A vueltas con los sindicatos. "El caminero ácrata". Opinión
Parece que, por fin, los señores de los sindicatos se han acordado de los miles de asalariados que estamos en el sector del transporte. Tras décadas en que su única función ha sido firmar convenios de los que luego no se molestan en vigilar su cumplimiento y algunas reuniones en la Comisión Europea, por fin, parece que han decidido bajar de la moqueta y acercarse al asfalto a hablar con los que estamos detrás de un volante.
Sorprende bastante la reacción de estos sindicalistas cuando se les pregunta por este largo periodo de ausencia, dando excusas baratas y echando balones fuera, ”que si antes se ganaba más y la gente no quería movilizarse, que no hay suficiente gente comprometida, etc”. Aquí, es culpa de todos menos de ellos. Dicen que cómo van a convocar movilizaciones si, según sus palabras, “si las convocamos no va a haber seguimiento”.
Según ellos, su planteamiento es que, por arte de magia, nos pongamos todos de acuerdo en un día, un lugar y una hora para luego venir ellos y ponerse al frente. De traca. Se quejan de que la gente les eche en cara las subvenciones y en parte tienen razón. Veo más lógico subvencionar un sindicato que no la tauromaquia o la religión. Es inviable, hoy en día, un sindicato sólo mantenido con la afiliación, también se subvencionan las asociaciones patronales y no he visto a nadie criticarlo.
En mi opinión, si los sindicatos quieren que la gente cambie su opinión sobre ellos, tienen que hacer algo más que firmar convenios y reunirse con gerifaltes, que empiecen a convocar asambleas de trabajadores en las zonas de afluencia de estos, puertos, polígonos, etc y se pongan a realizar su verdadera función: la movilización y la concienciación de la clase obrera.
(Foto de archivo)