Opinión

No hay paro en el transporte de mercancías. Opinión

Un informe de IRU revela que el 20% de los puestos de conductor están vacantes en Europa
Imagen de un conductor de camión
No hay paro en el transporte de mercancías. Opinión

Marcos Basante. Presidente de ASTIC

Hay ocasiones en que se produce un fuerte contraste entre lo que parecen señalar los datos fríos y las percepciones de lo que se está viviendo en el día a día. Así pues, es necesario distanciarse y poner algo de perspectiva para lograr entender mejor nuestro futuro inmediato y actuar en consecuencia.

Una de esas ocasiones la estamos viviendo en el sector del transporte internacional porque los indicadores de crecimiento económico y comercio exterior son muy positivos pero la percepción, muy extendida, es que las empresas de transporte no logran equilibrar las cuentas de resultados y, además, se sufre una alarmante escasez de conductores profesionales en tanto que las tasas de desempleo se mantienen, en nuestro país, entre las más altas de la Unión Europea.

Empezando por las buenas noticias, vemos que el comercio exterior en la zona euro ha crecido alrededor de un 7% en la primera mitad de 2018, confirmando una tendencia positiva y sostenida desde hace cinco años, lo cual ha supuesto un superávit de 22.500 millones de euros. Hay que recordar que a ello contribuye en gran medida el sector del transporte por carretera, eje vertebrador de la economía española y europea, pues más de dos tercios de los productos que se exportan a Europa lo hacen por esa vía de comunicación. Según las más elementales reglas de la economía, una demanda creciente, como es el caso, debería mejorar los márgenes empresariales y la creación de empleo.

Sin embargo, no es así. Este próspero balance comercial entraña una paradoja, ya que los datos de empleo tras el verano han sido negativos, con un incremento de más de 47.000 desempleados, el peor agosto desde 2011.

¿Cómo se explica la falta de 10.000 nuevas incorporaciones (con una consecuente pérdida de 11.500 millones de euros anuales sólo en exportaciones directas), a las plantillas de un sector que pugna por seguir creciendo mientras hay más de tres millones de personas en situación de desempleo? Según sindicatos, la razón principal es un bajo nivel salarial y la precarización de la profesión. Quizá no les falta razón, pero es algo que incumbe no sólo a los propios transportistas, sino también a sus clientes, los cargadores, y a sus reguladores, las administraciones públicas, que deberían arrimar el hombro en este asunto por el bien de todos.

Por otro lado, me causa estupor escuchar ahora de boca de representantes de cargadores que empiezan a darse cuenta de cuánto más caro resulta el hecho de no tener transporte que pagar el servicio por su justo valor. Estrategias low cost llevadas al extremo, como los tenders online, están suponiendo una reducción sangrante en los márgenes de las empresas transportistas que les impide mejorar el nivel retributivo que pueden soportar. No parece ese, señores cargadores, el mejor camino para contribuir al desarrollo de un sistema de transporte de calidad.

No conozco a nadie de nuestro sector que no esté de acuerdo en las bondades de mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, pero hay que ser conscientes de que éste es un sector estratégico, que exige el empeño de todos (empresas propias, la Administración y los sindicatos) para que esas mejoras se hagan realidad y volvamos a despertar nuevas vocaciones entre los jóvenes que comiencen su vida laboral. Si se ponen las bases para acabar con la extrema atomización de nuestro tejido empresarial, el camino para lograr este objetivo será menos escarpado.

Mientras el comercio crece y con él la demanda de transporte de mercancías, la capacidad de atenderla corre serio peligro. No hay que olvidar que son los poderes públicos que regulan la actividad los que deberían ser los primeros interesados en encontrar soluciones. Esperemos que no haya que llegar al colapso para que empiecen a actuar en consecuencia. Nos encontrarán, sin duda, dispuestos como siempre a ayudar.

Artículo de opinión de Marcos Basante, Presidente de ASTIC, en Cinco Días

(Foto de archivo)