Deslocalización de empresas, España sí es diferente

¿Cuándo se aplicarán las nuevas medidas del Paquete de Movilidad?
Camiones estacionados.
Deslocalización de empresas, España sí es diferente

Además de Francia y Alemania, este verano nos hemos encontrado con una sorpresa, Italia se suma a los países que quieren controlar el cabotaje, el transporte realizado en su estado por transportistas, empresas transportistas, no residentes en el mismo.

A la vez, la Comisión Europea, que siempre parece ir por detrás de las necesidades del sector, ha concluido que es necesario revisar la política que regula los desplazamientos de los trabajadores móviles en el ejercicio de su actividad de un Estado a otro, y también la política de cabotaje.

En la actualidad, el cabotaje está limitado, un camión de una empresa no residente en el país donde va a realizar transporte interior, “solo” puede realizar tres servicios en un periodo máximo de siete días, al cabo de los cuales tendría que salir del país en el que no tiene ni sede ni establecimiento.

Sobre el papel queda fenomenal, parece que ya está todo bajo control, porque el papel realmente lo soporta todo. Otra cosa bien diferentes es la realidad, ¿cómo pueden comprobar los servicios de inspección en carretera cuántos servicios ha realizado ese camión y ese conductor en el periodo de siete días? Pues sencillamente, no pueden controlarlo. Y en España lo sabemos muy bien, porque somos receptores (¿o sufridores?) de un porcentaje importante de cabotaje, somos “caboteados” por camiones matriculados sobretodo en ¿Polonia? ¿Rumanía? ¿Bulgaria?… Porque, que hagan aquí cabotaje empresas “portuguesas” lo sean o no, pues es muy normal por cercanía, como las empresas españolas hacen también importantes cifras de cabotaje en Francia, por ejemplo.

En los últimos años, el cabotaje realizado por camiones polacos, rumanos, búlgaros,… en territorio español ha crecido de forma exponencial, ¿tiene esto una explicación lógica? Sí, que en su mayor parte, estos camiones pertenecen a empresas españolas que han establecido en Polonia, Rumanía, Bulgaria,… una sede desde la que trabajar con un diferencial de coste (sobre todo laboral, pero no hay que olvidar el fiscal, por los beneficios obtenidos con esas empresas tributan en esos países) “brutal” si lo comparamos con lo que cuesta mantener una empresa en España. Frente a este “modelo empresarial” ninguna empresa, por eficiente que sea, puede ser competitiva.

Pero, mientras llega una solución a nuestro sector, que Fomento no tiene pensado dar, ni Trabajo ni el Gobierno, y menos en esta situación de interinidad en la que estamos, nuestro tejido empresarial sectorial sigue sufriendo, deteriorándose y degradándose, porque al final los que quieran seguir trabajando aquí aunque no quieran tendrán que tomar medidas similares, porque si no se quedan fuera. Y esto, que empezó hace años como una anécdota, ha terminado convirtiéndose en una agonía para muchos transportistas que no pueden competir frente a estas flotas “extranjeras”.

La diferencia, y la tristeza, es que mientras Francia, Italia o Alemania han legislado para controlar el cabotaje que se realiza en sus países (por la vía de establecer un salario mínimo a todos los conductores) por empresas realmente extranjeras, nosotros lo estamos pidiendo a gritos para que se controle a empresas “españolas”.

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