las empresas y a los autónomos; también le hace falta a los conductores asalariados. Esos que ven delante de sus propias narices como compañeros suyos, franceses, holandeses o portugueses, se movilizan y consiguen mejoras. Que lo comparen con lo que hacen ellos por mejorar su situación y luego me cuenten a que conclusión han llegado.

Porque las empresas mucho quejarse de la falta de choferes, pero poco de subir salarios o de dignificar una profesión que las nuevas generaciones no quieren ni en pintura. Claro que hacen lo propio, se cuidan muy mucho de solucionar lo suyo, porque los conductores asalariados mucho quejarse en las redes sociales, pero nada más.

Ya no me vale eso tan manido de que los sindicatos españoles no hacen nada. Sencillamente porque hacen lo que sus afiliados les piden. Aquí no vale esperar a que otros les solucionen los problemas sin mover un dedo. Hay que mojarse, y la única forma de hacerlo es afiliandose en masa a los sindicatos, mover de sus sillones a los dirigentes de los mismos y obligarles a defender los derechos de los trabajadores. Lo otro, no es más que quejarse inútilmente donde no deben.

Veremos, no tardando mucho, en que se convierte el trabajo de camionero en España, cuando se jubilen los conductores que ahora tienen cerca de los 60 años. Cuando pasen a ser jubilados la generación de trabajadores del transporte que nacieron en la década de los 60, veremos lo que pasa. Porque no les veo yo a los jóvenes que ahoran tienen entre 25 y 30 años, con muchos ánimos de gastarse 4.000 euros para convertirse en camioneros por sueldos y trabajos de miseria.

Porque el transporte autónomo por carretera está muy bien, pero siempre, por mucho que avance, necesitará del trabajo de un camionero. Además hasta que llegue a ser una realidad aún tiene que llover mucho, y mientras tanto ¿Qué?.

Porque esos pseudo empresarios que explotan y oprimen a los trabajadores, completamente ignorantes y faltos de visión futura, que no saben que tienen que cuidar el capital más importante que tienen en sus empresas, que son los trabajadores. Esos aficionados a malos empresarios, tienen un futuro muy chungo. Sobre todo cuando lo escrito anteriormente sobre el ROTT, les obligue a trabajar a precios ruinosos. ¿Entonces que harán?, ¿Seguirán intentando sobrevivir con mano de obra barata traída de países en subdesarrollo? Mal futuro les espera.

¿Y los conductores asalariados que?, ¿Seguirán mirándose el ombligo mientras ven delante de sus narices como sus compañeros de los países vecinos si saben luchar por su futuro? O ¿Van a despertar de una maldita vez y darse cuenta que no les queda más remedio que movilizarse y luchar por salarios justos y por su dignidad como profesionales y como personas?.

Veremos, sinceramente espero que no tengamos que terminar construyendo ese muro de las lamentaciones en el que no nos quede otra salida que darnos cabezazos contra el. Como siempre ¡¡¡¡BUENA RUTA!!!!.

Más artículos de El camionero en ruta

Foto: Archivo Diario de Transporte