El alcalde que prefiere el camión al sillón

A Estévez no acaba de vérsele cómodo en el sillón municipal
Víctor Estevez, Alcalde del Concello de Portas
El alcalde que prefiere el camión al sillón

Regidor de Portas y transportista, Estévez no optará a revalidar el cargo porque no está cómodo.

Lo habitual en Víctor Estévez (alcalde del Concello de Portas, en Pontevedra, por el PP) es que cuando contesta al teléfono se le escuche a través de un aparato de manos libres. Si se le pregunta, la respuesta cae al instante: «Estou conducindo, onde vou estar se disto vivimos», dice con sorna.

Efectivamente, y aunque en el 2015 se presentó por primera vez como candidato en unas elecciones -fue edil de UCD en la juventud- y acabó como mandatario al ser la suya la lista más votada, él sigue en nómina de la empresa de transportes que dirige, donde lo mismo hace de jefe que de comercial o camionero. No tiene dedicación al Ayuntamiento y, por lo tanto, no cobra del erario público. Ni parece quererlo.

En realidad, a Estévez no acaba de vérsele cómodo en el sillón municipal. «Non é moito o meu, non», reconoce con una sonrisa. Aunque se cura en salud y entona eso de que «nunca se pode dicir que desta auga non beberei», ya le está diciendo a quien tiene que saberlo que en el 2019 no se presenta. ¿Adónde quiere marcharse con los 62 años cumplidos? Al camión, a la empresa «e á xubilación».

Víctor Estévez tiene un pasado laboral curioso. Él hizo la carrera de Ingeniería Técnica Industrial y empezó a trabajar como electricista. Fue profesor de FP después durante numerosos años, en los que llegó a sacar la oposición, pero terminó por dejar pasar la oportunidad de ser funcionario.

Montó una academia en Pontevedra. Todo iba bien. Pero la familia le pidió que siguiese con la empresa de transportes de su padre. Y allá fue Víctor Estévez, a Portas, a convertirse en el responsable de Trans Líquidos Estévez. Hace tres años encabezó la candidatura del PP. ¿Por qué? «Porque mo pediu quen mo tiña que pedir, persoas importantes para min, iso primeiro, e porque quería facer cousas polos veciños».

Pronuncia esa frase y cuenta una anécdota en su habitual tono retranqueiro: «Tamén quixen axudar indo a África a ensinar cousas e non fun capaz de estar alí moito tempo, estar alí si que resulta durísimo», explica, arrepintiéndose al momento de dar esos detalles, porque Estévez lleva dentro una persona bien reservada.

Quizás por ese carácter calmado y prudente que tiene no recita las obras que hizo ni los logros alcanzados a la primera de cambio, pero sí se intuye que está orgulloso de ser alcalde. Y eso que la conversación se produce justo el día en el que a su partido le cae encima la sentencia de la Gürtel.

Al mentarla, suspira hondo y dice: «Non me fales, non me fales...». Sin decir, lo dice todo con su suspiro. Además, remacha afirmando: «O que si podo dicir é que eu non pasei nin un litro de gasoil ao Concello. Nin os tiques dos aparcamentos cando vou á Deputación. Iso si, na Xunta podo aparcar gratis». Fuente original: lavozdegalicia.es