Cada polizón que invade un camión causa hasta 30.000 euros de pérdidas

Cada polizón que invade un camión causa hasta 30.000 euros de pérdidas

Los empresarios del transporte afirman que se están encontrando a familias enteras en los figoríficos - Además de perder la carga, deben costear los daños en las puertas y las multas.

La irrupción de polizones en los camiones frigoríficos que deben cruzar desde Francia a Reino Unido se ha convertido en una trampa para los transportistas de la Región. El riesgo de que los vehículos sean ocupados por inmigrantes sin papeles que son introducidos por las mafias en los camiones cargados con frutas y hortalizas ha obligado a las empresas a reforzar las medidas de seguridad para blindar la carga, dado que las cadenas de distribución británicas rechazan los productos que han estado en contacto con los invasores ante la posibilidad de que estén contaminados. A la pérdida de la carga, que llega a superar los 20.000 euros en caso de un flete de lechugas, aunque alcanzó los 70.000 en las últimas semanas debido a la escasez de la producción, se suman los destrozos en los cierres y en los dispositivos de seguridad incorporados a los vehículos, que pueden alcanzar los 2.000 euros, además de la multa de 2.000 libras (unos 2.500 euros) por polizón que impone la Policía británica.

Esto supone que la invasión de los camiones frigoríficos que deben cruzar a diario el Canal de La Mancha puede originar unas pérdidas de hasta 30.000 euros e incluso superiores, que resultan inasumibles para las empresas de transporte. Las compañías murcianas, que tienen una de las mayores flotas de frigoríficos de toda España, se sienten las más castigadas por la invasión de los polizones.

Aunque esta semana ya se ha localizado en Teruel un camión perteneciente a una empresa almeriense en el que se descubrió la presencia de una familia compuesta por el matrimonio y cuatro hijos, la pesadilla para los transportistas de la Región sigue estando en el paso fronterizo de Calais, a pesar de que Francia ha tratado de desmantelar los campamentos de inmigrantes irregulares afincados junto a la costa, según explicaba el presidente de la Federación Regional de Organizaciones Empresariales del Transporte (FROET), Pedro Díaz.

El máximo responsable de la patronal del transporte aseguraba que también las empresas de la Región han empezado a encontrarse familias con hijos pequeños en el contenedor frigorífico, a pesar de que las bajas temperaturas que deben soportar en su interior suponen un grave riesgo para su vida.

«Cuando se suben no pueden saber cuánto tiempo va a tardar el conductor en volver a parar el vehículo, por lo que pueden permanecer cuatro o cinco horas dentro del camión. Estamos teniendo la suerte de que no haya muertes. Hasta ahora las únicas que se han producido ha sido a causa del calor», señalaba Pedro Díaz.

Dispositivos de detección

Aunque las compañías han reforzado las medidas de seguridad y están incorporando sistemas de detección con sensores de última generación y mecanismos de cierre especiales para blindar la carga, el presidente de la FROET asegura que al mismo tiempo que se instalan los dispositivos de protección, las mafias van desarrollando técnicas para contrarrestarlas y conseguir el acceso al interior sin que los conductores lleguen a percatarse.

Por su parte, el secretario general de la FROET, Manuel PérezCarro, explicó que los transportistas están instalando en los frigoríficos bisagras especiales que impiden la manipulación de las puertas.

Aunque el coste de las medidas de seguridad que se están incorporando a los camiones puede rondar los 2.000 euros, los representantes de la FROET aseguran que al cabo de unas pocas semanas empiezan a aparecer inmigrantes en el interior de los camiones que supuestamente eran inviolables.

A las pérdidas ocasionadas por el rechazo de la carga, que pueden superar los 20.000 euros cuando se trata de un camión de lechugas, «aunque en las últimas semanas podían alcanzar los 70.000», se suman entonces los daños ocasionados en el mecanismo de cierre, que pueden suponer otros 2.000 euros.

En caso de que el camión invadido sea interceptado en Reino Unido, la Policía británica impone multas de unos 2.500 euros por cada polizón que encuentra, lo que puede elevar el coste del estropicio a los 30.000 euros.

Las aseguradoras no responden.

Sin embargo, Pedro García se lamentaba de que el elevado riesgo de que los camiones sean invadidos en los pasos fronterizos está llevando a las compañías de seguros a desentenderse del problema para no tener que asumir las pérdidas. «No te ofrecen el seguro. Siguen cubriendo el riesgo de avería o de vuelco, pero no te aseguran contra la invasión por parte de los polizones, porque les resulta demasiado gravoso», indicaba el presidente de FROET.

La única esperanza que tienen los transportistas en estos momentos es que las cadenas de supermercados dejen de rechazar camiones enteros de lechugas o de fruta y acepten que solo tengan que destruirse los productos de los palés que han estado en contacto con los polizones. A su juicio, puede aprovecharse el resto de la carga que no ha llegado a resultar dañada con la invasión de los inmigrantes.

Fuente: laopiniondemurcia.es