Opinión

“Estimado Jorge". Opinión de Manuel Pérezcarro

D. Manuel PérezCarro Martín
Secretario General de FROET
D. Manuel PérezCarro Martín Secretario General de FROET
“Estimado Jorge". Opinión de Manuel Pérezcarro

He leído en algunos medios de comunicación, el amable artículo que me dedicas, sin nombrarme, bajo el título de “Sensatez, altura de miras y sentido de la responsabilidad para el transporte”.

He de decirte que no me ha sorprendido en absoluto, más bien lo esperaba, pero no de ti si no de tu presidente, después de dedicarle yo algunas palabras en mi artículo titulado “La voz de su amo” en la revista FROET EN RUTA y publicado en otros medios de comunicación especializados.

Sirva esto de introducción para centrar el asunto y que los amables lectores que puedan estar interesados en este debate, sepan de qué va.

Respecto a las manifestaciones que haces en el mismo voy a hacer algunas puntualizaciones:

En primer lugar, realizas una introducción sorprendiéndote de la a tu juicio “excesiva delegación de funciones y responsabilidades que se hace en las organizaciones de nuestro sector del transporte en la figura de los secretarios, quienes se acaban convirtiendo, en no pocos casos, en los verdaderos dirigentes de las organizaciones y en los transmisores de los intereses del sector”.

Hombre, tú has sido durante varios años secretario de una federación de transportistas autónomos hasta que fichaste por ATRADICE y conoces perfectamente el trabajo que realizamos los secretarios generales o directores generales como profesionales al servicio de las asociaciones, actuando en representación de las mismas con las facultades otorgadas por sus órganos de gobierno.

Es a mí a quien sorprende que digas estas cosas. No me sorprendería tanto si esto lo dijese tu presidente, al que veo algo despistado en el mundo asociativo empresarial, lo que me ha hecho pensar que el artículo en cuestión lo habría podido redactar él y firmarlo tú, pero esto son solo suposiciones.

En segundo lugar, expones en tu escrito, refiriéndote a mis artículos, que realizo “manifestaciones partidistas, descontextualizadas y fuera de tono, por quien no quiere ver más allá de la realidad” y que “llegas a pensar que mi único afán con esas salidas de tono y exabruptos es la justificación del mantenimiento en mi puesto”, “si no hay polémica no hay cargo, y qué mejor manera de mantenerse pegado al sillón que recurriendo a la demagogia que alimenta el miedo ajeno”. Ahí le han dado, qué diría aquél. Lo tuyo no son salidas de tono.

Mira Jorge, puedes decir que mis manifestaciones son partidistas que, efectivamente lo son. Yo defiendo los intereses del sector del transporte al que representa mi organización. Tu presidente, sin embargo, defiende los suyos propios que son distintos, y me parece bien que lo haga, pero no como representante de una organización de transportistas a los que en teoría debe defender. Sería un buen fichaje para las organizaciones de cargadores, y no quiero dar ideas.

No admito, sin embargo, que afirmes que las manifestaciones que digo realizó tu presidente en la Asamblea de Atradice, refiriéndose a las 44 toneladas, están descontextualizadas y que he realizado de ellas malintencionadas y parciales interpretaciones, porque allí había muchos testigos y varios medios propios y ajenos de comunicación que las grabaron y lo pueden confirmar.

Respecto a lo de pegarme al sillón, después de treinta y nueve años como secretario general de mi organización, no necesito demostrar nada a nadie, me basta con cumplir con el trabajo encomendado con el que, por cierto, disfruto cada día y me iré, sin necesidad de que nadie me diga nada, cuando ya no lo haga bien o no tenga fuerzas o ganas para ello, cosa que, para el disgusto de algunos, no me ocurre.

Y, para terminar afirmas que, “la realidad es que entre transportista y cargador existe una estrecha colaboración y diálogo, porque de otra manera las cosas no pueden funcionar”.

Pues bien, esa realidad que dices que existe, se contradice con lo que el sector demanda y que no es capaz de conseguir por el diálogo. Si no, explícame, y tú mismo te refieres a ello en tu artículo:

1.- Por qué estamos exigiendo que se cumplan los plazos de pago de nuestros servicios.

2.- Por qué estamos exigiendo que se reduzcan los tiempos de espera en las cargas y descargas.

3.- Por qué estamos exigiendo que se incluya en los contratos la cláusula de revisión de precios del transporte en función de la variación del precio del gasoil.

4.- Por qué estamos exigiendo la erradicación de las malas prácticas en los tenders.

5.- Por qué estamos exigiendo transparencia en la cadena de subcontratación.

6.- Por qué estamos exigiendo la aplicación de la acción directa contra el cargador principal en caso de impago de nuestros servicios.

Nada más y nada menos, como dices tú, y podríamos seguir, chaval.

Mira, el problema que tiene el sector es su absoluta incapacidad para negociar de tú a tú con su cliente, debido, como hemos dicho en miles de ocasiones y acreditado en numerosos estudios y observatorios oficiales, al desorbitado número de empresas de transporte que existen en este país y su reducida dimensión, amén de otros problemas estructurales como el bajo nivel de formación y la competencia feroz que genera todo esto, entre ellas.

¿Tú crees que si fuéramos capaces de negociar de tú a tú con nuestros clientes, en ese marco de idílico de estrecha colaboración y diálogo que tú argumentas nos importaría que se implantaran las 44 toneladas?

Es que me descojono –perdona el exabrupto- cuando afirmas “luego – cuando se implanten las 44 toneladas- serán los propios empresarios quienes se sentarán frente a sus clientes y les explicarán ese incremento de coste para repercutírselo, porque la mejora y eficiencia deberá ser compartida y concluyes, “y el que no tenga la valentía de hacerlo así, siempre tendrá al secretario de turno de su asociación para que se despache a gusto”.

Bueno, pues yo me he despachado a gusto contigo y con tu bisoñez y todavía no se han implantado las 44 toneladas.

Ah, y un consejo gratuito, no defiendas cosas en las que no crees, ni trates de ser el escudero de un presidente que no defiende los intereses del sector al que dice representar. Él durará poco en el cargo y tú perderás el empleo.

Manuel Pérezcarro Martín

Secretario General

Fuente: froet.es