Aquellas gasolineras y la caja de farias. "#Pornacionalmolamas". Opinión

Antes el precio del gasoil era el mismo en cualquier surtidor y el echar en un sitio u otro dependía simplemente de si tenias cuenta o del trato de sus empleados.

Eran los tiempos de aquellos hombres y sus monos de trabajo con publicidad, normalmente, de Wynn'S o de alguna marca de aceite.

Una vez finalizado el repostaje, ese hombre se echaba mano de la cartera que llevaba colgada y sacaba un papel en el que se leía "vale por un café" o "vale por una consumición". Tú te sentías agradecido, era un simple gesto de amabilidad.

Después, ya en otras ocasiones, y dependiendo de la zona, estaba el detalle bueno de la botella de vino, quizás una pequeña de aceite, algún detalle de cerámica con el nombre del surtidor, pero el que marcaba la diferencia por encima de todos, era la faria.

Eso ya eran palabras mayores, aunque no fumaras. Ese ritual del empleado abriendo la caja y tu escogiendo una, y ya el momento estrella, era cuando solamente quedaba una o dos y te llevabas la caja.

Esa caja de farias, que servía de cajón de todas aquellas pequeñas cosas en el salpicadero. (Foto: Archivo Diario de Transporte)