Críticas. "El camionero ácrata". Opinión
Cuando uno vuelca sus ideas en artículo público, tiene que someterse a todo tipo de críticas, unas en contra y otras a favor, pero a veces, aparece alguna totalmente arbitraria y falta de razón.
La semana anterior, en mi artículo sobre el control de la jornada laboral, apareció la crítica más surrealista que puede haber. Parece ser, que mi condición de ÁCRATA, me impide defender la legalidad y el cumplimiento de la legislación.
Vamos a aclarar conceptos. Que yo sea ÁCRATA, no significa que sea gilipollas. Una cosa es que no me guste el sistema que nos gobierna e intente cambiarlo y otra muy distinta, que no respete la legalidad vigente, abogando por su cumplimiento.
Para poder implantar un sistema como el anarquismo, mucho tendría que cambiar la mentalidad de la población. Si hoy en día, no se cumplen las leyes, mucho menos en un sistema sin una autoridad competente, basado en la educación y el respeto al otro, cosa de la que por desgracia, la sociedad actual carece. Alguno igual se cree que ser ÁCRATA, es llevar una cresta de colores y estar todo el día agarrado a la litrona. La gente unineuronal suele pensar que es así, aunque nada más lejos de la realidad.
Parece ser también, que este crítico unineuronal tiene una cámara espía siguiéndome todo el día, ya que se jacta de conocer mis hábitos de escritura, asegurando que escribo con mi whisky de marca al lado y algún cigarrito aliñado. Lo cual, según él, es un dato que revela mi hipocresía porque soy un sibarita de caros vicios que luego predicó mi condición obrera.
Vamos por partes. El 99% de mis artículos los escribo en el trabajo durante las esperas de carga y descarga. El tema de sibarita por el whisky, no se, creo que alguien que guarda el whisky en la nevera, lo toma mezclado con zumo de manzana y usa whisky Long Castle de 6,50 la botella en Carrefour, muy sibarita a mí, no me parece.
Lo de los cigarritos aliñados ya lo expliqué alguna que otra vez, pero comprendo que tú limitada inteligencia no lo asimile. En España, el consumo privado no es ilegal y sí, no voy a negar que en mis vacaciones cae algún que otro canuto, jamás en mi trabajo.
De todas formas, tú catadura moral ya queda clara cuando lo que más te molesta, es mi defensa del cumplimiento de las leyes.