Amazon cambia su política de devoluciones y desata la ira de las pequeñas empresas

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Un almacén de Amazon,
Amazon cambia su política de devoluciones y desata la ira de las pequeñas empresas

Un cambio en la política de devoluciones de Amazon para las compañías que venden a través de su plataforma (marketplace) y que llevan a cabo su propia logística de entrega, en lugar de utilizar las instalaciones del gigante de internet, desató ayer duras críticas contra la multinacional estadounidense, a la que acusaron de aplicarles unas medidas que no pueden asumir y que acabarán “aplastandolas”.

Según informó la CNBC, esas empresas –la mayoría pymes– han recibido un email del gigante del comercio electrónico donde les advierte que, a partir del próximo 2 de octubre, todos los artículos que vendan a través de Amazon estarán “automáticamente autorizados para su devolución”. Los clientes podrán para ello imprimir una etiqueta de envío de devolución desde la web de Amazon, según precisa el correo enviado por la empresa de Jeff Bezos.

En la práctica, esto supondrá que cualquier cliente podrá devolver el producto recibido, sin tener que ponerse previamente en contacto con el vendedor, y este no tendrá la opción de comunicarse con el cliente para ver qué problema tiene con el producto antes de que inicie el proceso de devolución.

El cambio anunciado por Amazon solo afecta a EE UU. Al menos, por ahora. La compañía no ha precisado si lo extenderá a otros países, pero la política habitual de la multinacional es arrancar con sus nuevas propuestas en su país de origen y después ir extendiéndolo al resto de mercados donde opera.

Esta nueva política impulsada por Amazon, supone, como explica en su blog el profesor del IE Business School, Enrique Dans, que a partir de ahora “si compras algo a través de Amazon, independientemente de quién lo venda o quién lo envíe, tendrás la garantía de que lo puedes devolver sin problemas, dan exactamente igual las razones o circunstancias”. En su opinión, este cambio en la política de devoluciones responde a una inquietud de la compañía por ofrecer un servicio sin excepciones.

“Hasta ahora, aquellos negocios que usaban la plataforma de Amazon para dar visibilidad a sus productos pero operaban con su propia logística podían fijar sus propias condiciones de devolución, entre las que solía encontrarse la necesidad de contactar con el vendedor por si fuese necesaria algún tipo de explicación o aclaración, o restricciones de diversos tipos. Pero Amazon es una compañía que se declara obsesionada con la idea de que el cliente es lo primero, y pretende ahora terminar con este tipo de tratamientos diferenciales”, continúa Dans.

Lógicamente, continúa el profesor, esto impone una presión superior a todo aquel que pretenda vender a través de Amazon, “pero es una consecuencia directa de una regla fundamental de la compañía, y un privilegio reconocido a quien opera una plataforma: el de tomar decisiones sobre sus reglas”.

Quien no lo ve tan claro son las empresas que venden a través de Amazon. Muchas participaron ayer en foros con comentarios muy críticos contra la medida. Un vendedor, por ejemplo, se preguntaba si este cambio de política “era una broma”. ¿“Amazon va a asumir que un comprador nunca mentiría sobre la razón para la devolución y por eso no van a pagar por ello?”.

Fuente: cincodias