El autobús público sin conductor llega a San Sebastián: Donosti pisa el acelerador

El autobús público sin conductor llega a San Sebastián: Donosti pisa el acelerador

El primer accidente mortal registrado en un coche Tesla que circulaba sin conductor, motivado por el exceso de velocidad según las primeras investigaciones, ha levantado dudas sobre la seguridad de los vehículos autónomos en sus primeras salidas a la carretera. Sin embargo, la controversia generada por este percance no ha hecho derrapar a los primeros autobuses de transporte público sin conductor en España, que circulan por suelo firme.

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La fiabilidad se deriva de los resultados del primer servicio de transporte público con autobuses automatizados, que acaba de llegar a su destino tras un trimestre circulando a modo de banco de pruebas en el Parque Tecnológico de Miramón de San Sebastián, y que han sido “muy satisfactorios”, según ponen en valor los responsables del proyecto, el centro de investigación Tecnalia y la consultora Novadays.

Esta experiencia pionera en el Estado, enmarcada dentro del proyecto europeo CityMobil2 para profundizar en la integración de los vehículos automatizados en el espacio urbano y en un entorno real de prestación del servicio de transporte público, y que ha contado con el apoyo del Consejo Europeo a través del VII Programa Marco, ha deparado unos resultados “muy buenos” desde el punto de vista de la seguridad. “No se han dado accidentes y apenas se han dado contados incidentes sin relevancia”, destaca María Izaguirre, socia directora de Novadays.El autobús autónomo forma parte del proyecto CityMovil2.

Han sido tres vehículos inteligentes 100% eléctricos, con capacidad para diez pasajeros cada uno, los que han quemado asfalto por el Parque Tecnológico de Miramón dentro de una ruta de dos kilómetros que incluía diez paradas y realizada una velocidad “prudente” de 12 kilómetros por hora que ha permitido a los trabajadores de las empresas ubicadas en el recinto moverse por el mismo.

Los resultados de la experiencia piloto permiten abrir una autopista para la llegada de un cambio radical en el funcionamiento del sector del transporte público a futuro. ¿Cuándo? Resulta aventurado decir fechas, pero Izaguirre confía en que “más pronto que tarde”. Por su parte, Jesús Murgoitio, responsable del proyecto en Tecnalia, apunta a la existencia de prospectivas que hablan de que los autobuses públicos sin conductor podrían ser algo habitual en 2025. Su optimismo es más elevado en el caso de los servicios de transporte público de última milla, ya que los ve “más cercanos”.

De momento, “muchas” ciudades españolas y europeas se han interesado en su desarrollo a partir de la experiencia de San Sebastián. “Ha despertado un gran interés porque se sabe que es por donde va a ir el futuro”, apunta Izaguirre, quien rehúsa dar nombres. Numerosas localidades están desarrollando proyectos similares pero aún no son públicos.

El camino legal, la gran dificultad

En todo caso, la socia directora de Novadays advierte de que “aún está todo por hacer”. El principal escollo en estos momentos no tiene nada que ver con las prestaciones y la tecnología del vehículo, ni con la carretera o el entorno, sino con el camino legal. De momento, España sólo permite la circulación de este tipo de vehículos para ensayos durante un periodo de dos años, por lo que es necesario el desarrollo de una normativa que permita implantar servicios permanentes de transporte público sin conductor, como ya existe en otros países, como Grecia, Holanda, Suecia o Finlandia.

A este respecto, Murgoitio resalta que ya se han dado un primer paso con la redacción de una instrucción para desplegar estos sistemas de Investigación y Desarrollo. Es más, España tiene un “gran interés” en promover este tipo de proyectos, ya que, según expone Izaguirre, está “contrastado” que contribuye a reducir los accidentes mortales, en los que están muy presentes el factor humano.

Y más allá del marco legal, aún hay que pisar el acelerador en el ámbito técnico para adaptar las infraestructuras y el entorno para que estos autobuses funcionen como un servicio de transporte público permanente. Por lo pronto, la experiencia de San Sebastián ha deparado bastantes pistas al dejar al descubierto diferentes mejoras. Así, en este caso, se ha visto que es necesario mejorar la autonomía de las baterías (100% eléctricas), resolver la pérdida en ocasiones de la conexión con la antena GPS, incidir en los sistemas de supervisión en el centro de control o aplicar mejoras para el funcionamiento en condiciones extremas. Así, por ejemplo, en días de lluvia (y San Sebastián sabe mucho de esto), el láser del vehículo detectaba algunas gotas de agua como obstáculos.

“Hay que seguir avanzando en la tecnología, en la velocidad del entorno y en la velocidad”, apunta la socia directora de Novadays. En materia de velocidad, los impulsores de la experiencia piloto han querido poner el freno en los 12 kilómetros por hora a pesar de que el acelerador podía haber llegado a los 30 o 40 kilómetros. Se decidió así para “no arriesgarnos a tener accidentes”, ya que el Parque Tecnológico de Miramón además es un entorno “muy complejo” en el que conviven coches privados, ciclistas, peatones, vehículos de autoescuelas o camiones de carga y descarga.

En los autobuses, asimismo, iba un operario a bordo pero su presencia era, en esencia, para aportar “tranquilidad” a los primeros usuarios de una experiencia que nunca antes se había dado en el Estado y explicarles el sistema de transporte. De hecho, apenas han tenido que intervenir con alguna parada de emergencia de “excepción” ante un coche mal aparcado que constituía un obstáculo o algún conductor que no ha respetado la prioridad del autobús al acceder a una rotonda. “Han sido cosas muy puntuales de la convivencia del día a día”, enfatiza Izaguirre, quien no duda en calificar de “éxito” la experiencia piloto por ser “muy valioso el conocimiento generado”.

Su visión es compartida por el responsable de Tecnalia, que asegura que el hecho de que no haya habido grandes incidentes al desplegar estos sistemas en un entorno real con circulación mixta “nos anima a seguir avanzando” en este ámbito con vistas a que se asuma esta revolución tecnológica en el transporte público. Las únicas quejas, apunta, han procedido de conductores de otros vehículos molestos por la escasa velocidad de los autobuses automatizados.

Mejorar la velocidad es uno de los retos, pero, de momento, Murgoitio exhibe su alegría porque los resultados técnicos han demostrado que existe una tecnología “madura” para poder desplegar estos sistemas. Ahora, se trata de superar el problema de la legalidad, “estandarizar los protocolos” y avanzar en las mejoras tecnológicas. En este sentido, Izaguirre remarca que se trata de proyectos complejos que requerirán de “tiempo” y de la involucración de los diferentes agentes.

Lo que no cabe duda, coinciden en señalar, es que estos sistemas automatizados son “eficientes”. Por ello, no creen que el accidente mortal del Tesla pueda afectar a la credibilidad de estos servicios de transporte público. “Puede generar incertidumbre pero no cabe duda de que cada vez serán más automáticos”, señala Murgoitio, convencido de que un vehículo gobernado de forma automática “va a generar muchos menos problemas”, lo que redundará en una “mayor seguridad”.

En todo caso, Izaguirre diferencia entre los autobuses automatizados y los coches autónomos como el Tesla, que “cuenta con un sistema de conducción asistida y lleva toda la tecnología en el vehículo”. Por el contrario, los autobuses de transporte público que han participado en la experiencia piloto se “comunican con el exterior y hay mucha más información” gracias a que se ha llevado a cabo una adaptación y certificación de las infraestructuras y del entorno que es indispensable. “Se adapta el entorno a este tipo de sistemas para eliminar los posibles riesgos, remarca.

Disponible la tecnología, ahora se trata de transitar por la carretera de la concienciación para que los ciudadanos asuman que utilizar estos servicios de transporte públicos automatizados y sin conductor representa el futuro.

Fuente; elconfidencial.com