Opinión

Por unos miserables palets

Sobre la carga y la descarga, y el intercambio de palés
Imagen de europalets
Por unos miserables palets

El pasado jueves 18 a las 16:45 de la tarde moría asesinado un camionero en la localidad madrileña de Getafe por intentar evitar que tres ladrones le robaran los palets de madera que llevaba en su camión. Evitando el morbo consiguiente del lamentable suceso y del revuelo que ha generado el suceso entre los profesionales del transporte.

Lo verdaderamente lamentable es que un trabajador muera por intentar evitar un robo que es muy habitual en el sector. Sencillamente porque este tipo de robos se producen con una frecuencia diaria, en multitud de polígonos industriales de España, en áreas de servicio, en las mismas puertas de empresas y ante la total pasividad de una Justicia que no parece capaz de poner cerco y acabar con este problema.

Un desgraciado, lamentable, bochornoso y deleznable suceso que todos los profesionales del transporte temiamos que algun día acabara sucediendo. Todo por unos miserables palets. Pero esto es mucho más.Lo que esconden detrás este tipo de robos es toda una mafia perfectamente organizada. Sucede con estos robos como con los del cable, pero con una gran diferencia. Cuando los ladrones roban cable para venderlo, se queda una calle a oscuras, un pueblo e incluso hasta se paran trenes. Entonces sí son noticia de los informativos este tipo de robos. Pero cuando unos ladrones roban palets de los camiones nadie se hace eco de la noticia. No tan solo porque sea un delito menor que en la gran mayoría de los casos no pasa de los 300 euros de valor, con lo que todos sabemos que en caso de ser detenidos los delincuentes, lo que pasa: nada. Lo más grave de estos sucesos es que los camioneros están impotentes ante este tipo de delitos. ¿Qué puede hacer una persona sola contra tres delincuentes que le roban delante de sus narices? Nada, porque encima tienen la osadía de amenazar al conductor durante el robo si intenta hacer algo.

Pero es un robo igual de importante que todos. Es lamentable que se juzguen y se condenen los delitos en función del valor de la mercancía. Sin tener en cuenta la gravedad y las consecuencias del delito. Un robo siempre es un delito, la cantidad ya es diferente. Pero parece que aquí en este tema existe cierta impunidad. Nadie parece tomar cartas en serio en el asunto. ¿Por qué? Por lo que escribía al principio. Si además no hubiera toda una red oculta de compra y venta, no existiría el problema. Como siempre. Si no hubiera compradores de mercancía robada bajarían los delitos de robo. El negocio es sencillo. Un palet robado se vende en el mercado negro a una media de 4 euros. Un camión normalmente lleva 33 palets para intercambio. Echen ustedes mismos las cuentas, si tres ladrones en unas horas roban una media de 3 camiones al día -que son más- sumen y verán dónde esta el negocio. El comprador luego los revende a 6 euros, multiplicados por cientos y miles de palets sigan sumando.

Lo triste y lamentable es que tenga que ser asesinado un hombre de 45 años por defender 132 euros que le hacen mucha falta para mantener a su familia. Lo triste y lamentable es que no haya una justicia -en minúsculas- que tome de una vez cartas en el asunto. Lo triste y lamentable es que un camionero no pueda descansar tranquilo después de una dura jornada de trabajo. Lo triste y lamentable es que los camioneros se sientan impotentes ante tanta injusticia. Lo triste y lamentable es que un camionero esté mas controlado por los agentes en la carretera que un piloto de avión y abandonado a su suerte cuando descansa. Lo triste y lamentable es que los camioneros sigamos siendo los grandes olvidados a la hora de hacer justicia. Lo triste y lamentable es que la noticia del asesinato de un camionero pase de puntillas, que sea diferente a cuando muere cualquier otro profesional a manos de delincuentes. Lo triste y lamentable es que la sociedad mire para otro lado. Sencillamente porque esa Sociedad y esa Justicia que le ignora, todas las mañanas tiene su desayuno en la mesa, su material de trabajo, su ropa en las tiendas, su combustible en las gasolineras. Sin valorar que antes hubo millones de profesionales del volante que se dejaron horas de sueño, de estar con sus familias, de salud y de esfuerzo para que cada día todo estuviera en su lugar. Lo triste y lamentable es que todavía se mire a los camiones como un estorbo en las carreteras cuando el resto de ciudadanos circulan con sus coches cómodamente.

Espero que esta desgraciada muerte de un camionero no caiga en saco roto y que el 18 de febrero de 2016 sea el día en que todos los camioneros comenzaron a sentirse más seguros y protegidos. Sencillamente porque también somos ciudadanos, también pagamos impuestos y también merecemos sentirnos tranquilos en nuestro trabajo y en nuestras vidas.

ileon.com @Camioneroleones.

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