Opinión

Transporte unido jamás será vencido. "El diván del transporte". Opinión

En corto: Murcia en el centro del debate. "Camionero García". Opinión
Camiones estacionados
Transporte unido jamás será vencido. "El diván del transporte". Opinión

Xavi Navarro, Director de Transporte News Radio www.transportenewsradio.com

La sensación de los profesionales que recorren las carreteras de Europa es que están solos ante el peligro, que trabajan para quienes cada día le sisan más y todo por un puñado de euros. Que la respuesta se haya en una rebelión a bordo, aunque para ello tengan que caer 300.

Alguno sonreirá al descubrir unos cuantos títulos cinematográficos en estas líneas, pero el que se pone al volante día tras día sabe que esa es la película que pasa por su cabeza cuando le dejan un minuto para pensar.

En este "Diván del Transporte" reflexiono sobre los temas más profundos del colectivo de transportistas y procuro que el mensaje llegue a los mismos, unas veces con más acierto que otras, con la esperanza de que cale y, en ese minuto que pocas veces les queda para pensar, atisben un rayo de esperanza a su situación, mostrándoles la problemática y sus posibles soluciones. Este es el caso del presente artículo en el que intentaré con sencillez mostrar el camino que nos lleve a considerar el título del mismo.

Mismos problemas en el sector como espejo de una sociedad enferma

De igual forma que sucede cuando se tratan temas sociales podemos constatar que las clases alta, media y trabajadora se han distanciado muchísimo entre sí. En el transporte la clase alta (gran empresariado) se ha hecho más fuerte y dominante, y la media (pymes) ya no es ni la sombra de lo que fue, subsiste en el alambre. Los autónomos y asalariados son lentamente sustituidos por personal rumanizado o falsos autónomos. La situación está así propiciada por un Gobierno, cuyo programa envuelto en sombras y sin cuya participación hubiera sido imposible llegar a esta situación, sigue la senda de los regentes más absolutistas de la historia. Y ¿es el sector culpable de ello? En parte sí y en parte no. Recordadlo cuando estemos en periodo electoral y tenedlo en cuenta cuando vuestros representantes tengan que negociar ante ellos, ya no disponen de las mismas herramientas y, por supuesto, del apoyo imprescindible del conjunto de transportistas.

Como no nos gusta la política dejamos nuestro futuro en manos de otros

Perfecto, para qué nos vamos a complicar la vida. Bastante tengo con salir a trabajar, defender mi puesto de trabajo, pasar mil penalidades y al echar números constatar que no llego final de mes. No me puedo permitir el lujo de meterme en follones que igual me cuesta perder mi cliente o mi puesto de trabajo. Eso sí, cuando me pongo a discutir en el bar o en las redes sociales me encanta señalar a los “verdaderos culpables” de mi cada vez más penosa profesión: sindicatos/asociaciones del gremio. Y ya puedo descansar, porque a mi situación laboral le he adjudicado un responsable que, por supuesto, no soy yo.

Eso sí, mañana volveré a la carretera, destrozada por falta de inversión, acosado por miles de radares e inspecciones de transporte, urgido de prisas y ansioso por finalizar mi porte sin incidencias. Me obligarán a cargar y descargar y, cuidado, que la mercancía tenga una correcta estiba que sino me empapelan. Recorreré miles de kilómetros procurando evitar accidentarme, con la angustia de que no se averíe mi camión, de que no me lo roben o incluso de que no pongan mi vida en peligro los asaltantes que pululan por los mismos lugares donde me veo obligado a parar para hacer mis descansos obligatorios. Entretanto iré calculando de memoria si mi cuenta corriente es capaz de hacer frente a los gastos de mi familia y, especialmente, cuándo volveré a estar con ellos.

Vamos, que no me queda tiempo para reflexionar sobre el porqué todo está tan mal, porqué abusan tanto de mí, porqué me faltan el respeto y me tratan como si no fuese un ser humano. Que diferente era hace cosa de veinte años, pensarás, cuando ganaba mucho dinero, me gustaba mi trabajo y era respetado, incluso a veces envidiado. Pero no querremos reconocer que de un tiempo a esta parte todo cambió a peor porque no hemos participado en la política de nuestro sector, ni en la política de nuestro país. No vamos a reconocer que los responsables somos nosotros mismos.

Herramientas del cambio a nuestra disposición

La política es todo, tu mundo está diseñado por la política, te guste o no. Dentro y fuera de tu profesión, desde que te levantas hasta que te acuestas. Porque la política marca tu cuándo, dónde, cómo y por qué de tu vida. Por ello debes despertar de tu asumida ignorancia y enfrentarte a la realidad, de lo contrario esta te arrastrará con total indiferencia y crueldad. Y ninguno de los que comparten tus quejas contigo te salvará, seguirán escondiéndose no sea que les salpique también a ellos.

Aprendamos a no echar balones fuera. Queremos mejorar o quizás no ir a peor pues disponemos de las herramientas necesarias, que no son otras que las mismas que criticamos. Las asociaciones y sindicatos están constituidos de forma que sus afiliados pueden determinar su rumbo, elegir a sus representantes, determinar su política de actuación y acordar sus reivindicaciones. Tu participación, aunque solo sea bajo un prisma egoísta, permitirá la llegada del cambio. Al participar en el mundo asociativo ya no tendrás que flagelarte día a día, tu conciencia estará más tranquila ya que serás conocedor de primera mano de lo que se puede y debe hacer para que llegue el tan esperado cambio.

Desde tu organización se trabaja para modificar esas políticas que tanto daño te hacen y lo mejor de todo, hay sindicatos y asociaciones de todos los colores y posiciones, tú eliges. Pagas pólizas de seguro, pagas impuestos a cascoporro y no dedicas unos cuantos euros a tu futuro y al de tus seres queridos, una pequeña cuota de afiliado que te permita unirte a otros que, como tú, luchan para mejorar. Eso debe cambiar y aunque te resistas a reconocerlo sabes que es cierto. Que no te gustan los sindicatos o las asociaciones, trabaja desde dentro de ellas para cambiarlas, en ellas reina la democracia y la participación.

Si los que todos los días rabian contra quienes deben representarles y con sus políticas aceptaran su error, se sumaran a estas organizaciones y trabajaran dentro de ellas el cambio sería posible. Porque la unidad que tanto reclamamos no se encuentra en las voces, con razón o no, de los profesionales uno por uno, como particulares, sin entidad jurídica, sin una representatividad aceptable. La unidad llegará cuando nos quitemos los prejuicios de encima y logremos el músculo asociativo necesario para que nos lleguen a considerar lo que realmente somos, el motor del país, el sector con mayor poder de cambio de todos los que componen la sociedad. Por un transporte unido. (F0t0: Archivo)