La patronal exige poner freno a los camiones del Este que toman Samil

Hasta 58 transportes se repartían ayer por los aparcamientos de la playa y de O Vao
Camiones aparcados en Samil
La patronal exige poner freno a los camiones del Este que toman Samil

Hasta 58 transportes se repartían ayer por los aparcamientos de la playa y de O Vao

Mediodía de ayer: 58 camiones y furgonetas matriculadas en países del Este de Europa se agolpan en uno de los aparcamientos de la playa de Samil y se salpican por el arcén de la playa de la Fuente, junto a las pistas de tenis de la desembocadura del Lagares, en los estacionamientos situados entre dos restaurantes de comida rápida del mismo arenal y ante la capilla de O Vao. La proliferación de transportes se ha ido incrementado en los últimos días hasta llegar a su culmen ayer.

«Las autoridades deberían de echar un ojo a ver qué hacen allí», sugiere Ramón Alonso responsable de la Asociación de Empresarios de Transportes Discrecionales de Mercancías de Pontevedra. La patronal del sector ha denunciado de manera reiterada la competencia «desleal» que entienden llevan a cabo los camioneros del Este sin que ninguna autoridad se haya decidido a actuar. «Este tema es como una laguna en la que nadie entra», añade Alonso, que pide que se ponga un freno a la llegada de más transportistas foráneos que entiende «se está cargando al sector local».

En denuncias anteriores, las principales organizaciones del transporte revelaron que la mayoría de los camioneros que ubican su centro de operaciones en puntos como la playa de Samil, los polígonos industriales de O Porriño, Arteixo y el norte de Portugal, están contratados por empresarios españoles que crean firmas con sede deslocalizada en Rumanía, Bulgaria o Chequia, países a los que los vehículos solo acuden ya a pasar las ITV.

Actividad prohibida

La patronal del transporte de la provincia recuerda que está permitido en la Unión Europea que un camión cargue mercancía en un tercer país al que ha llevado un porte, «pero no se pueden quedar aquí para siempre, sin sede fija, oficinas o obligando a los camioneros a vivir en las cajas de sus vehículos». Antonio Señarís, presidente de la Federación Empresarial de Transportes de Mercancías por Carretera de Galicia, ha acuñado el término «contrabando de transporte» para calificar la actividad de los competidores del Este que realizan transportes dentro de la comunidad o sin salir de España de manera continuada, pero con salarios y costes empresariales que se sitúan en cuarto de los que se pagan aquí y sin los costes laborales que fija la legislación española.

Los mismos estudios del Ministerio de Fomento cifran en un 50 % el incremento de la actividad de los transportistas de países del Este en el último año en España.

«Tiran los precios a 350 euros frente a los 2.500 de aquí. Nos hacen mucho daño»

El problema es que no se sabe qué hacen aquí», señala Ramón Alonso, «y eso que ya se cuentan a cientos», añade el presidente de los empresarios del transporte de Pontevedra sobre la presencia de camiones y furgonetas de países del Este. Viven en sus cabinas, se asean en los servicios públicos e incluso tienen montado un servicio de vigilancia de los vehículos, con la asistencia de una caravana que hace las veces de oficina.

Alonso asegura que se ha llegado a relacionar en Madrid a transportistas del Este con bandas de asaltantes desarticuladas en el área de la capital de España. «Aquí llegaron para hacer transportes urgentes para Citroën, pero se han quedado y cada vez viene más», añade Alonso que señala que mientras el sueldo de un camionero de rutas internacionales en España puede situarse entre 2.000 y 2.500 euros, en Bélgica sube a 3.500, y mientras ellos tiran los precios con 350. Nos hacen mucho daño», insiste el presidente de la organización empresarial. «Van sin tacógrafo ni ningún tipo de control o limitación horaria», añade Ramón Alonso , que advierte que además de los vehículos de pequeño tamaño han empezado ya a llegar también grandes camiones bajo una política comercial similar. «Ya los he visto descargando material de construcción, o congelados haciéndonos una durísima competencia», concluye. Fuente: lavozdegalicia.es