Principales vicios en las posturas al volante que debes evitar

Principales vicios en las posturas al volante que debes evitar

Con el paso de los años y los kilómetros, tenemos tendencia a coger malos hábitos de conducción, especialmente en la postura al volante. Cuando nos sacamos el carné de conducir nos sentábamos bien al volante y sin embargo, hemos ido cogiendo algunos vicios.

Además de una buena higiene postural, para evitar cansancio y dolores de espalda de toda clase, sentarse correctamente al volante es también una cuestión de seguridad. En esta ocasión repasamos los principales vicios que deberías evitar.

Una de las primeras lecciones que nos dan al sacar el carné de conducir, es cómo debemos sentarnos al volante. Es algo básico e importantísimo, tanto para nuestra salud (evitaremos problemas de espalda, dolores cervicales y de piernas) como por nuestra seguridad y la de los demás (una buena postura nos permite efectuar maniobras de emergencia de forma eficaz).

Esto no es Fast & Furious

Parece evidente, pero se tiene tendencia a olvidarlo. Las dos manos deben ir siempre en el volante. Las manos van a las 10h10, es decir, enfrentadas y justo por encima de los brazos del volante. Así están preparadas para cualquier imprevisto que nos pueda surgir.

Así, deberías evitar conducir como si fueses el personaje de Dominic Toretto en la saga Fast & Furious (A Todo Gas): la mano izquierda en lo más alto del volante y la mano derecha eternamente sobre el pomo de cambio de marchas. No solamente te acabará cansando la espalda, sino que tu tiempo de reacción en caso de tener que efectuar una maniobra de emergencia se verá muy reducido y limitado. No es lo mismo girar con las dos firmemente en el volante que con una sola que, además, no deja girar por completo. Para colmo, acabarás provocando un juego en el cambio con la consiguiente pasada por la casilla taller.

Existe un corolario al estilo “Toretto” es el de llevar el respaldo del asiento excesivamente tumbado. En esta postura, los brazos están muy estirado y restan movilidad en caso de tener que efectuar una maniobra de esquivo: no puedes girar el volante todo lo que querías.

No te cuelgues del volante

A veces, se respeta la regla de mantener las dos manos en el volante, pero llevado a un extremo contraproducente. Así, algunos conductores llevan las dos manos en lo más alto del volante. Quizá lo hagan para descansar los brazos. En ese caso, la postura inicial no debía ser la correcta, y de todos modos para descansar hay que para cada 2 horas.

Sin embargo, la mayoría de las veces, las dos manos en lo alto del volante se deben a que la persona está sentada demasiado cerca del volante. Así, circula con las dos manos en lo alto del volante, pero también con los brazos flexionados y los codos pegados al cuerpo.

Además de ser una postura nada relajada, impide la libertad de movimientos necesaria para poder girar el volante al máximo -si fuese necesario- con soltura y rapidez. En caso de tener que esquivar un obstáculo, no podrá hacerlo. Otra de las consecuencias, más graves, es el aumento de las lesiones graves en caso de accidente, muchas veces provocadas por el airbag. Éste no está diseñado para saltar con una persona tan cerca y con los brazos prácticamente delante.

Tampoco te relajes

Por último, a veces se tiende a apoyarse inclinados hacia el centro, con el codo sobre el reposabrazos central del coche, como para estar más cerca del pasajero o pasajera que tengamos al lado. Es algo que se da mucho en los coches automáticos, pues al no tener que usar el pomo de cambio, parece que no sepamos qué hacer con la mano derecha. Ponerla en el volante estaría bien. Curiosamente, esta mala postura va siempre acompañada de una mano izquierda puesta en lo alto del volante, a lo Dominic Toretto.

Especial verano

Hay una mala costumbre que se da sobre todo en verano y es la de conducir con el codo apoyado en la ventanilla del coche o incluso apoyando todo el brazo, como si el marco de la ventanilla, dejando una mano fuera del coche. Existe también la variante, donde el conductor deja colgar el brazo por la ventanilla.

¿Acaso crees que ese brazo no te sirve para nada? A la hora de cambiar de marcha, con la mano derecha deberás soltar el volante para accionar el pomo. Sueltas el volante y el brazo izquierdo, ¿lo dejas fuera? ¿O vuelves a agarrar el volante con la mano izquierda para luego volver a sacarlo? No es una postura precisamente eficiente.

Aquí, como en todos los otros vicios al volante, nos limitará muchísimo a la hora de efectuar una maniobra de emergencia. Y tener un accidente, que podrías haber evitado teniendo las dos manos en el volante, no te hará parecer precisamente cool. Al contrario.

circulaseguro.com

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