Las protestas de los "chalecos amarillos" suma ya más de 400 heridos. Fotos y vídeo

La protesta de los "chalecos amarillos" en Francia de hoy sábado
Imagen de un corte de carreteras en Francia
Las protestas de los "chalecos amarillos" suma ya más de 400 heridos. Fotos y vídeo

Agencias.- Hoy domingo fuentes oficiales del Gobierno francés elevan a 409 el número de heridos, 14 de ellos graves y hasta 282 el número de detenciones en la tensa jornada de protestas que se registró ayer sábado en varios puntos del país, donde el movimiento popular conocido como los “chalecos amarillos” se movilizó en todo el país en protesta contra los aumentos a los combustibles.

Desde el Ministerio de Interior se hace este balance, con una persona fallecida-una jubilada atropellada en el sureste de Francia-, también informó de que esta noche todavía estaban activos varios puntos de protesta ciudadana. "Esta noche ha sido agitada. Hubo agresiones, peleas, cuchilladas”, se lamentó el ministro del Interior, Christophe Castaner.

En la mañana de hoy domingo todavía hay numerosos puntos de manifestaciones en rotondas, peajes y carreteras esparcidos por todo el país. Esta revuelta popular, organizada en las redes sociales sin la tutela de los partidos políticos ni de los sindicatos, también acabó con heridos entre las fuerzas del orden y equipos médicos, un total de 28, “algunos de ellos graves”, puntualizó Castaner.

peajes chalecos amarillos efe

Los “chalecos amarillos”, en alusión a la prenda fluorescente que portan los manifestantes, que es obligatoria llevar dentro de los vehículos, protestó, en un primer momento, por el incremento de los impuestos sobre los carburantes para financiar la transición energética, aunque rápidamente se extendió a la falta de poder adquisitivo en general.

Esta rebelión de “los chalecos amarillos” no solo responde a la ira de los automovilistas por el alza del precio de la gasolina y, sobre todo, del gasóleo. Hay un enfado generalizado por la reciente limitación a 80 kilómetros por hora de la velocidad en las carreteras secundarias y por unas inspecciones técnicas de los vehículos más rigurosas.

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Esta protesta sirve a la vez de catalizador para otros malestares incubados desde hace tiempo. Expresa el descontento por las políticas económicas y fiscales del Gobierno, al que ven insensible ante los problemas de los ciudadanos de a pie. Es también, en buena parte, un movimiento de la Francia periférica, rural, que se siente abandonada por París y por la elite política.

Todos los partidos y los sindicatos se han sentido descolocados ante una protesta atípica en su génesis, surgida de la base, y que no quiere ser instrumentalizada. La extrema derecha la apoya, pero sin implicarse de manera muy evidente y directa para no levantar suspicacias.

También hay solidaridad de Los Republicanos (derecha), y de la izquierda, aunque ese último respaldo plantea aspectos contradictorios, ya que desde hace años la izquierda ha pedido –y votado en el Parlamento- medidas fiscales con objetivos ecológicos. Los sindicatos, incapaces de doblegar al Gobierno en la lucha sobre la reforma ferroviaria, ven cómo su influencia languidece. La sociedad se organiza sin ellos y plantea reivindicaciones de manera autónoma.

Muchos de los manifestantes viven en zonas urbanas alejadas de las grandes aglomeraciones francesas y afirman que el coche es el único medio de transporte que tienen. En el transcurso de las protestas, han pedido la dimisión del presidente francés, Emmanuel Macron , al que acusan de preocuparse sólo de la élite y de abandonar las clases medias "a su suerte".

Fotos: Agencias. Vídeo: La Vanguardia