Opinión

En cuanto homologuen el cagadero portátil, ya está el set completo. "Siempre por lo negro". Opinión

Divide y vencerás. Opinión
Imagen de unos camiones aparcados
En cuanto homologuen el cagadero portátil, ya está el set completo. "Siempre por lo negro". Opinión

En cuanto homologuen el cagadero portátil, ya está el set completo... Las 45 horas en el hotel, otra milonga de difícil digestión. Cuando por las redes sociales vemos inventos caseros como duchas, fregaderos, cocinas y otros artilugios para vivir en el camión, otros se empeñan en burlar la prohibición de las 45 horas en el camión.

Pues esto es muy sencillo, cada uno que se lo tome como quiera, pero esto es una profesión y una forma de trabajar. Lo de una forma de vida y lo de llevar la casa a cuestas, es otro cantar. El que quiera vivir entre cuatro chapas, ducharse en la calle y cocinar en los aparcamientos presumiendo de inventos, es libre de hacerlo, siempre que no moleste a los demás, pero también lo es el que quiere volver al calor del hogar y aparcar la burra para descansar.

Es ilógico pensar que hacer las 45 en el camión a 40 grados en verano y a -10 en muchas épocas del año, realizando entre tanto labores de Arguiñano y lavando gallumbos a mano puede proporcionar el merecido descanso y tranquilidad que merece cualquier profesional, sumando a esto la inseguridad de convertirte en improvisado guardián.

Pensándolo fríamente, muchos empleos se destruyen o desaparecen en hostales, restaurantes, talleres, estaciones de servicio, lavaderos, almacenes y en otros menesteres, simplemente por que muchos de nosotros, además de conducir un camión, realizamos labores que se nos adjudican o adjudicamos sin ninguna contemplación. Los descansos semanales, las dietas y los complementos salariales, cada uno los dedica a lo que quiere, eso si también cada uno se justifica como quiere.

Hemos ido aceptando y dando por bueno lo ajeno, hemos ido perdiendo derechos y privilegios intrínsecamente estipulados como nuestros, nadie tiene derecho a criticar o calificar, pero hay unas normas, una legislación y unas mínimas reglas de urbanidad. Algunos intentaran interpretarlas, manipularlas o incluso ignorarlas, luego llamaran cabrones a los encargados de recordarlas, tildaran de ladrones a los que los sancionen y montaran en cólera cuando se les critique por repartir ADN por toda Europa en forma de botellas con liquido amarillo o ensaimadas bajo las plataformas.

Te llamarán señorito cuando comentes los tenderos improvisados en los parabrisas o no te gusten los pases de modelos en gallumbos con frenazo en cualquier área de DESCANSO. Por cierto, que las ratas del tamaño de conejos acuden por que hay restos de comida, las moscas acuden por similar motivo y cuando estás haciendo el descanso, muchas veces el olor a guisote y a meadas es vomitivo.

Difícil cuestión, pues la libertad de opinión es criticada siempre por el que la tiene diferente, pero en honor a la verdad, es difícil convivir, sentir afinidad o llamar compañero a según que otro elemento que más que un camionero, parece un pordiosero. No por su aspecto, si no por su comportamiento antisocial que le lleva a no respetar el descanso de los demás. Lo dicho, con un poco de ironía, con el cagadero y la muñeca hinchable, la autosuficiencia está a la vuelta de la esquina...

El Maño

(Foto de archivo)

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