Historias con historia: Los Magirus de León

Son parte del corazón de la ciudad que gusta recordar.
Escalera Magirus de 1963a en las instalaciones del Parque de Bomberos de León. - Foto Antonio (Archivo de los Bomberos de León)
Historias con historia: Los Magirus de León

Son parte del corazón de la ciudad que gusta recordar. Fueron testigos del incendio de la Catedral en 1966. El parque de bomberos aún conserva dos de sus vehículos con más historia.

Hay dudas sobre quién fue La Bonifacia. Si uno de los primeros vehículos de los Bomberos o el primer camión de basura de la ciudad, el que acabó con la vida de Genarín. Fuera uno o fueran los dos, lo cierto es que La Bonifacia pasa por ser el vehículo más famoso de la historia del servicio de extinción de incendios de León, aunque el primero fuera La Cirila, que también da cuenta de ese particular sentido del humor de los leoneses para ennoblecer su vocabulario popular.

Pero si popular fue su historia, triste fue su final. La Bonifacia, que debía su apodo al concejal que decidió su compra en la segunda década del siglo pasado -Bonifacio Rodríguez-, acabó en la chatarra sin poder quedar como testigo de toda una época. Su fin, cuentan en el Parque de Sáenz de Miera, fue «arrancarle las pocas piezas de bronce que tenía». «Entonces no se le dio la importancia que hoy tendría», añade Álvaro Rodríguez, el actual responsable del parque leonés.

El cambio desde la sede de Julio del Campo a la avenida Sáenz de Miera no acabó, sin embargo, con otros dos vehículos que son también parte de la historia de la ciudad. Una auto-bomba del año 1955 y una escalera de 1963, que siguen aparcadas al final de las actuales cocheras a la espera de que algún día la ciudad quiera, y pueda, rendir homenaje a estos profesionales que no saben de horas y menos de peligros y para quienes el cronista Máximo Cayón Waldaliso proponía como lema: «Riesgo, eficacia y sacrificio».

Ambos camiones son de la marca Magirus-Deutz, ya desaparecida como tal, y en su hoja de servicios figuran muchas intervenciones. La más sonada, el incendio de la Catedral, la noche del 29 de mayo de 1966, en el que la auto-bomba estrenó mangueras para llegar a lo más alto del templo gótico.

Magirus-Deutz fue una marca alemana de camiones característica de los bomberos de todo el mundo que fundó en 1864 Conrad Dietrich Magirus, de profesión bombero, que se marcó como gran reto de su vida hacer más fácil y segura su profesión.

El primero de los dos camiones Magirus-Deutz, la autobomba, llegó a León en los días previos a las fiestas de San Juan de 1955. Su puesta de largo, tras ser revisado por el entonces alcalde, Alfredo Álvarez Cadórniga, consistió en un paseo por toda la ciudad con las sirenas dadas para sorpresa de muchos leoneses, «que sintieron la complacencia de tal adquisición al percatarse del gran servicio que puede prestar», señalaba la prensa local de aquel 17 de junio que dio cuenta de su llegada.

En sus puertas, aún lleva el número 1, porque fue la primera autobomba del servicio de Bomberos de León. La escalera del año 1963 lleva el número tres, seguramente porque las dos anteriores fueron La Cirila y La Bonifacia.

Ambos pertenecen a la gama de camiones de esta marca con el característico capó redondeado puesto en marcha en 1951. Eran llamados Júpiter, Mercurio, Saturno... En Alemania todavía son muy populares y hay varios clubes dedicados a realizar viajes al campo. Ese tipo de cabina dejó de construirse en 1971, cuando los dueños de Magirus llegaron a un acuerdo para construir una carrocería común con otras marcas.

La autobomba y la escalera fueron adquiridas por el Ayuntamiento para dar respuesta a una ciudad que crecía, y que ya no era aquella pequeña población de principios de siglo con apenas 14.000 almas. Y también por las coplas que en algunos pueblos de la provincia se habían hecho por la labor fallida de la famosa Bonifacia.

Magirus es algo más que una marca para los bomberos. Es toda una pasión. Su fundador figura como el inventor de la primera escalera para luchar contra las llamas. Con ruedas en la parte inferior y una plataforma en la superior para llegar fácilmente al fuego en viviendas y lugares altos. Al principio, la escalera se colocó en el suelo, pero Conrad Dietrich Magirus le dio una vuelta más: era mejor colocarla en el camión para que pudiera girar y ser más precisa. Su invento quedó registrado en el año 1872.

Los dos Magirus del Parque de Bomberos de León estuvieron en activo hasta finales de los años 80 del siglo pasado, según recuerda Álvaro Rodríguez, cuando fueron sustituidos por vehículos más modernos.

Cuando suena la sirena en el Parque de Sáenz de Miera, ya no salen a las calles, pero nadie como ellos representa el espíritu de solidaridad que siempre despiertan los Bomberos, y más, los de León.

Otra vista de la escalera del Magirus. LUIS CANAL.

Auto-bomba comprada en 1955, que también se conserva. LUIS CANAL

La primera escalera, en una de sus intervenciones. FOTO ANTONIO (ARCHIVO BOMBEROS DE LEÓN)

Un grupo de bomberos de León con la auto-bomba Magirus, en sus primeros años. BIBLIOTECA PÚBLICA.

Interior de la escalera de 1953, fotografiada esta misma semana en perfecto estado. LUIS CANAL.

Fuente original: diariodeleon.es