Opinión

Profesionales de primera. "Camionero García". Opinión

El País Vasco levanta las restricciones a la circulación de camiones este puente
Camiones circulando por una carretera vasca
Profesionales de primera. "Camionero García". Opinión

Parece ser que vivir en la queja permanente es lo que se lleva en la actual situación del transporte en España, a tenor de las noticias que leemos día a día de las diferentes asociaciones empresariales y del comité nacional, reuniones por doquier, amenazas de movilizaciones y mucha palabrería, no porque no sea verdad la difícil situación en que se encuentra el sector, sino porque nadie nos cree y los diferentes gobiernos no nos hacen ni puto caso.

Estamos tan divididos que cualquier atisbo de unidad les causa risa a los mandamás del cotarro, lease cargadores, que estos si presionan a los gobiernos de turno para llevar a buen puerto sus peticiones.

La queja ya resulta cansina porque no lleva a ninguna parte sino va seguida de algún tipo de presión sobre quién debe al menos escucharnos y servir de mediador, pongamos al Ministerio de Fomento o al de Hacienda o Trabajo o como poco a la Seguridad Social. Porque al paso que van las cosas no se van a pagar ni las mínimas cotizaciones para la sanidad, la formación o el desempleo, gracias claro está, a la imparable precarización que está sufriendo el sector.

Precios a la baja, subasta de cargas (TENDER) y costes al alza que reducen la rentabilidad de las empresas y que afecta a todos los ámbitos, sociales, laborales y salariales, porque por mucho que digamos que fulanito paga bien, todos sabemos que algo se queda fuera del marco de los convenios provinciales, por tanto un fraude por pequeño que sea y así casi la totalidad del sector, por arriba y por abajo.

Quizás es que la actual coyuntura no permite pagar por convenio aunque se renueven y se firmen por los diferentes agentes sociales con el aval del estado. Y nos vuelve a dar la risa, porque a los conductores profesionales, al menos a los de ruta nacional e internacional, no se les paga como marca la norma, y en vez de dar pasos hacia la legalidad, pues nos quejamos y quejamos como hacen las empresas.

Entonces, se quejan las grandes empresas, las medianas, las pequeñas, los autónomos también, mucho y con razón, eso sí, en bajito, porque el acojono que tienen no es para menos, se quejan los asalariados y se quejan todas las asociaciones y sindicatos del sector.

Todos, todos en la queja permanente, echando balones fuera, sin un mínimo de autocrítica ni reflexión y todos apuntando al gobierno de turno, que si los impuestos del combustible, los módulos, el abuso de los cargadores, la euroviñeta, la obligación del paso por autopistas, la morosidad, el IVA y el venia y hasta del color de las matrículas; y se quejan los asalariados del trato de sus gestores, del salario, esto es importante, de los descansos en cabina, de los hoteles llenos de pulgas y mugrientos, del precio de los menús y del cajón, de trabajar los domingos y fiestas de guardar. Vamos, nos quejamos de todo y todos pero sin poner soluciones y menos de participar de ellas, porque haberlas hailas.

No será el camionero García el que ponga negro sobre blanco de cuales son las soluciones, porque a poco que uno sea profesional de esto, sabe por donde va la cosa. Muy posiblemente haya menos profesionales de los que parece y menos de primera y sí mucho especulador y explotador en el empresariado de la gran y de la pequeña empresa que tampoco tiene excusa para tanto llorar, que a nadie le obligan con una pistola en la mano para aceptar su propia ruina; y en la banda de asalariados, porque muchos son una banda que no saben por donde les da el aire, donde hay mucho refugiado de otros sectores que ni son ni lo van a ser nunca profesionales del volante, ni les gusta ni tienen el más mínimo aprecio y respeto por este oficio, ¿como lo van a defender? si son parte de su deterioro.

Suena duro pero es real o si no que se lo pregunten a los veteranos para obtener merecida respuesta y como dice el otro “es que hay mucho chofer de la PLAYSTATION”

Vivimos en la queja permanente porque es más fácil esta situación que ponerse a trabajar de la mano con quien te traiciona a diario y compite por tu trabajo de manera desleal, en lo empresarial y en lo laboral. Esta, que es solo mi opinión y que no tiene porque ser la real, pero que sin embargo mi experiencia me dice que es así porque, hoy por hoy, estamos más en el yo que en el colectivo a sabiendas que sin unas buenas bases que sostengan al sector en general, los movimientos en solitario son pan para hoy y hambre para mañana.

Y no son pocos los años, ni los conocimientos y experiencia que uno acumula. Es el defecto de analizar lo que a uno le gusta, el transporte de mercancías por carretera, los camiones al fin y al cabo, esos monstruos que cada día dan servicio y vida a esta sociedad y que nos devuelve irrespetuosas muestras de desprecio, no por merecidas sino por la nula valoración que nosotros mismos tenemos de nuestro trabajo y que se demuestra en la precariedad en que vivimos y nos movemos y que solo encontramos alivio en la queja permanente.

Camionero García

(Foto de archivo)