«El caos en la A-12 lo ocasionaron los conductores y duró por su mala acción». (Un conductor de autobús)

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El autobús de la empresa Jiménez. Foto: La Rioja.com
«El caos en la A-12 lo ocasionaron los conductores y duró por su mala acción». (Un conductor de autobús)

Un chófer de Autobuses Jiménez relata en primera persona su experiencia en el formidable atasco que mantuvo retenidos horas a cientos de coches. Aún se le agolpan las palabras y a Fernando (nombre figurado) le puede la ira cuando recuerda el colapso circulatorio que vivió el pasado sábado en la A-12 (Autovía del Camino) en las inmediaciones del Alto de San Antón (pasado Nájera) por efecto del temporal y, dice, «la falta de civismo y el egoísmo total» de muchos conductores.

Porque cierto es que las condiciones meteorológicas eran realmente adversas, que sobre la zona caía una nevada no vista en décadas; pero también, según asegura este chófer de Autobuses Jiménez, que «el caos lo ocasionaron muchos conductores e hicieron que perdurara por su mala acción». «Si se hubieran comportado de forma civilizada, no hubiera sucedido nada», remata.

Fernando cubría aquella tarde la ruta Burgos-Zaragoza. Partió a las 16 horas de la ciudad castellano-leonesa y a las 20 horas debería haber llegado a la terminal de la capital maña. Sin embargo, la ratonera en que se convirtió la A-12 dejó a su autocar varado durante más de seis horas en los alrededores del Alto de San Antón con una treintena de pasajeros, entre ellos varias personas mayores, que asistieron atónitos a las lamentables escenas que Fernando narra.

«La actitud de alguna gente fue vergonzosa, hasta te amenazaban si les decías que dejaran libre un carril» "FERNANDO" | CONDUCTOR DE JIMÉNEZ

Insultos, amenazas, broncas y peligrosísimos comportamientos al volante. «Allí no había más que borregos», critica este conductor profesional. Según su relato, su autocar no consiguió dejar atrás el Alto de San Antón cuando le pilló la formidable retención que mantuvo horas y horas a cientos de vehículos atrapados en este punto de la Autovía del Camino. Señala que comenzó a ver que, pese a que las luces de la Guardia Civil y la quitanieves se intuían al final de una larga cola, varios coches ocuparon el carril de la izquierda haciendo caso omiso a las indicaciones de quienes, como él, advertían a estos conductores que, si no dejaban expedito un carril, la máquina quitanieves no podría actuar ni darles paso. «La actitud de alguna gente fue vergonzosa. Hasta me amenazaron», suscribe.

Asevera que tampoco surtieron efecto las recomendaciones del Instituto Armado de que los coches no rebasaran al autobús, sino que éste marcara el camino y abriera una senda y los demás vehículos le siguieran. «Cuatro gilipollas se pusieron a adelantarse y se dieron», evoca malhumorado Fernando, quien insiste en que «se tenían que haber puesto detrás del autocar, colocar unas cadenas y no empujarse».

Sin embargo, sostiene que «allí nadie llevaba cadenas». «Mucha gente iba con una cazadora y mocasines como en un 24 de agosto, cuando estamos en invierno». Asimismo, denuncia que también los había «sin suficiente gasolina».

Tras la actuación de dos quitanieves y de recibir la indicación de la Guardia Civil de que podía arrancar el autobús, Fernando comenzó a mover el volante. Entonces, «dos furgonetas pasaron por mi derecha pitando y dando luces a bastante velocidad. Podían haber provocado otro atasco si se dan». Y es que este chófer lamenta que «no exista conciencia ni educación vial». «Nosotros somos los borregos», afirma quien agradece a la Guardia Civil y a los quitanieves su intervención, y a su empresa la constante atención y preocupación.

Al menos, comenta que sus pasajeros estuvieron entretenidos. Les puso películas, anduvieron charlando y les suministró agua. Eso sí, permanecieron en la carretera diez horas y media, en lugar de las cuatro habituales entre Burgos y Zaragoza. Fuente: larioja.com