Opinión

Pasando de dos en dos. "Camionero García". Opinión

Cuestión de confianza. "Camionero García". Opinión
Una carretera con mucho tráfico de camiones
Pasando de dos en dos. "Camionero García". Opinión

Dos cosas hay esta semana que me hace pensar que somos marionetas al servicio de una sociedad que no nos merece, o quizás seamos nosotros los que no nos merezcamos nada mejor que lo que tenemos.

De estas dos cosas, una es el procés catalán. Un problema político que está costando millones de euros al sector del transporte en general. Podemos ver como somos carne de presión para las reivindicaciones de cualquier grupo social que a la mínima se echa a la carretera a cortar las comunicaciones, el transporte y al final, las libertades del resto de ciudadanos.

Sin entrar en valoraciones políticas, me parecen muy injusto y cobarde cargar sobre el resto de ciudadanos las presiones a los diferentes gobiernos, que al fin y al cabo, son los que deberían recibir en sus puertas todas estas protestas. Visto lo visto, estos grupos saben cómo hacer daño y no precisamente a la clase política que está más por cuidar su culo que por poner soluciones a los problemas. Problemas que crean ellos con su ineficaz e interesada actitud para encender las pasiones y emociones de la gente, gente que les vota con mayor o menor acierto.

Como yo soy del transporte de mercancías por carretera, me centraré en lo que veo día a día y aunque parece que sea muy reiterativo vuelvo a los mismo de siempre. Todo el mundo ve lo importante del transporte para el desarrollo social y saben también lo que ocurre cuando se tapona una vía principal cortando el paso a los camiones y saben también de la división y personalismo de los camioneros. No, tontos no son, al contrario, somos nosotros los que les enseñamos el camino con tanto envalentonarse con frases como “si nosotros paramos se para el mundo” y tanto enseñarles vídeos de esos que dicen “¿que pasaría si los camiones paran un día, y al segundo día y al tercer día, etc…?. SE LO PONEMOS A HUEVO.

Solo decir que me solidarizo con mis compañeros atrapados en este desmán de manifestaciones donde la solución no la van a encontrar en la carretera, sino más bien, en las urnas. También decir que todos, todos menos nosotros se han dado cuenta del valor de nuestro sector, para lo bueno y para lo malo y solo dejando aparcados los camiones cargados unos días bastaría para abrir una mesa de diálogo para reivindicar la dignidad de nuestro sector, eso sin mostrar ni un solo símbolo amarillo si no más bien decisión y voluntad y todo ello sin usar la violencia, que nadie se come a nadie en estos tiempos.

La segunda cosa que me ha llamado la atención es la modificación que promueve el ministerio de fomento sobre la nueva ROTT que entró en vigor en febrero pasado y que trata sobre la pérdida de honorabilidad. Las asociaciones que han impugnado esta norma, entienden que es desproporcionada y que origina inseguridad jurídica puesto que carga sobre las empresas y los gestores de estas, los que aportan el título que habilita a dichas empresas, la responsabilidad y las posibles sanciones o penas. Se quejan porque pudiera ser que un solo conductor por su cuenta incumpliera una de las 21 infracciones muy graves que haría que se le retirara la honorabilidad a la empresa con el castigo de no poder realizar actividad alguna de transporte durante un año.

Yo voy un poco más allá, si los requisitos para crear una empresa son los que son, digo yo que habrá que cumplirlos y no estar siempre en los mismo, buscando resquicios por donde escapar de la ley sin ser castigados por ello. Me refiero a, si un gestor de tráfico o un patrón manda a un conductor, bajo amenaza, a incumplir una de estas normas, luego de ser inspeccionados, cargar sobre el conductor la posible sanción de este incumplimiento y así salir de rositas con la escusa ya manida de la inocencia de la empresa contra la mala fe de los conductores.

Hasta donde uno sabe, la responsabilidad de la organización del trabajo y la formación de los conductores es de las empresas, indiferentemente de su tamaño. Ya está bien de que se tome por tontos a los trabajadores del sector. Ya está bien de tanto abuso por parte de indeseables personajes que especulan con la dignidad de los trabajadores y cuando hablo de indeseables me refiero a todos aquellos que de manera indigna someten desde sus empresas o asociaciones la buena voluntad de sus trabajadores y asociados. Allá cada uno y quien se dé por aludido, algo tendrá que callar. Si la empresa es formal, tratará de que sus conductores no infrinjan ni una sola norma que les pudiera castigar con la paralización de la actividad de su empresa, por la cuenta que le tiene.

Pareciera que las normas nos perjudican y nada más lejos de la realidad y a los hechos me remito. La violación de las normas, su incumplimiento y esquivar su obligación para defraudar a las instituciones y a la sociedad lo único que nos ha traído es precariedad e infravaloración de su precio y ante esta realidad no nos podemos acomodar. Aprendamos de aquellos que reivindican, denuncian y exigen que se atiendan sus derechos y peticiones, por justas y equitativas para todos los trabajadores y empresas de transportes, sean de donde sean y realicen la actividad que realicen.

A lo que vamos, nos toman por tontos y hasta los somos, en vez de ser inteligentes y hacernos pasar por tontos, para nuestro beneficio y nuestra dignidad.

Camionero García

(Foto de archivo)