El sabotaje de Astigarraga se salda con cuatro camiones, un remolque y una excavadora calcinados

El sabotaje de Astigarraga se salda con cuatro camiones, un remolque y una excavadora calcinados

La entrada en funcionamiento de la planta de Ekotrade habría reducido drásticamente su volumen de negocio. Fue un ataque en toda regla. Sus autores actuaron con nocturnidad y alevosía. Desconocidos incendiaron ayer de madrugada cuatro camiones, un remolque y una máquina excavadora, propiedad de la empresa de reciclaje de residuos de construcción Ekotrade, con sede en Astigarraga.

La cuantía de los daños asciende a 350.000 euros, dada la depreciación de los bienes, aunque su coste de mercado actual, si se reponen, rondaría el millón de euros. Según las primeras investigaciones, todo apunta a que los autores del sabotaje podrían estar vinculados a grupos dedicados al tratamiento ilegal de este tipo de materiales que, tras la entrada en funcionamiento de la planta de Astigarraga, habrían visto reducido su volumen de trabajo a la vez que habrían sufrido una mayor presión por parte de las autoridades competentes.

Sucedió poco antes de las cinco de la madrugada. De acuerdo a las primeras averiguaciones practicadas por agentes de la Ertzaintza, varios desconocidos accedieron al interior del recinto, ubicado en el camino Inaxio Berasarte, junto al campo de fútbol de Mundarro, en Astigarraga. «No sabemos exactamente el lugar por el que han entrado. Puede que lo hayan hecho por el acceso principal, tras saltar la verja o superar la valla perimetral en cualquiera de sus puntos», indicó uno de los operarios de la instalación.

La planta tiene capacidad para tratar 170.000 toneladas de residuos de construcción y el interior de la instalación, además de unos barracones, está equipada con maquinaria para transformar los residuos en material reutilizable, concretamente áridos.

En el momento de los hechos, dentro del recinto permanecían estacionados una decena de camiones, la mayor parte de ellos destinados al transporte de contenedores para el depósito de los desechos. Las investigaciones practicadas concluyen que, ya dentro del complejo, los autores se dirigieron al lugar donde permanecían los vehículos y dieron fuego a cuatro de estos camiones. También prendieron un volquete y una máquina retroexcavadora de veinte toneladas.

Todo a punta a que los autores utilizaron algún producto acelerante, probablemente gasolina, que vertieron en la parte de las cabinas.

En pocos segundos, el fuego se propagó sobre los cuatro vehículos que quedaron envueltos en llamas. Las explosiones provocadas por los estallidos de las ruedas debido al calor alertaron a los vecinos de la zona que, a su vez, pusieron los hechos en conocimiento de los bomberos y también del Centro de Coordinación de Emergencias.

Efectivos del parque de bomberos de la capital guipuzcoana se desplazaron a la zona y nada más llegar tuvieron que salvar una primera dificultad. «La valla de acceso estaba cerrada y no podían acceder con los camiones. No obstante, han superado rápidamente el contratiempo. Varios de ellos han saltado por encima y han desmontado el motor, lo que les ha permitido abrir la valla y entrar», indicó un trabajador de la planta.

Las labores de extinción, en las que intervinieron dotaciones de dos camiones y otras tantas unidades de mando, se prolongaron hasta pasadas las nueve de la mañana. La operación no estuvo exenta de complejidad, sobre todo debido al material que había en el remolque que obligó a los bomberos a dispersarlo para evitar que quedaran rescoldos y el fuego se reavivara.

Un operario de Ekotrade observa los destrozos causados en la retroexcavadora.

Intencionado

El fuego calcinó las cabinas de los cuatro camiones y también la de la excavadora. El remolque, por su parte, sufrió cuantiosos desperfectos. La empresa Ekotrade cifró en 350.000 euros la cuantía de los daños. «Los camiones y la excavadora han quedado para la chatarra», afirmó un trabajador de la planta. Nadie albergaba ayer la menor duda de que se trataba de un sabotaje. Los autores utilizaron una escalera que había en las instalaciones para salir del recinto. Asimismo, se valieron de una cincha que retiraron de uno de los vehículos que la usaron en su huida para descolgarse por la valla hacia el exterior.

Miembros de la Unidad de Policía Científica de la Ertzaintza llevaron a cabo una inspección ocular en el escenario de los hechos. Los agentes tomaron diversas muestras a fin de detectar restos de acelerante en el interior de la cabina de los vehículos. Fuentes cercanas a la investigación parecen haber descartado que el sabotaje tenga relación con la construcción de la incineradora de Zubieta. La empresa Ekotrade tiene como accionista mayoritario a Moyua, una de las firmas adjudicatarias del proyecto.

La Policía, sin embargo, se inclina más por vincular el asalto con ciertos grupos dedicados también a la manipulación de residuos obtenidos de la construcción que son derivados a otros territorios para su reciclaje o venta, lo que les reporta un beneficio económico. Estos colectivos, tras la entrada en funcionamiento hace poco menos de un año de la planta de Astigarraga, la única especializada en Gipuzkoa en esta materia, han visto disminuir sus volúmenes de negocio. Pero al mismo tiempo, habrían percibido también una mayor presión por parte de las autoridades respecto a la normativa reguladora de este tipo de actividad. Por lo tanto, ambas circunstancias podrían estar en el origen del sabotaje.

Ekotrade da servicio a las obras que se acometen en un radio de 25 kilómetros, de manera que llega al 70% de la población guipuzcoana, es decir, unos 486.000 habitantes y puede producir entre 218.000 y 437.000 toneladas de este tipo de residuos. La capacidad de la planta de Astigarraga se sitúa en las 170.000 toneladas por año. Y puede llegar a una valorización, segregación y reutilización de hasta el 95% en peso de estos residuos, según sus responsables.

Fuente: diariovasco.com