El «ángel de Capitanía» vuelve a salvar la vida de un hombre que sufrió un ictus en un autobús

El «ángel de Capitanía» vuelve a salvar la vida de un hombre que sufrió un ictus en un autobús

Sucedió este martes sobre las 9,30 de la mañana. El conductor de un autobús que hacía el trayecto Dos Hermanas-Sevilla se presenta en el puesto de guardia del Cuartel General de la Fuerza Terrestre, conocido popularmente como Capitanía, pidiendo ayuda para un pasajero que había perdido el conocimiento.

«El chófer estaba muy nervioso y nos dijo que había acudido a nosotros porque "aquí hay militares y seguro que me ayudan"», comenta a ABC el teniente coronel médico José Manuel del Solar, el «ángel de Capitanía» que en abril de 2015 salvó la vida a un ciclista accidentado junto a la Plaza de España. «El cabo sanitario José Manuel Zafra y yo salimos rápidamente hacia del cuartel y llegamos al autobús, en el que no había ningún otro pasajero y donde, en efecto, estaba empotrado el individuo tirado en medio del pasillo», cuenta Del Solar.

El hombre, de unos 70 años, llamado Juan, era una persona muy corpulenta. «Comprobamos sus constantes vitales y vimos que gracias a Dios respiraba», comenta el militar, que cuenta que tenía la tensión arterial muy baja. «No sabíamos nada de su historial médico pero le hicimos una exploración neurológica. El hombre estaba agitado pero no respondía a su nombre ni a ningún tipo de estímulo. Observamos que tenía paralizado el brazo derecho y la pierna derecha y lo estabilizamos hasta que llegaron los servicios de emergencia», cuenta el militar médico.

Diagnosticado de un ictus, los médicos del 061 lo trasladaron inmediatamente al hospital Virgen del Rocío. «Nos llamaron después y nos dijeron que el ictus era importante y que necesitaron casi cuatro horas para controlarlo, pero que finalmente el enfermo ha podido salir adelante». La atención que recibió este hombre en el autobús, antes del traslado, fue fundamental para el feliz desenlace.

Tres litros de sangre

No es la primera vez que el acierto y los reflejos de José Manuel del Solar y Miguel Ángel Zafra logran torcer el curso del destino. El 11 de abril de 2015 se enfrentaron a un caso más grave: un ciclista accidentado que había perdido tres litros de sangre. Se encontraron entonces frente al cuartel a Jaime C.G-C. en medio de un charco de sangre. Había chocado contra un todoterreno y tenía una herida de unos 15 centímetros en el cuello que le había seccionado la vena yugular. Su rápida y valerosa actuación logró contener la hemorragia por la que se le escapaba la vida a este joven ciclista de 21 años, que pudo recuperarse completamente.

Este teniente coronel médico y este cabo sanitario atienden a los militares que trabajan en la antigua Capitanía de pequeñas heridas o lesiones. También prestan atención a la población de sus inmediaciones por caídas y afecciones sin demasiada importancia, pero siempre están alerta y dispuestos a actuar en casos más graves como el del pasado martes. Ningún sitio es bueno para ponerse malo o sufrir un accidente grave pero la Plaza de España y sus alrededores no resulta un mal sitio si por allí están estos dos militares.

Tampoco lo es el domicilio personal de José Manuel del Solar, «el ángel de Capitanía». En el barrio lo conocen por su nombre y llaman a su puerta. «Hace unos años se presentó una chica que se había seccionado una arteria con el cristal de una puerta. Logré contener la hemorragia», comenta con modestia. En realidad, le salvó la vida.

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