Opinión

Carta a un "fantasma" de la logística. "El camionero en ruta". Opinión

Foto de archivo
Un camión cargando mercancía
Carta a un "fantasma" de la logística. "El camionero en ruta". Opinión

Como suele suceder, muy de vez en cuando, siempre hay alguna persona que llevada, tal vez por el aburrimiento, las ganas de marcha, o ¡Que se yo!, me pica la moral con correos privados, vacilándome sobre mis artículos hasta el punto de tocarme la moral.

La conversación cibernética deriva en que, al final, me termine por contar su vida y se quede, momentáneamente, cerrada con un reto de esos de: “No tienes coj… para contestarme en un artículo”. Así que nada, como alguien que lleva 36 años al volante, no se me puede decir eso de ¿A que no..? Pues Manuel, tu lo has querido.

Como ves, digo tu nombre, me ahorro los apellidos porque tus padres no tienen la culpa de verse involucrados en esto. Verás: Resulta -de la consulta- que por esas casualidades que tiene esta vida, trabajas en la logística de transporte de una empresa, pero después de nuestro segundo chateo-conversación me confesaste que desconocías el Reglamento (C.E.) 561/2006, que regula el transporte por carretera en toda Europa.

Con lo cual, perdona que te diga, si como dices, desconoces dicha ley, y para más INRI, encima trabajas en una empresa del sector, creo que deberías, antes que nada, decirles a tus propios padres que pagaron tus estudios con los sudores de su trabajo, que les devuelvan el dinero. Sencillamente porque les engañaron.

Básicamente, porque todo aquel, menos la señora de la limpieza, que trabaje en una empresa de logística y transporte, debería saberse este reglamento mejor que el Padrenuestro. Simplemente, porque de ella depende no solo su futuro, sino el de su empresa.

Porque, en contra de lo que tú te crees, nosotros, los camioneros ignorantes e incultos que tú pintas, los que según tu particular y equivocado punto de vista, llevamos una vida de puta madre, con unos camiones que son la repera porque tienen un asiento neumatico y una cabina que es la monda, estos camioneros, Manuel, si no arrancaran sus camiones cada día, si no se dejarán muchas horas de sueño, de comidas, de arriesgar su vida a diario en la carretera, por cierto, donde se muere más gente al año en todo el mundo después de las guerras, sin ese esfuerzo abnegado y callado, machacado por todos e infravalorado por la gran mayoría, tú comerías seguramente folios Din A4 aliñados con agua del grifo y para darle color al plato tendrías que añadirle tinta. Es más, llegaría un momento que ni eso, porque también se te terminarían los folios y la tinta ¿Lo entiendes?

Pero no solo eso, es que todo lo que gira a tu alrededor, menos el aire que respiras, todo, está en manos de una o de otra forma de alguien que conduce un camión. Decía mi abuelo Ángel, que era un hombre muy sabio, que había en aquellos años de la posguerra, tres clases de personas en las oficinas, los escribientes, los que rellenaban los tinteros y los otros, los chupatintas, que eran en teoría las dos cosas pero no eran ninguna y se pasaban el día chupando la pluma buscando inspiración.

Pero ahora, en pleno siglo XXI, en las oficinas de logística de transporte por carretera, existen tres tipos de personas: el que se limita a cumplir extrictamente las órdenes y no da para más, el que procura hacerlo todo más fácil y sencillo, sobretodo para los camioneros y el "tonto del culo", que quiere ponerse medallas a costa de putear a los camioneros y suelen durar en la empresa muy poco. Por lo que no es de extrañar que en un año, te los encuentres en cuatro empresas distintas.

Amigo mío, antes de criticar la profesión de nadie, de hablar de ella como si fueras un experto dispuesto a impartir un Máster de esos en Harward -o como se diga- antes, infórmate muy bien amigo, sencillamente porque te ahorrarás muchos problemas y de paso aprenderás algo más. Ya sabes eso que dicen que: “El saber no ocupa lugar”. ¡¡¡¡BUENA RUTA!!!! (Foto de archivo)

El camionero en ruta