La huelga en los servicios públicos de Bélgica paraliza el transporte y provoca grandes atascos en Bruselas

La huelga en los servicios públicos de Bélgica paraliza el transporte y provoca grandes atascos en Bruselas

La huelga general convocada por los sindicatos en los servicios públicos de Bélgica para protestar contra los recortes presupuestarios del Gobierno ha paralizado casi por completo el transporte público del país y ha causado fuertes trastornos en la circulación por carretera a primera hora.

La circulación de trenes, metros, tranvías y autobuses se ha visto especialmente afectada en la región de Valonia (sur de Bélgica) y la ciudad Bruselas, donde están casi completamente paralizados. Esto ha provocado que la circulación por las carreteras del país se haya visto afectada, sobre todo en los accesos a la capital: a las 08:00 horas se registraban hasta 291 kilómetros de retenciones. La situación se está normalizando gradualmente, según el diario La Libre Belgique.

En los hospitales las perturbaciones se prevé que sean mínimas y en las escuelas, que estarán abiertas, solo se espera que parte del profesorado se sume a la protesta. También se esperan alteraciones en los aeropuertos belgas, aunque no un bloqueo total del tráfico aéreo. El personal que trabaja en las administraciones públicas locales y regionales, por su parte, también está llamado a la huelga.

Los principales sindicatos del país (CSC, FGTB y CGSLB) han convocado una manifestación de protesta desde primera hora de la mañana, que partió de la estación de trenes del norte de Bruselas y que avanzará hacia el centro de la ciudad, en la que se espera que se reúnan al menos 10.000 personas, según publica el diario Le Soir.

Con estas manifestaciones y huelgas, los sindicatos quiere protestar contra los recortes en los servicios públicos y la actitud del Gobierno federal, que no atiende a sus demandas.

En este sentido, el sindicato CGSP ha anunciado que ha presentado un preaviso de huelga en el sector ferroviario para los días 1, 2 y 3 de junio. Los trabajadores protestan por el cambio en sus libranzas por las horas extraordinarias y por el plan de la empresa, que ofrece aumentar un 20% la productividad dentro de cinco años, lo que implicaría -según los sindicatos- 6.000 puestos de trabajo menos.

Agencias.

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