La Ertzaintza cierra el caso de los tres drones que entorpecieron el aterrizaje a un avión en Loiu

La Ertzaintza cierra el caso de los tres drones que entorpecieron el aterrizaje a un avión en Loiu

La Policía vasca, que no ha recibido ninguna denuncia, no localiza a los dueños de los aparatos que provocaron que la aeronave de Lufthansa tuviera que realizar el pasado sábado «una maniobra evasiva» considerada de emergencia.

La Ertzaintza no halló nada y no investigará más el incidente con drones que ocurrió el pasado sábado cuando un avión de Lufthansa tuvo que esquivar en el aire a tres drones cuando se acercaba al aeropuerto de Loiu. Al no haber denuncia, la Ertzaintza ha decidido cerrar el caso.

El sábado pasado, el avión, un Airbus 320 de la compañía alemana, esquivó tres drones que volaban a gran altura, unos 900 metros, cuando se encontraba dentro del espacio aéreo protegido, en su acercamiento a las pistas de Loiu. Tras este incidente, la Ertzaintza recibió el aviso del aeropuerto y un helicóptero de la Policía vasca voló en busca de los aparatos, sin encontrar nada, a la vez que también patrullas intentaban localizar por tierra a los dueños de los drones, sin éxito.

Y todo ello pese a que 'La Paloma' vivió el incidente más grave de su historia relacionado con drones, aparatos que se han popularizado para usos profesionales y recreativos y que se han convertido en un peligro para la seguridad aérea, según denuncian pilotos y controladores. Los pasajeros del vuelo LH1142, operado por Lufthansa, que viajaron entre Fránkfurt y Bilbao se las vieron muy de cerca con tres de estos dispositivos que navegaban dentro del espacio aerocontrolado, algo prohibido tajantemente por la legislación.

El avión, un Airbus 320 con capacidad para 168 pasajeros, despegó seis minutos antes de lo previsto, a las 11.19 horas del sábado, de la ciudad germana, y llegó a las 13.26 horas a ‘La Paloma’, con cuatro minutos de adelanto pese a la incidencia. El piloto ya había iniciado el descenso y estaba enfrascado en la maniobra de aterrizaje cuando divisó tres equipos a control remoto sobrevolando la zona de Lezama y Larrabetzu a una altitud de 2.500 pies, a casi 900 metros del suelo.

Tuvo que realizar entonces una «maniobra evasiva» para esquivarles, una medida que está contemplada como un procedimiento de emergencia, según fuentes aeroportuarias. Lo hizo a unas 2,5 millas de la cabecera 30 del aeródromo, la que se utiliza el 90% de las veces para aterrizar, cuando los aparatos se aproximan desde el valle del Txorierri y acceden a las instalaciones por Derio. El comandante divisó los drones «casi por casualidad», ya que en ese momento, uno de los instantes más críticos para tomar tierra, la tripulación suele estar concentrada en la instrumentación. El hecho de que la mañana de ayer fuera clara y soleada, con gran visibilidad, facilitó que se percataran del peligro.

Fuente: diariovasco.com

Comentarios