¿La Rioja confunde a los camiones?

¿La Rioja confunde a los camiones?

Cada vez está más claro. Los GPS, esos aparatos tan modernos que parece que han mejorado tanto la orientación de los conductores, no deben tener tan claro por dónde circular cuando el vehículo que orientan se adentra en La Rioja.

No es que estas tierras se parezcan a Mordor y que una niebla espesa y profunda envuelva a aquel que ose penetrar en sus carreteras, pero es evidente que los camiones que atraviesan la región en su ruta tienen serias dificultades para acertar con el camino correcto y sus conductores acaban encontrándose con situaciones embarazosas de difícil solución.

Hace unos meses fue Ezcaray la localidad que se convirtió en una especie de triángulo de las Bermudas en la que los camiones acababan dirigiéndose sin remisión hacia los montes cercanos para acabar encallados, como un barco en un escarpado acantilado, en los estrechos caminos de la zona. Hasta tres de estos gigantes con ruedas se perdieron por estas carreteras y alguno de sus pilotos terminó soltando más de una lágrima de rabia mientras maldecía su mala fortuna y a su copiloto de plástico, metal y cristal.

El miércoles por la noche, otro tráiler de grandes dimensiones cayó en la trampa servida por un GPS y acabó encajado y sin solución alguna de escape en las calles de Bañares.

Habían dado ya las diez de la noche, cuando el conductor del vehículo, de nacionalidad húngara, siguió las indicaciones de su guía electrónico y se adentró por las estrechas calles de la localidad riojana y quedó atrapado en la confluencia de la calle Calvo Sotelo y de la calle de la Iglesia. El tráiler quedó atascado y, en su intento de huida, dañó la fachada de una vivienda.

Sin forma alguna de deshacer el embrollo, el camión ha pasado la noche en las calles de Bañares a la espera de una solución, que parece que llegará a lo largo de este jueves en forma de grúa, la que intentará liberar al preso de su encierro inesperado. De perdidos... a Bañares, habrá pensado el descolocado camionero húngaro.

larioja.com

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