Así gestiona Juan Roig, presidente de Mercadona

Así gestiona Juan Roig, presidente de Mercadona

Mercadona pasó de ser una cadena de supermercados muy centrada en el Mediterráneo a convertirse en líder de la distribución alimentaria española. Una parte muy importante de la trayectoria está en el estilo de gestión de su presidente y máximo accionista. Juan Roig (Valencia, 1949) ha ido construyendo un modelo que llama de calidad total y de control de la cadena alimentaria.

Con esos mimbres, Roig ha convertido la cadena de diez supermercados que heredó de su padre a finales de los años 90 en un gigante de más de 1.600 establecimientos, con 79.000 trabajadores y una cifra de negocio cercana a los 20.000 millones de euros anuales.

Una gestión muy personal y familiar. Su consejo de administración está formado por él, su familia y un accionista minoritario, ya que no concibe que se pueda decidir sin tener inversión en la empresa. "Los consejos, con dinero, decía mi padre", es una de las máximas de Roig, que se caracteriza por decir claras las cosas que quiere: "La web de Mercadona es una mierda", dijo cuando acababa de cambiar todo el equipo de su estrategia digital.

Otro de sus leit motivs es la cultura del esfuerzo, un lema que ha puesto en la camiseta de su equipo de baloncesto, el Valencia Basket. Aboga también por concentrarse en lo que uno sabe hacer, no diversificar. "Hay que poner todos los huevos en la misma cesta, y mirarlos todos los días", afirma. Y, mientras pueda, quiere ser él mismo quien los mira. Piensa trabajar hasta donde le permitan las fuerzas y no ha dejado claro si será una de sus cuatro hijas quien le suceda al frente de la empresa.

Calidad total

El modelo de calidad total se basa en la satisfacción de los cinco componentes: el jefe (así llama al cliente) , el trabajador, el proveedor, la sociedad y el capital, y cuya importancia jerarquiza por ese mismo orden (ver información al final del artículo). Ganar dinero es lo último del proceso y sin la satisfacción de los cuatro primeros elementos, no se logra.

Con esa hoja de ruta, la empresa ha creado un cuerpo teórico, formado por ideas de diferentes escuelas de gestión, empresas y libros de autoayuda empresarial que los empleados deben conocer y que estudian durante unos cursos que realizanperiódicamente.

Cadena alimentaria sostenible

Además, hace cuatro años emprendió una nueva estrategia de trabajo, que denomina cadena agroalimentaria sostenible (que engloba en las siglas Caspopdona) y que consiste en tratar de controlar todo el proceso de la alimentación: desde el inicio de la producción hasta la llegada a manos del consumidor. Con ello, entre otras cosas, la cadena está trabajando para mejorar sus ventas de productos frescos, al considerar que era uno de sus puntos débiles.

La estrategia de controlar todo el proceso posible está presente desde hace casi veinte años con la estructura de interproveedores: una red de más de 120 empresas que tiene contratos de largo plazo con la cadena y que funcionan según parámetros que marca Mercadona. Así se mejoran los márgenes, se reducen precios finales y se gana trazabilidad. Esa idea se fue trasladando hacia abajo, a los proveedores de los interproveedores, que crearon una red de empresas muy vinculadas a la cadena, que estima que alcanza a unos 400.000 trabajadores.

Más recientemente ha creado vínculos en el sector primario: cofradías de pescadores, ganaderos... Se controla así desde el inicio de la producción y se acortan procesos hasta que la comida llega a la tienda. La asignatura pendiente hasta hace poco era la salida al exterior, y se lo toma con calma. Tuvo un equipo en Italia durante varios años para entrar en ese mercado, pero se frenó y el equipo regresó.

El año pasado anunció que su primer destino internacional será Portugal, pero no tiene prisa: las primeras tiendas abrirán en 2019 y arrancará con cuatro establecimientos. Ha empezado a comprar suelo cerca de Oporto y, eso sí, hace un año ya anunció la contratación de 120 directivos para preparar el terreno.

Los pilares

1. El jefe. Es el nombre que se da internamente al cliente. Se trata de ponerle en el centro de todas las decisiones para no perder el norte y adaptar así catálogos, precios, productos...

2. El trabajador. El modelo implica que todos los empleados tienen contratos indefinidos, una remuneración algo superior a la media y otras ventajas, como pagas por productividad.

3. El proveedor. Su modelo se basa en dos figuras: el interproveedor -con contratos de largo plazo que tienen tres años para desengancharse- y el especialista -que se suministra una categoría muy específica-.

4. La sociedad. Este apartado incluye no solo el cumplimiento en el pago de los impuestos y cotizaciones, sino el compromiso con el medio ambiente y con el respeto a los vecinos de las tiendas.

5. El capital. Es el último eslabón de la cadena. Roig afirma que el objetivo de su empresa es que perdure en el tiempo: "Hacer bien las cosas, y entonces vendrán las ventas y los beneficios".

Fuente: expansion.com