Protestas de los transportistas en el primer dia del peaje electrónico de Bélgica
Con la entrada en vigor ayer del peaje electrónico en Bélgica que sustituye a la antigua Euroviñeta, los camioneros ya empiezan a protestar por los problemas que está ocasionado este nuevo sistema de pago electrónico.
El dispositivo OBU gestionado por Satellic debe detectar automáticamente la ruta por la que circula el vehiculo, asi como la cantidad a pagar, en base al kilometraje y al tipo de carretera de acuerdo con la categoría del camión y su peso máximo. Pero unas horas después de su entrada en vigor ya están surgiendo muchos problemas. La asociación belga Comeos se ha quejado de que este sistema aún no tiene desarrollada la tecnología necesaria en su totalidad, es caro y su implantación no tendrá ningún impacto sobre la movilidad.
Hoy cientos de conductores han tenido que hacer cola en los distribuidores automáticos de OBU en las fronteras de Bélgica. Por otra parte varias empresas de Europa se han quejado de que aún no han recibido el dispositivo, a pesar de haberlo solicitado desde hace semanas. Desde Febetra aseguran que seis de cada diez empresas han tenido problemas para adaptar los dispositivos en sus camiones al nuevo sistema. La asociación francesa FNTR afirma que hay 10.000 camiones que tienen problemas con el nuevo sistema y que unos 3.000 no han conseguido el dispositivo hasta el momento.
Pero los problemas no están solo en conseguir el sistema OBU, también hay incidencias y problemas en los centros de recepción de Satellic. Se ha dado el caso de un camión que realizaba un recorrido paralelo a la autopista por una carretera normal y el sistema le hizo pagar la autopista. Las asociaciones de transporte españolas y francesas solicitaron en su momento al Gobierno belga que apalazara la implantación de este sistema de peaje sin éxito. Ahora cada camion que no lleve instalado el sistema se tendrá que enfrentar a multas de 1.000 euros, además de tener que soportar los fallos del sistema.
Las asociaciones de transportistas sostienen que la imposición de este peaje supondrá un incremento en los costes del transporte del 8% y que tendrá un coste para las empresas de logística alimentaria del 170 millones de euros. Además incrementará el transporte de los vehiculos de menos de 3.500 kilogramos con el consiguiente riesgo para la seguridad vial y el aumento de los problemas de tráfico y de contaminación.
